Las tribus se rebelan
Columna JFM

Las tribus se rebelan

Las cosas en el interior del PRD no están nada bien. El fin de semana, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal rechazó la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para que Joaquín Meléndez Lira fuera el nuevo delegado en la Gustavo A. Madero. Ayer, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, decidió que la esposa del gobernador Alfonso Sánchez Anaya, la senadora Maricarmen Ramírez deberá ser registrada por el propio PRD como candidata a gobernadora de ese partido, pese a que el PRD ya registró como candidato, en alianza con Convergencia, a Gelasio Montiel.

Las cosas en el interior del PRD no están nada bien. El fin de semana, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal rechazó la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para que Joaquín Meléndez Lira fuera el nuevo delegado en la Gustavo A. Madero. Ayer, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, decidió que la esposa del gobernador Alfonso Sánchez Anaya, la senadora Maricarmen Ramírez deberá ser registrada por el propio PRD como candidata a gobernadora de ese partido, pese a que el PRD ya registró como candidato, en alianza con Convergencia, a Gelasio Montiel.

Todo ello, mientras las distintas corrientes perredistas continúan con una lucha insistente por quedarse con espacios de poder propio en el partido: están tan preocupados por disputarse el poder de cara al 2006 que no comprenden que con la creciente debilidad estructural del perredismo la posibilidad de llegar a él, con o sin desafuero de López Obrador, se aleja irremediablemente.

El jefe de gobierno capitalino reiteró que su corazón político está con la ex corriente de izquierda democrática, que sigue dirigiendo como se demostró en la reciente reunión en Oaxtepec de los miembros de la misma con su líder, René Bejarano. Allí estuvieron todos los principales dirigentes de la corriente escuchando a Bejarano que cerró la reunión de dos días en el hotel El Tepozteco. Javier Hidalgo, integrante destacado de esa corriente y vocero del comité ejecutivo nacional del PRD, destacó, dice El Universal, la "actitud estoica" de Bejarano ante las agresiones sufridas e incluso anunció que pedirán una "interlocución enérgica" con el jefe de gobierno para evitar, nada más y nada menos dijo, que continúe el "linchamiento público" del que es objeto el pobre y estoico Bejarano. O sea que no es Bejarano el que vimos en los videos guardándose hasta las ligas del dinero que recibía de Carlos Ahumada; no fue él quien recibió millones de pesos en sucesivas entregas, dinero del que no ha dado explicación pública alguna respecto a dónde fue utilizado; tampoco fue Bejarano el que en las pláticas que pudimos ver y oír en eso videos entre chantajeaba y negociaba con Ahumada. Menos aún fue él quien dijo que hacía las operaciones sucias para el jefe de gobierno. Finalmente tampoco fue él quien presentó documentos burdamente falsificados respecto de las cuentas de Rosario Robles y otros personajes del perredismo, por lo cual no se le ha iniciado, siquiera, una averiguación previa, a pesar de que allí cometió, evidentemente, un delito. No, Bejarano es un hombre estoico que ha soportado un linchamiento público. Leer para creer.

Quizás por eso, el jefe de gobierno, desde el tres de marzo cuando aparecieron los videos de Bejarano, jamás ha criticado públicamente a Bejarano, jamás le ha exigido que le explique qué hizo con ese dinero o cuál era el tipo de relación que mantenía con Ahumada, ni mucho menos cuales fueron los otros miembros de su corriente que se corrompieron: el hecho es que el jefe de gobierno ha protegido y sigue protegiendo a Bejarano. Porque lejos de congelar a esta corriente y a su dirigente por la corrupción de la que hizo gala en el caso Ahumada, el jefe de gobierno ha seguido brindando apoyo y respaldo político a la ex CID ahora denominada Izquierda Democrática Nacional y encabezada por la esposa de Bejarano, la diputada Dolores Padierna, que fue la principal organizadora, por ejemplo, de la marcha de apoyo a López Obrador de hace dos semanas.

La designación de Meléndez Lira para dirigir la Gustavo A. Madero se inscribe en esa lógica: el propuesto es un miembro destacado de la corriente de Bejarano, quien ya había sido una suerte de interventor en la delegación cuando se dio la primera salida de Octavio Flores Millán. El problema es que la designación de Meléndez Lira, le daba aún más posiciones a la ex CID en la capital y eso rompía los ya difíciles equilibrios entre las distintas corrientes internas del perredismo. Por eso, los legisladores locales de las corrientes de Unidad y Renovación (que representa a Cuauhtémoc Cárdenas) y los de Nueva Izquierda, que encabeza Jesús Ortega decidieron no darle el visto bueno a Meléndez Lira. Lo que llama profundamente la atención es que nadie mejor que el propio López Obrador sabía de esa situación y es algo más que un mensaje el que haya decidido romper esas cuotas de poder para impulsar aún más a la ex CID y particularmente a Bejarano, del que Meléndez Lira siempre fue un cercano colaborador. En otras palabras, la mayoría de la Asamblea no apoyó la designación de López Obrador porque éste apostó por Bejarano desconociendo las posiciones de las otras corrientes (Flores Millán había sido candidato en parte por su vieja relación con Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, en parte por el impulso de Nueva Izquierda).

Y es que el enfrentamiento entre las distintas corrientes perredistas es cada día más dura y eso debilita también cotidianamente, la ya de por sí endeble estructura partidaria. Y paradójicamente, es el propio López Obrador el que una y otra vez ha tratado de impulsar a los sectores ligados a la ex CID, a la que considera su corriente más cercana, en demérito de las otras que participan en el PRD, pero la CID nunca ha podido crecer fuera del DF y el área metropolitana. Nueva Izquierda, conocida como los Chuchos (encabezada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano) tiene buena parte de la estructura partidaria en el país, y UNyR también tiene una presencia importante, pese a que ha resultado la más golpeada por el lopezobradorismo y ha sufrido deserciones (algunos las llaman traiciones en la propia UNyR) importantes como las de Leonel Godoy y Graco Ramírez.

En ese contexto debe inscribirse, también, lo sucedido con Maricarmen Ramírez. La esposa de Alfonso Sánchez Anaya obtuvo ayer un importante triunfo legal que quizás le asegure la candidatura para Tlaxcala (no queda claro, sin embargo, si la resolución del Tribunal descalifica la decisión del CEN perredista de designar a Gelasio Montiel como candidato de alianza con el partido Convergencia), pero parece ser una derrota política. ¿Cómo explicará el CEN perredista que un gobernador y su esposa los hayan ignorado y que ahora, vía tribunales, les impongan una candidatura que se supone que el partido no quiere?¿qué sucedió con sus principios que rechazan explícitamente que un familiar en primer grado pueda ser el sucesor de un gobernante en funciones? Porque si los principios han sido ignorados, Maricarmen y Sánchez Anaya tendrían que haber sido ya, separados del partido. Si no es así tendrían que revisar sus propios documentos y declaraciones. Pero lo interesante será ver qué hace el CEN del PRD ahora: tiene instrumentos para desconocer la candidatura o descalificarla. Pero tiene también la posibilidad de quedar mal con muchos y aceptar la candidatura aún a costa de que ni triunfe en la elección constitucional, ni pueda mantener la unidad interna ni la coherencia en sus apreciaciones. Lo importante, en todo caso, será ver cuáles de las diferentes corrientes apoyará cada una de las distintas posiciones y si el matrimonio Sánchez Anaya generará, con tal de conservar el poder, algo así como el regreso de la pareja prodiga.

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