El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sancionó en forma durísima al PAN y al PVEM por la operación de los Amigos de Fox en las elecciones del año 2000, que financió en forma ilegítima buena parte de la campaña presidencial de Vicente Fox para los comicios de ese año. El PAN tendrá que pagar 400 millones de pesos de multa mientras que el PVEM fue sancionado con 99 millones de pesos. El Trife asegura que todos en los altos niveles del equipo de campaña y del PAN sabían de esa operación, sabían que era ilegal y de todas formas la implementaron.
El escándalo López Obrador fue opacado ayer, y compensado políticamente, por la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sancionando en forma durísima al PAN y al Partido Verde Ecologista de México por la operación de los Amigos de Fox en las elecciones del año 2000, que financió en forma ilegítima buena parte de la campaña presidencial de Vicente Fox para los comicios de ese año. El PAN tendrá que pagar prácticamente 400 millones de pesos de multa, mientras que el PVEM fue sancionado con 99 millones de pesos.
Quizás más grave que la propia sanción es la forma en que ordenó el Tribunal que se aplicara: se descontará durante diez meses consecutivos hasta totalizar la suma de las respectivas multas: en el caso del PAN eso implica que a partir de agosto y durante los diez siguientes meses no recibirá ni un peso de los recursos federales a los que tiene derecho. En los hechos, el partido en el gobierno estará casi un año sin financiamiento público.
Pero también es grave, para el panismo, la forma en la cual el Trife explicó porqué aumentó en casi 40 millones de pesos la sanción que aplicó al PAN el IFE, el año pasado y disminuyó en unos 60 millones la que había recibido el PVEM. Según el Tribunal, la sanción se endureció porque el candidato presidencial, los dirigentes del equipo de campaña y del propio PAN realizaron concientemente esta operación financiera ilegítima. En otras palabras: el Trife asegura que todos en los altos niveles del equipo de campaña y del PAN sabían de esa operación, sabían que era ilegal y de todas formas la implementaron.
De alguna forma, el Tribunal le dio la razón a los partidos de oposición que reclamaban que el IFE en su proceso por Amigos de Fox tomara en cuenta las declaraciones de quien fuera el principal operador de los Amigos: Lino Korrodi que reconoció las forma en la cual se había establecido ese mecanismo de financiamiento (es más, Korrodi en muchas oportunidades ha dicho que sin él, Vicente Fox probablemente no hubiera podido alcanzar la presidencia) y que el PAN estaba absolutamente informado del mismo, incluyendo el caso de que los senadores panistas aportaron recursos al mismo mecanismo.
La respuesta del PAN a la sanción ha dejado mucho que desear: ayer en conferencia de prensa, el presidente nacional de ese partido, Luis Felipe Bravo Mena, dijo que aceptaban la sanción (¿qué otra cosa podían hacer?: el Trife es un tribunal autónomo y de última instancia, sus resoluciones son inapelables) y reconoció que se debe respetar la ley (una forma retórica de deslindarse del discurso de López Obrador), pero se equivocó al señalar públicamente que se trata de una sanción injusta. Sobre todo se equivoca Bravo Mena, cuando sostiene que el Tribunal prejuzgó respecto al conocimiento que podrían haber tenido el presidente Fox y los dirigentes panistas de esa operación y agregó que, además, esos recursos fueron para la precampaña.
En realidad está equivocado en las dos cosas: el conocimiento del partido y del propio candidato era inevitable: no estamos hablando de unos pocos recursos que llegaron quién sabe de dónde. Se estableció un complejo y eficiente mecanismo de ingeniería financiera que acercó millones a la campaña de Vicente Fox. El propio Korrodi ha reconocido que el comité de campaña estaba informado del origen de esos recursos y de que se trataba de una operación por lo menos poco transparente y, en su opinión, el PAN tendría que haber asumido su responsabilidad apenas concluida la elección para evitar el escándalo. Dice Korrodi, y en eso tiene razón, que al sostener hasta el día de hoy y contra todos los indicios y pruebas, que nada sabían de ese financiamiento, tratando de responsabilizar sólo a los amigos de Fox de lo ocurrido, el PAN perdía legitimidad y se comprobaría que estaba mintiendo. Eso sucedió. Y en esa misma lógica no se puede asumir que el presidente Fox no estuviera enterado de una operación tan cercana a su propio entorno. Ayer mismo, interrogado sobre el tema, el presidente Fox dijo que "él no tuvo conocimiento del financiamiento, que él sólo se lo gastó". Lamentablemente eso no fue lo que dijo el IFE.
Respecto al tema de que esos recursos fueron sólo a la precampaña y que ella no estaba ni está regulada, también se trata de una verdad a medias. Evidentemente, buena parte de esos recursos llegaron para el periodo de precampaña, pero continuaron llegando durante la campaña propiamente dicha y, como estableció en su momento el IFE y ratificó el Trife, existió una continuidad operativa a lo largo de ambos periodos. ¿Cuánto se uso en precampaña?¿cuánto en campaña? Los márgenes son muy estrechos, lo cierto es que existe evidencia de cómo actos de campañas (como anuncios en televisión Azteca) se pagaron con recursos de la operación Amigos de Fox.
Recordemos, además, que las primeras (y a la postre determinantes) pruebas sobre esta operación fueron presentadas por el entonces diputado Enrique Jackson una semana antes de las elecciones. No influyeron en el resultado, pero a largo plazo sobre esas pruebas y pese al empeño oficial porque no trascendiera la información (habrá que recordar la insistencia de no divulgar la información invocando el secreto bancario, o el arraigo y aprehensión del ex presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Eduardo Fernández, para que no se divulgaran datos sobre el caso), se construyó la investigación que terminó con esta dura sanción contra el PAN y un partido Verde que fue su aliado en aquellos comicios.
En última instancia no deja de resultar positivo que esa sanción llegue ahora, que se tenga que cumplir y que se comience a obligar a los distintos actores políticos a actuar, les guste o no, en los parámetros de la ley y la justicia, pese a todas las imperfecciones que ésta tiene. Lo otro, decíamos ayer, es apostar a la fuerza y a la movilización violenta. Y ahí está la otra opción: lo que está sucediendo en los límites entre el Distrito Federal y el estado de México, en Xalatlaco, por la disputa de unos predios, con comuneros colocando un ultimátum de 24 horas a la policía para que se vaya del lugar si no quieren "sufrir las consecuencias".
Los rejuegos priistas
Finalmente Oscar López Velarde aceptó la candidatura del PRI en Aguascalientes y podrá impulsar la campaña que tendría que haber iniciado hace seis años cuando el dedazo del partido escogió, aunque estuviera lejos de los primeros lugares de la aceptación electoral, a Héctor Hugo Olivares. Lástima que ahora han pasado seis años y que una vez más el PRI se hubiera equivocado escogiendo a Oscar González, ex vocero de Roberto Madrazo como candidato, el que dejó botada la candidatura argumentando un acuerdo, que jamás pudo comprobar, entre el gobernador panista Felipe González con la secretaria general del PRI, Elba Esther Gordillo. Quedó finalmente Oscar López Velarde y esa es una buena decisión del priismo. Habrá que ver si tiene tiempo, si tiene apoyo, si tiene un verdadero respaldo político como para hacerle frente a un panismo que en esas tierras está, sin duda, muy fuerte. Si llegara a revertir las tendencias que hoy están en su contra, sería un inesperado triunfo del priismo renovador.