En el PRI también hace aire
Columna JFM

En el PRI también hace aire

Se está dando en el PRI una suerte de guerra de posiciones. El problema es que en esa lucha de barricadas, los adversarios internos del priismo cambian, en ocasiones con mucha rapidez, de bando y los que en un momento se los ve luchando en una posición repentinamente se pasan a la otra. La razón es sencilla: en el PRI hay mucho en juego en las elecciones de este año y, de cara al 2006 la disputa no es de dos como en el PRD, sino entre varios aspirantes, confrontados entre sí.

Mucho más solapada, por lo menos estos días, que la virulenta e interminable lucha interna del perredismo, en donde buena parte de las corrientes internas de ese partido estarían deseosas de deshacerse del fundador del partido, Cuauhtémoc Cárdenas, porque obviamente les molesta en el plan preconcebido para tener una ruta recta y sin conflictos de cara a la candidatura presidencial del 2006, en el priismo esa misma batalla, con un mismo objetivo, el 2006, se está dando en forma aparentemente más sigilosa, como si lo que en el PRD es una guerra de guerrillas en el PRI se convirtiera en una suerte de guerra de posiciones. El problema es que en esa lucha de barricadas, los adversarios internos del priismo cambian, en ocasiones con mucha rapidez, de bando y los que en un momento se los ve luchando en una posición repentinamente se pasan a la otra. La razón es sencilla: en el PRI hay mucho en juego en las elecciones de este año y, de cara al 2006 la disputa no es entre dos como en el PRD, sino entre varios aspirantes, confrontados entre sí.

En ese sentido, las posiciones han sido especialmente cambiantes en los últimos días, pero hay que destacar una cosa: siempre terminan girando en torno a Roberto Madrazo, un presidente del partido y un evidente precandidato que todas las encuestas están mostrando que, si llega a ser el aspirante priísta para el 2006, difícilmente superará el 30 por ciento, lo que lo convertirá en un importante actor de esos comicios pero muy difícilmente le alcanzará para ganar las elecciones. La candidatura de Madrazo no podrá crecer y esa es su mayor debilidad a pesar de cómo ha fortalecido sus posiciones en los últimos meses. Por otra parte, ninguno de los otros aspirantes alcanza, en estos momentos, el peso necesario para disputarle la candidatura, entre otras razones porque son muchos y están demasiado divididos.

Sus adversarios también se han estado moviendo: Elba Esther Gordillo, dejó la diputación federal para concentrarse en la secretaría general del PRI, antes de que un golpe de estado la despojara de esa posición; pero, además, ha amarrado la presidencia del SNTE (en un hecho que, además de la formalidad que implica el retomar el control de un sindicato que evidentemente respondía ya a sus políticas, implica una demostración de fuerza muy considerable, no sólo por la rapidez con que operó esa designación sino también por la falta de reacciones en contra que ello generó, incluyendo los mayores adversarios de Gordillo en el propio magisterio) y conserva peso en muchos de los procesos electorales que habrá este año: la mayoría de los candidatos o futuros candidatos tienen buenas relaciones con ella y saben que la fuerza del magisterio, en votos y recursos puede ser decisiva para su suerte electoral.

Pero, además, se reconstruyó una alianza que se había roto y que fue la que terminó sacando a Elba Esther de la cámara de diputados: el acuerdo con el gobernador Arturo Montiel. Fue éste quien operó con rapidez y sigilo para que el congreso del SNTE se realizara en Ixtapan de la Sal, fue a inaugurarlo y, con diferencia de horas, tanto él como Gordillo pidieron simultáneamente la renuncia de Roberto Madrazo a la presidencia del partido si éste busca la candidatura presidencial. El acuerdo, así sea coyuntural, de Elba con Montiel pone en aprietos a Madrazo que, a su vez, también tiene en su contra a muchos gobernadores y se ha encontrado con un nuevo flanco, ante el desplome político de su aliado, José Murat, que ha obligado a que tanto Madrazo como Ulises Ruiz, el candidato de ese partido en el estado, tomaran distancia respecto a los sucesos que involucraron al gobernador el pasado 18 de marzo.

