El domingo en la noche, el CEN del PRI emitió la convocatoria para la elección de su candidato para las elecciones en el estado de México, unas elecciones que se realizarán hasta julio del año próximo. En la época del partido ?prácticamente único?, la designación del candidato en el estado de México solía enviar una fuerte señal de respeto, vía dedazo, por el presidente en funciones. Ahora las cosas han cambiado. La competencia es real es real y en el estado de México, como a nivel nacional, son tres (PRI, PAN, PRD) las fuerzas políticas que tienen posibilidades de triunfo.
El domingo en la noche, el CEN del PRI emitió la convocatoria para la elección de su candidato para las elecciones en el estado de México, unas elecciones que se realizarán hasta julio del año próximo pero que, como siempre sucede en esa entidad, resultan una suerte de laboratorio de los comicios federales del año siguiente. Pero las cosas han cambiado.
El estado de México sigue siendo un laboratorio pero ahora para experimentos diferentes que en el pasado. En la época del partido "prácticamente único", la designación del candidato en el estado de México solía enviar una fuerte señal respecto a quién sería el candidato designado, vía dedazo, por el presidente en funciones.
Ahora las cosas han cambiado. La competencia es real y en el estado de México, como a nivel nacional, son tres (PRI, PAN, PRD) las fuerzas políticas que tienen posibilidades de triunfo. El estado de México está funcionando como un laboratorio diferente que antaño: sirve para observar, primero, cómo se alinean las fuerzas internas en cada uno de los partidos para sacar el candidato a gobernador y, segundo, cómo quedan las propias elecciones, lo que puede ser una radiografía muy cercana a lo que suceda al año siguiente. Recordemos que en 2003, el PRI ganó los comicios en el estado pero apenas por una diferencia de 6 por ciento de los votos, lo que en unos comicios para la elección de gobernador literalmente no es significativa.
Además, para el priismo mexiquense se presentan problemas adicionales. En el poderoso cordón urbano que rodea al Distrito Federal, el priismo se encontrará con que la presencia del PRD (vía efecto contagio de López Obrador) será muy importante. Y también será el lugar de una fuerte presencia del panismo, que elegirá a su candidato a mediados de noviembre próximo, entre José Luis Durán y Rubén Mendoza Ayala, los dos ex presidentes municipales con muchas posibilidades, sobre todo el segundo, en ese cinturón conurbado. Es verdad que esa división puede favorecer, finalmente al priismo, pero para eso necesita buenos candidatos y presencia en esa región del estado y mucha mayor votación en el resto del estado, sobre todo en el valle de Toluca (una ciudad que, recordemos, también ha perdido en el pasado).
Si analizamos la estrategia que devela la convocatoria, sumado a la renuncia forzada de Isidro Pastor a la dirigencia local del priismo y la designación, vía Comité Ejecutivo Nacional, de una suerte de interventor que es nada menos que el muy conocido Manuel El Meme Garza, no sería en absoluto descabellado pensar que el PRI, por lo menos el madracista, ya tiene decidido qué hacer. El candidato será Carlos Hank Rhon. Como dijimos aquí hace meses, el lanzamiento de su hermano Jorge como candidato en Tijuana (Jorge es un hombre con problemas de imagen muchísimo mayores que Carlos, un financiero con buena reputación en el mundo de los negocios), fue una prueba para saber cómo sería recibida una candidatura de los hijos del legendario y controvertido profesor Carlos Hank González. En Tijuana hubo un alto abstencionismo y pese a todo, incluyendo el asesinato del periodista Francisco Ortiz del semanario Zeta, Jorge Hank Rhon ganó los comicios después de 20 años de gobiernos locales panistas. ¿Por qué entonces cerrar la puerta para su hermano Carlos en el mucho más importante estado de México? El nombre Hank en esa entidad pesa y pesa mucho, y más aún influye la fuerte presencia económica de la familia y en particular de Carlos en el estado y en todo el país. Y esa puede ser una ventaja definitiva, además de que podría resultar una candidato "prácticamente" de unidad en un contexto muy difícil y disputado.
