No es un complot, es la mafia ajustando cuentas
Columna JFM

No es un complot, es la mafia ajustando cuentas

El lunes, el procurador del DF, Bernardo Bátiz volvió a tratar de tomarnos el pelo. Presentó un video que encontró en marzo pasado, en el cateo a las oficinas del Grupo Quart, de Carlos Ahumada, que contiene una plática entre éste y René Bejarano. Bátiz confesó que el video original tiene dos horas de duración, pero, como seguramente pensó que los comunicadores y los ciudadanos capitalinos sufrimos de algún extraño déficit de atención, nos mostró una copia de apenas nueve minutos que incluye nada más y nada menos que 12 cortes, en el que sólo se pueden entender algunas frases entrecortadas y fuera de contexto de Ahumada con respuestas monosilábicas de Bejarano.

El gobierno capitalino sigue operando políticamente el caso de los videoescándalos como si tratara de informar a una sociedad de infradotados, que sólo escuchando un par de palabras o nombres clave, puede olvidar todo el contexto de una información. No comprendo cómo se les puede seguir el juego sin el menor ejercicio crítico.

El lunes, el procurador del DF, Bernardo Bátiz volvió a tratar de tomarnos el pelo. Presentó un video que encontró en marzo pasado, o sea hace casi ocho meses, en el cateo a las oficinas del Grupo Quart, de Carlos Ahumada, que contiene una plática entre éste y René Bejarano. El mismo Bátiz confesó que el video original tiene dos horas de duración, pero, como seguramente pensó que los comunicadores y los ciudadanos capitalinos sufrimos de algún extraño déficit de atención, nos mostró una copia de apenas nueve minutos que incluye nada más y nada menos que 12 cortes, en el que sólo se pueden entender algunas frases entrecortadas y fuera de contexto de Ahumada con respuestas monosilábicas de Bejarano (éste pronuncia en la edición editada del video sólo nueve palabras). Pero ahí está el notición que durante ocho meses nos tuvo guardado el señor Bátiz como la joya de la corona: en un momento Ahumada dice que de esas negociaciones no se tiene que enterar Carlos Salinas (ni tampoco Creel, Televisa, Reforma, ni nadie, agrega). A partir de allí, el gobierno capitalino y sus epígonos llegan a la conclusión de que Salinas fue el que organizó "el complot" contra López Obrador. ¿Qué prueba mayor se puede encontrar que el que Ahumada haya pronunciado el nombre de "El Innombrable"?

En realidad, si se escucha con seriedad lo poco que se puede entender en ese video por la forma concientemente tramposa en que fue editado, lo que tenemos es algo completamente diferente. Yo no sé si finalmente Ahumada le entregó esos videos a Salinas o a otros, tampoco si, como se dice, toda esta disputa gira en torno al hecho de que Ahumada pagó la deuda que tenía el PRD con Televisa que sumaba varios millones y quería que en compensación, como aparentemente lo había acordado con el PRD, le pagaran sus contratos que López Obrador tenía paralizados.

Lo que es claro, colocado además en el contexto de los demás videos que hemos conocido, es que existe toda una red de negocios poco claros, imposibles de transparentar, en el que han participado Carlos Ahumada, René Bejarano, Carlos Imaz, Gustavo Ponce Meléndez y otras instancias del gobierno capitalino anterior y actual, y por supuesto del PRD en el DF. Eso es indudable: incluso este video tan editado, tan manipulado para buscar "proteger" a Bejarano, no puede ocultarlo: lo que pide Ahumada en éste y otros videos vistos anteriormente es que le paguen lo que le deben y pide una reunión con Andrés Manuel López Obrador para que desatore esos pagos dando a entender que el jefe de gobierno sabe de todo lo realizado (derecho o torcido) y que no lo quiere recibir por un conflicto, dice, personal, no político. En ese video, una de las pocas palabras que se le escuchan a Bejarano decir es que ojalá Ramón (me imagino que Sosamontes) tenga la capacidad que él no tuvo para establecer una reunión de Ahumada con López. Y Ahumada agrega que tampoco la tuvieron Lázaro, Rosario y Javier Solórzano. No nos engañemos: no sabemos qué sucedió después, pero lo que los videos nos están mostrando es una disputa personal que tiene más de mafiosa que de política. Ahumada y Bejarano en éste y los anteriores videos no están discutiendo por diferencias políticas, sino de negocios inconfesables, tanto que jamás aluden a ellos en forma directa, negocios relacionados con el PRD y con el gobierno capitalino y varios de sus dirigentes, incluyendo al propio López Obrador.

