El EPR reaparece en forma ?oportuna?
Columna JFM

El EPR reaparece en forma ?oportuna?

El primero de agosto habrá elecciones en Aguascalientes y en Oaxaca, pero serán dos comicios diferentes. Mientras en Aguascalientes se espera que los comicios sean tranquilos, probablemente con una ventaja para el panismo, en Oaxaca la presencia creciente del candidato de la alianza Todos Somos Oaxaca, del PRD, PAN y Convergencia, Gabino Cué está provocando la adopción de medidas desesperadas de parte del sector duro del priismo que encabeza José Murat y que tiene como candidato a Ulises Ruiz.

El primero de agosto habrá elecciones en Aguascalientes y en Oaxaca, pero serán dos comicios completamente diferentes. Mientras que en Aguascalientes se espera que los comicios sean tranquilos, probablemente con una ventaja para el panismo mucho menor a la esperada originalmente (Oscar López Velarde está haciendo una muy interesante campaña mientras que el panista Luis Armando Reynoso se ve afectado por un escándalo derivado de la administración del estadio de fútbol donde actualmente juega el Necaxa), que le podría llevar a perder, al PAN, incluso, la capital del estado, en Oaxaca la presencia creciente del candidato de la alianza Todos Somos Oaxaca, del PRD, PAN y Convergencia, Gabino Cué, está provocando la adopción de medidas desesperadas de parte del sector duro del priismo que encabeza José Murat y que tiene como candidato a Ulises Ruiz.

Gabino Cué tiene posibilidades reales de ganar la elección y esas posibilidades se ampliarán en la misma medida en que la participación ciudadana aumente: cuanto más gente vote mayores son las posibilidades de una alternancia en la entidad. Por eso mismo, las presiones tienden a evitar la participación, a generar una situación en la cual la gente tenga miedo de salir a votar e incluso a generar un clima electoral que se convierta en un pesado legado para quien suceda al actual gobernador en el estado. Esas herencias abarcan de todo: desde graves problemas financieros y auditorias que no se han podido realizar a los recursos derivados del ramo 33 (el que entrega la federación a los estados y municipios para la obra social) hasta la presencia, reconstruida durante la actual administración estatal, del EPR en la entidad.

Esa presencia del EPR (que realizó los más cruentos ataques armados en la historia reciente del país en Huatulco y Tlaxiaco en 1996, luego de lo cual la mayoría de sus dirigentes locales fueron detenidos en la región de los Loxichas) tiene tres vertientes que coinciden con la estrategia oficialista: primero, la candidatura "independiente" del fundador del PROCUP (antecedente del EPR) Felipe Martínez Soriano, que fue detenido después el asesinato de dos policías de La Jornada a principios de los 90. Martínez Soriano y otros miembros del PROCUP detenidos en aquella oportunidad fueron dejados en libertad cuando el actual presidente nacional del PRD, Leonel Godoy, les otorgó una preliberación cuando era secretario de gobierno durante la administración de Cuauhtémoc Cárdenas en la capital. La candidatura "independiente" no tiene sentido, ni tampoco competirá electoralmente, simplemente es una artimaña más para realizar campaña contra la candidatura de Gabino Cué contra la que Martínez Soriano ha enfilado todas sus baterías buscando que los sectores de la izquierda más radical no voten por el candidato opositor. No serán muchos, pero en una elección que se espera muy cerrada todos los votos cuentan, incluso aquellos que se impida ejercer.

La pregunta es porqué. Y la razón es sencilla, Martínez Soriano y los grupos ligados al EPR que fueron detenidos en 1996 han tenido un trato privilegiado durante la administración Murat. Todos los detenidos, incluyendo los que se comprobó fehacientemente que participaron en los ataques a La Crucecita, en Huatulco, y Tlaxiaco, que dependían del fuero local fueron liberados, incluyendo personajes que en su momento se comprobó que participaron, entre otros secuestros importantes, en el de Alfredo Harp Helú. Quedan detenidos sólo los que dependen del fuero federal. El acuerdo, dicen, fue la libertad a cambio de no operar en Oaxaca durante el gobierno de Murat. Y ese acuerdo aparentemente se cumplió. Pero ahora que el sexenio termina y las necesidades políticas crecen, no sólo reaparece Martínez Soriano con su candidatura "independiente", sino, mucho más grave aún, ha reaparecido el propio EPR particularmente en la región de Los Loxichas, presionando a los nuevos líderes de organizaciones surgidas en el periodo posterior a su desarticulación, para que se incorporen a ese grupo armado, como es el caso de la organización de Pueblos Indígenas de Loxicha.

