Ahumada o un regreso sin gloria, ni respuestas
Columna JFM

Ahumada o un regreso sin gloria, ni respuestas

Hace exactamente dos meses, Carlos Ahumada, por alguna razón por lo menos para mi hasta este momento incomprensible, estaba a punto de dar un golpe durísimo al gobierno capitalino. Anteanoche, cuando el empresario ingresó al reclusorio norte en medio de extraordinarios medidas de seguridad, quienes habían recibido sus sobornos y habían sido partícipes directos de la corrupción, estaban observando el espectáculo desde sus casas: el enorme esfuerzo político, diplomático, policial y de medios desplegado para detener a Ahumada, el corruptor no había tenido correlato alguno a la hora de detener o investigar a los corruptos. Ni uno de ellos está detenido ni en peligro siquiera de estarlo y todavía muchas de las preguntas de esta nueva etapa de los videoescándalos siguen sin respuesta.

Hace exactamente dos meses, Carlos Ahumada, por alguna razón por lo menos para mi hasta este momento insondable, incomprensible (¿no entendía Ahumada que la misma bala que estaba a punto de disparar lo estaba matando también a el?), estaba a punto de dar un golpe durísimo al gobierno capitalino: luego de haber denunciado desde enero por extorsión a diferentes funcionarios del GDF, se daría a conocer el video de Gustavo Ponce Meléndez jugando en el hotel Bellagio de Las Vegas, las facturas pagadas por éste (que en realidad pagó Ahumada y por eso estaban en su poder, incluyendo el récord de gastos del funcionario en ese hotel y seguramente de allí partió su difusión) y, dos días después, saldría al aire el video de René Bejarano (si el primero era el principal funcionario financiero del gobierno capitalino, el segundo era el más importante operador político de López Obrador) literalmente embolsándose miles y miles de dólares que le entregaba el propio Ahumada en medio de una plática sobre una ayuda no identificada de Bejarano a los negocios de Ahumada.

Luego vendría el escándalo, las caídas de cabezas en el PRD, la teoría del complot, la intervención de los cubanos y las innumerables versiones sobre lo ocurrido y los personajes que allí intervienen.

Anteanoche, cuando Ahumada ingreso al reclusorio norte en medio de extraordinarias medidas de seguridad, quienes habían recibido sus sobornos, quienes habían disfrutado de su dinero y habían sido participes directos de la corrupción, estaban observando el espectáculo desde sus casas: el enorme esfuerzo político, diplomático, policial y de medios desplegado para detener a Ahumada, el corruptor no había tenido correlato alguno a la hora de detener o investigar a los corruptos. Ni uno de ellos está detenido ni en peligro siquiera cercano de estarlo.

Las preguntas que en esta nueva etapa de los videoescándalos continúan sin responderse son muchas. La principal de ellas, ya la presentábamos ayer: ¿qué pasó con Gustavo Ponce? ¿de dónde salieron, mejor dicho de qué partidas de las finanzas capitalinas salieron los millones de dólares que Ponce Meléndez robó?¿por qué ninguna de las instancias de contraloría del DF, hasta el día de hoy, han podido explicar de dónde salió ese dinero, porqué el tema no le importa a las autoridades capitalinas?¿qué sabe Ponce Meléndez que no es tema en las conferencias matutinas del jefe de gobierno y todo el eje argumentativo del GDF está puesto exclusivamente en el complot?