Por supuesto que habrá otros, muchos, precandidatos, pero a la hora buena será difícil que el cuadro se modifique. En este sentido, la "rebelión" de Isidro Pastor tuvo varios efectos interesantes que poco y nada tenían que ver con su propia candidatura. Pese a que Pastor se había presentado desde el 2003 como un decidido opositor a Roberto Madrazo, su acción en las últimas semanas parecen haber favorecido a éste y afectado, aunque sea parcialmente, al gobernador Arturo Montiel. El gobernador demostró que tiene un cierto control sobre el proceso con la salida de Pastor, luego del largo enfrentamiento que mantuvo con éste, pero ya no podrá tener una decisión absoluta en el proceso: le tuvo que abrir la puerta al CEN que encabeza Madrazo, no sólo aceptando la intervención del priismo estatal con un dirigente impuesto desde el centro, sino también aceptando al propio Carlos Hank Rhon.
No es que el empresario esté enfrentado con Montiel (hace unas semanas, cuando anunció que sí buscaría la candidatura, Hank envió un mensaje muy transparente a Montiel: dijo que la decisión de quien sería el candidato dependía de la decisión del propio gobernador, dando a entender que no sólo se disciplinaría a él sino que le sería leal, aunque sabemos que las lealtades en políticas suelen ser siempre relativas), pero el hecho, el dato duro es que Carlos Hank Rhon es una de las personas más cercanas, en lo político y en lo personal, a Roberto Madrazo.
La relación es añeja y casi familiar y tiene su origen en el fallecido Hank González. Controlar la elección del estado de México para Madrazo es fundamental. Primero porque relativizaría mucho los espacios de Arturo Montiel que, sin duda, quiere la candidatura. Pero además es muy importante por las fechas: la elección del candidato priista en el estado coincidirá con el comienzo de la asamblea nacional del partido que deberá fijar las reglas para la elección del candidato para los comicios federales del 2006. La elección estatal, en julio próximo, se realizará en pleno proceso interno de selección de candidatos del tricolor. La toma de posesión, el 15 de septiembre del 2005, coincidirá en los hechos con las definiciones federales del priismo y el virtual inicio de la campaña presidencial.
Si Hank Rhon gana primero la candidatura y luego la elección constitucional, no veo cómo alguno de sus adversarios internos podrá derrotar a Madrazo. Podrán competir con él, podrán demostrar que el madracismo está lejos de tener la hegemonía completa en el priismo, pero los instrumentos internos de poder estarán, no todos pero sí en número considerable, en sus manos. Y eso le permitiría transitar hacia la candidatura sin mayores problemas. Si el proyecto Hank Rhon llegara a frustrarse sea en el proceso de selección de candidato o en la elección constitucional, eso sería una grave derrota para Madrazo, que pondría en peligro sus posibilidades de ser candidato presidencial. Cualquiera podría decir que entonces los adversarios del madracismo podrían operar para debilitar a Hank Rhon. Pero en realidad no pueden hacerlo: quizás pueden buscar un candidato interno que le dispute los comicios internos, pero nadie que quiera ganar las elecciones federales del 2006, puede resignarse a perder, previamente, el estado de México.
La diferencia estará, entonces, en la posibilidad que tendrá Madrazo de contar con votos y con respaldo económico, si Hank Rhon llega a la gobernatura. No creo que haya para el tabasqueño nada más importante en su agenda política inmediata, que este proceso interno en el estado de México.
Por cierto, lo interesante, será ver quiénes se presentan además de Hank Rhon, para ver cómo quedan finalmente los equilibrios internos, en los cuales se le deberá dar un peso muy importante a la zona conurbada del estado. Por eso se ha hablado tanto de la posibilidad de Enrique Jacob como futuro presidente del PRI en el estado.