Es verdad que en una de las frases, editada por supuesto así que no sabemos cuál es el contexto exacto en el que la dice, Ahumada sostiene que de esos negocios no se deben enterar "ni Carlos Salinas, ni Creel, ni Televisa, ni Reforma, ni nadie". Y que también dice, en una edición especialmente entrecortada, que si no le cumplen él tendrá que tomar sus decisiones. Y evidentemente las tomó porque meses después vimos los videos de Ponce, Bejarano e Imaz en Televisa. La PGJDF y los epígonos de López que quieren defender a como dé lugar a Bejarano, dicen que eso demuestra que Ahumada estaba chantajeando al operador perredista. En realidad es un chantaje muy peculiar: Ahumada, según los dichos de los videos anteriores, pagó por lo menos cinco millones de pesos al pobre objeto de chantaje para obtener su apoyo, para que le consiga que le paguen lo que le deben y hable con López Obrador. Si Ahumada estaba chantajeando, para qué entonces entregar dinero a Bejarano, a Imaz, a Ponce Meléndez, a otros actores del gobierno capitalino y del partido. Un chantaje funciona exactamente al revés. Es verdad que en los inconexos cortes de la cinta que gentilmente nos permitió escuchar la procuraduría de Bátiz, Ahumada suena desesperado y amenaza con decir todo.

Pero ese no es un chantaje ni una disputa política, es una pelea entre personajes que han realizado, todos, negocios inconfesables (insisto, tanto lo son que incluso en esas pláticas, que se suponía privadas, ninguno se atreve a hablar de ellos con claridad), y que tienen, por una u otra razón, deudas recíprocas. Son pleitos mafiosos: entre los capos del narcotráfico estas cosas se arreglan a tiros, entre personajes del mundo político perredista capitalino parece que han reemplazado las armas de fuego por videos y filtraciones. Ambas pueden ser políticamente letales. Recuerda un texto de Woody Allen sobre este tipo de asociaciones: "Formé, dice Allen en uno de sus cuentos, una empresa y yo soy el presidente…y mi madre es vicepresidente, mi padre secretario, mi abuela tesorera y mi tío es miembro del consejo. Nos reunimos la primera semana e intentaron correrme. Me alié con mi tío y mandamos a la abuela a la cárcel". Eso es lo que está pasando en el GDF y el PRD capitalino.

En resumen. Nada de lo que mostró Bátiz permite concluir que quien organizó el famoso "complot" fue Carlos Salinas ni ningún otro de los nombrados en ese video. Por supuesto que podría ser que las cintas, finalmente, hayan llegado a éste, o directamente a Televisa, o a los panistas. De allí devino el escándalo. Que Ahumada cumplió con su advertencia y que después de que no le pagaron terminó divulgando las cintas, no hay duda. Pero lo que no sabemos porque tanto las anteriores como éstas cintas no lo dicen es lo principal: ¿cuáles eran esos negocios oscuros?¿quiénes, además de los ahora conocidos, estaban implicados en ellos?¿cómo se relacionaban con el PRD y el GDF?¿dónde fue a parar el dinero que vimos que entregaba Ahumada a Bejarano e Imaz?¿dónde quedaron los por lo menos 40 millones de pesos que lavó Ponce Meléndez y que no terminan de aparecer en sus cuentas?¿se trató de simple corrupción de este altísimo funcionario capitalino o, como decían que hacían los funcionarios de Carlos Menem en los años en que éste "gobernaba" Argentina, Ponce "robó para la Corona" o sea para su jefe y su campaña?

No olvidemos una cosa: el domingo, entrevisté en Séptimo Día, en Canal 40, a José Luis Santiago Vasconcelos. Le preguntaba al subprocurador para la delincuencia organizada, si Ponce había podido hacer todas esas transferencias, todos esos movimientos, solo, sin apoyo, sin cómplices pues. Santiago Vasconcelos me aseguró que las investigaciones están demostrando que sí tuvo cómplices en la estructura de gobierno, que están siendo investigados, que esas investigaciones están adelantadas y que más temprano que tarde habrá resultados públicos. La pregunta que no me pudo contestar Santiago Vasconcelos es si esas complicidades iban hacia arriba o hacia abajo en la red de gobierno capitalino. O en ambas direcciones.

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