Luego están Bejarano e Imaz. No resulta comprensible, aunque existan explicaciones puntuales al respecto lo sucedido con ambos: Bejarano no debería contar con fuero, como se ha interpretado erróneamente. El fuero no protege a una persona sino una responsabilidad pública que Bejarano ya no tiene, porque es un diputado local con licencia. Por lo tanto, se lo podría haber detenido en forma automática, se prefirió enviar el caso al congreso sabiendo que allí se estancaría por meses. Pero no parece haber intenciones de detener o presionar o siquiera molestar a Bejarano. Este ha dado siete versiones sobre lo que hizo con el dinero que recibió (estamos hablando, según los propios videos, de unos seis millones de pesos en varias entregas) y tampoco ha explicado qué era lo que, según los propios videos, se estaba negociando con Ahumada. La detención de Imaz fue tan anunciada que éste sin problema alguno sigue amparado (aunque diversos juristas opinan que ese amparo ya no lo protege) y en libertad. Bejarano y su esposa, Dolores Padierna siguen dirigiendo la corriente de izquierda democrática, la más poderosa del PRD en la capital y nadie los ha molestado. La esposa de Imaz, la secretaria de medio ambiente, Claudia Scheimbaum, sigue siendo una de las principales funcionarias del gabinete capitalino, encargada de las principales obras viales de la ciudad, a pesar de que reconoció que supo en su momento de los recursos ilegales que su esposo estaba recibiendo de Ahumada. En el gabinete capitalino no hubo renovación alguna, salvo la salida obligada de Ponce Meléndez y pareciera que nadie tiene responsabilidad legal o política más que el funcionario prófugo.

Una tercera pregunta, ¿qué pasó con Ahumada en Cuba?¿por qué el empresario buscó refugio en la isla y por qué fue detenido un mes después del estallido del escándalo cuando todo el tiempo estuvo localizado por el gobierno cubano?. La administración castrista ha divulgado en su comunicado que Ahumada reconoció, prácticamente, la teoría del complot en una confesión realizada en la isla. Que ello conste en un comunicado del gobierno cubano, siempre tan apegado a la verdad y al respeto a los derechos humanos, ha sido más que suficiente para que algunos medios y analistas tengan ya la confirmación plena del complot. ¿Cómo ponerlo en duda si lo dice Fidel?. Por supuesto olvidan que Ahumada estuvo un mes en Cuba sin que se supiera en qué lugar y condiciones estaba detenido, sin acceso a apoyo consular ni de abogados, sin que lo pudieran visitar representantes de la embajada mexicana ni medios de prensa ni familiares, obviamente sin garantía alguna para sus derechos humanos mínimos. Pero ¿qué importa si el comunicado del gobierno cubano dice que dijo lo que dijo?. Por cierto y hablando de derechos humanos mínimos: ¿por qué en el reclusorio norte se permitió un acceso selectivo a la revisión médica de Ahumada y se terminó haciendo escarnio en primera plana hasta de los calzones que traía puestos?¿no es por lo menos poco ético?

Pero sigamos con el propio caso Ahumada. En enero pasado, éste hizo una denuncia ante la PGR por extorsión contra varios funcionarios capitalinos, la misma que fue ratificada en la polémica reunión en el hotel Presidente. ¿Qué ha pasado con ella?¿quiénes son investigados, procesados, acusados por esa denuncia?¿la denuncia ha sido desechada o simplemente congelada?¿cuándo tendremos respuestas reales, más allá del espectáculo político?.

La hora de Estrada Cajigal

Este fin de semana se jugará, finalmente, la suerte de Sergio Estrada Cajigal. No sólo porque el lunes se votará en el congreso de Morelos la procedencia del juicio político en su contra, sino también porque en la asamblea nacional del PAN podría quedar en claro que el gobernador no cuenta con el apoyo de su partido. Ello porque sencillamente es así, porque no tiene simpatías en amplios sectores del PAN que lo califican, por lo menos, de frívolo, sino también por un simple caso de real politik: ¿qué sentido tiene empeñarse en la defensa de un funcionario que está a punto de ir a juicio político y que no tiene el control del estado que gobierna?. Alguien debe convencer a Estrada Cajigal de solicitar licencia antes de que el congreso local lo obligue a ello.

Buenos premios

Se entregaron los nuevos premios nacionales de periodismo. Como siempre ha habido controversias y versiones encontradas al respecto. En lo personal, la enorme mayoría de ellos me parecen justos, meritorios, sobre todo dos: el de artículo de fondo para Leo Zuckerman y el reportaje sobre El Yunque, del periodista Alvaro Delgado, ambos ampliamente merecidos. Para ambos, y para todos los demás, felicidades.

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