La obsecuencia de Andrés Manuel López Obrador en el tema del complot sigue alejándolo de la realidad y sumando enemigos a su proyecto. Y también paradójicamente, le ha quitado la atención que se merece a un tema que es escandaloso: lo que está sucediendo en la Lotería Nacional a partir de la construcción del fideicomiso Transforma México y una serie de movimientos financieros que terminarán, en forma casi inevitable con la caída de la directora de la Lotería, Laura Valdez.
La obsecuencia de Andrés Manuel López Obrador en el tema del complot sigue alejándolo de la realidad y sumando enemigos a su proyecto. Y también, paradójicamente, le ha quitado la atención que se merece a un tema que es escandaloso: lo que está sucediendo en la Lotería Nacional a partir de la constitución del fideicomiso Transforma México y una serie de movimientos financieros que terminarán, en forma casi inevitable, con la caída (en el mejor de los casos, porque incluso esas violaciones pueden llegar hasta un proceso penal) de la directora de la Lotería, Laura Valdez.
El lunes ya se presentó una denuncia administrativa contra la señora Valdez y la auditoria superior de la federación ha comenzado su propia investigación sobre la utilización de los recursos de la Lotería, e incluso se extendió esa investigación hasta la fundación Vamos México que encabeza la esposa del presidente, la señora Marta Sahagún de Fox. Y es que existen demasiados lazos entre Transforma México y Vamos México que podrían arrastrar en el proceso que se inicia contra Laura Valdez a la propia esposa del presidente Fox.
Transforma México es un fideicomiso creado por la Lotería Nacional, violando la normatividad vigente y, además sin sentido alguno. La Lotería Nacional, que muchas veces sirvió como caja chica para muchas operaciones políticas en el pasado, está obligada a entregar los recursos que recibe a instituciones del sector público, particularmente a la Tesorería de Federación. Como entonces no puede respaldar a instituciones privadas, lo que se decidió fue crear un Fideicomiso con recursos de la propia Lotería Nacional por 226 millones de pesos (mitad entregados por la Lotería Nacional, mitad por Pronósticos Deportivos), para así en forma discrecional entregar recursos a las instituciones y proyectos privados que la propia institución decida. El problema es que no tiene la Lotería atribuciones para crear dicho Fideicomiso y resulta absolutamente innecesario para cumplir con las funciones que tiene encomendada la propia Lotería, que es recaudar fondos para la asistencia pública. Menos aún puede entenderse el intento de las autoridades de esa institución de que el Fideicomiso Transforma México no fuera auditado por la Auditoria Superior de la Federación considerándolo un ente privado, cuando evidentemente es público y funciona con recursos públicos y sólo puede entregar esos recursos al sector salud del propio gobierno federal.
Nada de esto lo ha realizado el fideicomiso Transforma México. Existen en el país, unas 14 mil instituciones que trabajan para la asistencia pública, pero el grueso de los recursos entregados por Transforma México se ha concentrado en 20 de ellos, y la mayoría dependientes de instituciones privadas con alto poder económico, todas absolutamente respetables pero que no tienen razón alguna para ser parte de las asistencia pública. El mayor aporte de Transforma México, ha sido para la Fundación Interamericana Anáhuac para el Desarrollo Social, una institución ligada a la Universidad Anáhuac, para la construcción de un hospital en Acapulco, y un proyecto de telemedicina en Oaxaca: se le entregaron poco más de 58 millones de pesos. Vamos México, por su parte, le aportó al mismo proyecto 5 millones de pesos. El segundo proyecto en importancia corresponde a la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación, que encabezan Claudio X. González y Alejandro Sánchez Mejorada: para equipamientos de aulas a esta organización privada, UNETE, se le otorgaron 44 millones 700 mil pesos. Vamos México le destinó al mismo proyecto 24 millones de pesos. Para la organización Lazos, también para equipamiento de aulas, se destinaron 14 millones 500 mil pesos. Al muy prestigiado Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, el famoso Tec de Monterrey, Transforma México le entregó 8 millones 900 mil pesos para equipamiento de centros cumunitarios. Al Banco Nacional de México, a su fideicomiso Ver bien para aprender mejor, Transforma México le entregó 5 millones de pesos y Vamos México 22 millones. Incluso al comité nacional de Pro Vida, que nada tiene que ver con la asistencia pública o privada, el fideicomiso de la Lotería Nacional le entregó 3 millones 495 mil pesos para comprar equipos de ultrasonido, mientras que Vamos México le entregó, para el mismo proyecto, una cantidad no divulgada.