La reorganización del EPR, según informes provenientes de fuentes federales de inteligencia, se ha iniciado, además, con acciones de adiestramiento en la zona urbana y conurbada de la ciudad de Oaxaca y mediante la infiltración en fuerzas de seguridad locales. El adiestramiento está encabezado por un antiguo dirigente del EPR que ya ha dividido sus fuerzas en dos áreas, además de los Loxichas, el Valle Central y la Sierra Sur, donde los milicianos están organizados en parejas que vigilan el movimiento de las corporaciones policiales de la zona preparando sus futuras acciones armadas. En la zona Loxicha se están dando reuniones nocturnas de varios miembros del grupo armado, dirigidas por otro antiguo dirigente de la organización. Esas reuniones y acciones de entrenamiento en los Loxichas son abiertas como una forma de intimidar y presionar a los pobladores de la zona. Uno de sus dirigentes, apodado comandante Marcos (que nada tiene que ver con su homónimo zapatista) está acopiando armamento para resucitar en la zona las "brigadas de ajusticiamiento" que provocaron el temor en toda la región en el pasado y comienzan a propiciarlo nuevamente.

El último comunicado del reconstruido EPR oaxaqueño critica, como es costumbre en esa organización, a todos los partidos políticos, sin embargo, del gobernador Murat sólo dice que está más preocupado en su propia sucesión que en atender los problemas locales; pero los más amplios espacios el comunicado los dedica al candidato opositor Gabino Cué, llamando a no votar por él para evitar "un clima represivo contra los indígenas loxichas". Aseguran que de ganar Gabino la elección habrá levantamientos que terminarían con su gestión como ocurrió en 1977 con el gobernador Zárate Aquino, en una reflexión que pareciera mucho más cercana a las visiones del muy antiguo régimen que a un grupo que se supone, por lo menos en su discurso, que es de "izquierda".

La tercera vertiente que se ha utilizado es reposicionar el tema de la libertad de los presos políticos loxichas y la exigencia de una ley de amnistía federal para ellos, acusando al presidente Fox de no haber cumplido sus compromisos de campaña al respecto.

Ese es uno de los peligros que se presentan ante la elección del domingo primero de agosto en Oaxaca: la posibilidad de violencia orquestada por algún grupo armado manipulado por sectores de poder para reventar el proceso electoral o por lo menos intimidar a la población para que no ejerza su derecho al voto. Con un agravante: gane quien gane esa elección, sabe que deberá confrontar un problema tan grave como lo es la existencia de grupos armados que tuvieron años para reagruparse, sabiendo, además, cuál es la mano que mece esa cuna.

En la medida en que la gente asuma que no se puede dejar intimidar y ejerza su derecho al voto, esa amenaza disminuirá. Hoy, en las actuales condiciones, el voto es la única arma de la sociedad para frenar esos intentos que nada tienen que ver con la democracia que vive buena parte del país.

Decisiones en el IFE

Hoy se votará la redistritación electoral del país en la reunión del IFE y la oposición de algunos partidos a ella parece ser simplemente ridícula, porque no se está ante una operación política sino de un proceso estadístico que parece irreprochable: que les guste o no a ciertos grupos políticos, que les convenga o no la nueva distritación, no es culpa del IFE. Como es francamente ridícula la oposición priista a la designación de Teresa Inchaústegui como nueva directora de capacitación del IFE, con el argumento de que es "elbista". Tere es una mujer talentosa, preparada, independiente, feminista declarada, cuya relación con Elba Esther fue aceptar ser candidata suplente, independiente, en las listas del PRI en la pasada elección, pensando que así habría un espacio para las mujeres. Cuando vio lo ocurrido con la elaboración de las listas de candidatos en ese partido, simplemente renunció a esa posibilidad. Inchaústegui sería una magnífica incorporación en el equipo de Luis Carlos Ugalde. Ojalá así lo entiendan todos los partidos políticos.

Y por cierto, hoy se cumple un año de la promulgación de la ley de transparencia en el DF. Las consejeras María Elena Pérez Jaen y Odette Rivas aún esperan que esa transparencia a la que tanto se opone López Obrador comience a ser una realidad. Hasta ahora, lo único que han recibido son presiones y algunos agravios.

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