Madrazo tiene una estrategia para tratar de neutralizar a sus adversarios y sobre todo a Montiel. A los gobernadores que buscan también la candidatura presidencial ha decidido no enfrentarlos ahora, porque sabe que deberán concentrarse en sus propias elecciones estatales. Hasta ese momento, sabe que su margen de maniobra será relativo y por eso Madrazo no está concentrado, en este momento, en el enfrentamiento con los gobernadores, más aún cuando todo indica que la Conago agoniza. En su batalla contra Elba Esther, lo que está haciendo es limitar al máximo sus posibilidades de operación en el comité ejecutivo. Contra Montiel la estrategia es a corto y largo plazo: por una parte, ha comenzado a crecer el rumor de que la siguiente operación en el priismo será remover al mexiquense Emilio Chauyffet del liderazgo del grupo parlamentario porque Madrazo ya no se entiende con el ex secretario de Gobernación, se habla incluso de un reemplazante: Manlio Fabio Beltrones. A largo plazo, si el experimento con la candidatura de Jorge Hank Rhon sale bien en Tijuana la siguiente etapa será el estado de México, con la hipotética candidatura de su hermano Carlos Hank Rhon. Si ello se diera de tal forma, Madrazo le quitaría la sucesión estatal de las manos a Montiel. Pero no es una operación sencilla: ¿abandonaría Carlos Hank su envidiable posición empresarial para lanzarse al terreno político?¿se quitarían los candados en el PRI para permitir esas y otras candidaturas?¿permitiría Montiel que le quiten los espacios de operación en su propia sucesión? Allí se dará, como siempre ha sucedido en la relación sucesión estado de México-sucesión presidencial, una de las más intensas batallas políticas del priismo.

Pero el domingo se abrió otro frente en ese partido que no debería desestimarse: el surgimiento de la asociación civil Enlace-compromiso por México, donde participan dirigentes y ex funcionarios de numerosas corrientes del PRI, que tienen, en los hechos, una identificación común: son, todos, adversarios políticos de Madrazo. Allí están, por igual, Genaro Borrego y Arturo Núñez, Diódoro Carrasco y Pedro Joaquín Coldwell, Jesús Reyes Heroles y Luz Lajous, Enrique de la Madrid y José Carreño Carlón, entre otros muchos. En los hechos hay allí personajes que han trabajado en las tres últimas administraciones priistas en posiciones muy destacadas. Pero lo interesante de Enlace, es que se trata precisamente de una asociación civil, no de una corriente del PRI aunque implique de hecho una presencia de ese tipo. Muchos de los que participaron en el acto de lanzamiento de esa organización, insistieron en que además de apoyar la realización de una serie de reformas de fondo en el sistema político y las instituciones buscarán también superar la crisis de los partidos políticos.

Preguntémonos, entonces, qué sucederá cuando el priismo se cierre sobre sí mismo y sus propias tribus (que las tiene y muchas aunque no sean tan visibles como las perredistas) traten de imponer sus propias candidaturas, sobre todo si es la de Madrazo. La posibilidad de la ruptura ahí está, presente, porque tarde o temprano, si el PRI no se abre, de allí podría surgir una fuerza política reformadora autónoma del priismo que, según sus propias bases estatutarias, podría incluir a personas de otros partidos o independientes. Ahí está una posibilidad que no debería desdeñarse cuando se analiza el panorama para el 2006, aunque Enlace ha insistido en que, aún, no brindará su apoyo a ningún candidato presidencial (aunque saben que eso, con el paso del tiempo será imprescindible) y que su objetivo es la lucha, sobre todo, dentro del PRI.

Pero recordemos que esa no es la única asociación civil relacionada con el PRI que podría convertirse en una fuerza política independiente: el sindicato de maestros tiene una asociación política nacional que podría, sin problema alguno, transformarse, prácticamente cuando lo desee, en un partido político. Claro, no lo harían para apoyar a un candidato priísta, si ese candidato fuera Roberto Madrazo. Castañeda ya debe estar levantando la mano.

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