El razonamiento es obvio: ninguna de estas instituciones son públicas, ninguna de las instituciones señaladas, todas respetables en su ámbito, son pobres o necesitan de recursos públicos: no lo necesitan ni la Anáhuac, ni el Tec, ni Banamex, ni UNETE, ni son instituciones que deban depender de la asistencia pública para hacer, a su vez, obras de asistencia privada. Son instituciones privadas, con recursos, que dependen de hombres tan importantes como don Lorenzo Servitje, Claudio X. González, Lorenzo Zambrano, José Antonio Fernández, entre muchos otros. Esas instituciones de asistencia privada son, todas, insisto, muy respetables y no tienen responsabilidad alguna por recibir esos recursos entregados por Transforma México, pero sí los tiene la Lotería Nacional porque no está, lisa y llanamente autorizada a entregar sus remanentes, lo que le queda de utilidad, a instituciones privadas.
Tampoco puede entregar según la propia ley que la rige, recursos a instituciones en las cuales "exista entre sus directivos y los servidores públicos, encargados de otorgar o autorizar los apoyos y estímulos públicos, relaciones de interés o nexos de parentesco por consanguinidad o afinidad en cuarto grado o sean conyuges", tampoco pueden contratar, con recursos públicos "a personas con nexos de parentesco con los directivos de la organización, ya sea por consanguinidad o afinidad hasta en cuarto grado". Y el problema es que Transforma México, y por ende la Lotería Nacional y su directora Laura Valdez, también ha violado esas normas: ahí están los aportes a instituciones de asistencia privada, también muy respetables pero que no pueden recibir esos apoyos, como el Instituto Amigos de Maria, que encabeza la señora María Inés de Quesada Reynoso, que recibió poco más de 2 millones de pesos, o la organización Promoción y Acción Comunitaria (PACO) que encabeza la señora María del Carmen Fuentes Quesada, que recibió un millón y medio de pesos de Transforma México, 200 mil pesos de Vamos México, 500 mil del DIF y becas alimentarias de la Sedesol. O la Asociación Mexicana de Diabetes en Guanajuato, que encabeza la señora Gemma de los Dolores Padilla Fuentes, que recibió 850 mil pesos de Transforma México y 200 mil de Vamos México. Todas esas organizaciones están encabezadas por familiares del presidente Fox en una línea de relación familiar superior al cuarto grado. Ninguna de ellas podía, entonces, recibir esos recursos que, insistimos, además, la Lotería no podía entregar por tratarse de instituciones de asistencia privada.
Ayer, el auditor superior de la Federación, Arturo González de Aragón informó oficialmente en la cámara de diputados que el fideicomiso Transforma México se constituyó ilegalmente, porque viola el artículo segundo de la ley orgánica de la propia Lotería Nacional. La investigación avanza en lo administrativo y en lo penal. También informó que se fiscalizará de manera "vertical y horizontal" a la fundación Vamos México, para establecer si ha recibido o no recursos públicos, luego de que una primera auditoria no tan exhaustiva había establecido que no había recibido recursos públicos. Esa nueva auditoria, nos informó ayer en nuestro noticiero en Imagen Informativa, González de Aragón, ya se inició.
Todo esto es un grave golpe a la Lotería Nacional, a su directora Laura Valdez e indirectamente a la propia fundación Vamos México, porque los primeros pueden ser sancionados administrativa y penalmente, y la fundación que encabeza la señora de Fox, puede, aunque no resulte involucrada legalmente en estos casos, quedar (lo está ya) cuestionada como el eje articulador de la asistencia social en el que se intentó eregir. En todo caso, el reclamo de los legisladores y de muchas instituciones de asistencia pública y privada, es que, al final de este camino, se retome el eje articulador original de la asistencia social, con todos los cambios que sean necesarios para mejorar su funcionamiento, que era el DIF que hoy es una institución más del sector salud.