Los desplegados de Osiel: ¿quién pagó?
Columna JFM

Los desplegados de Osiel: ¿quién pagó?

El 21 y 22 de octubre pasados, publicamos en este espacio varias de las cartas con instrucciones de Osier Cárdenas a su grupo, fuera de la cárcel de la Palma, que había sido decomisadas en dos allanamientos, uno en casa de Metepec y otro en las Lomas de Chapultepec. En una de esas cartas es especialmente explícita sobre cómo operar desde La Palma en el terreno de la publicidad y los derechos humanos.

El 21 y 22 de octubre pasados, publicamos en este espacio varias de las cartas con instrucciones de Osiel Cárdenas a su grupo, fuera de la cárcel de la Palma, que habían sido decomisadas en dos allanamientos, uno en una casa de Metepec y otro en las Lomas de Chapultepec, la primera muy cerca del penal de La Palma, donde está recluido Cárdenas, y otra en la ciudad de México, donde estaba el control operativo, el enlace de Osiel en el reclusorio y con el resto de su organización. Una de esas cartas es especialmente explícita sobre cómo operar desde La Palma en el terreno de la publicidad y los derechos humanos .

Allí ordena Osiel Cárdenas (se respeta el texto original): “1) construir una guardería tipo Jungle Gym afuera de Almoloya; 2) médico para todos los internos de la misma empresa según sus necesidades del interno, como ejem: ceralin (no se entiende la letra), pharmaton u otro tipo de medicamento que urge los que están mal; 3) buscar un ex militar abogado y contratarlo en el buffet como licenciado pero no tener contacto con los internos, únicamente jurídico y escritos”. Luego continúa: “4) conseguir todos los libros, manuales, leyes, derechos humanos, servicios militares y sacarles copias como prueba documentar que obren en altos no se pierde nada, al contrario sirve para atraer con sus mismas leyes “P30” legislación militar, etc. La mayoría de todos fuimos detenidos por militares; 5) solicitar los folletos de derechos humanos internacional; 6) solicitar los trípticos de derechos humanos en México; 7) reglamento nuevo del Cereso, diario oficial de la federación 15 de enero del 2004”. Y agrega una reflexión: “la gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de la gente”.

Eso fue antes de que la gente de Osiel Cárdenas organizara a sus abogados y los de otros presos “aliados” en una organización supuestamente de derechos humanos; antes de que se organizara a los familiares en forma similar a las de agrupaciones de familiares de presos políticos (y con un discurso idéntico a ellas); antes de que Osiel Cárdenas y esas agrupaciones publicaran desplegados en los periódicos u ofrecieran, desde el penal, entrevistas en vivo para la televisión. Antes también de que comenzaran los ajustes de cuentas con narcotraficantes de otros grupos detenidos en el propio penal de La Palma. Fue antes de todo ello pero en esas cartas, y en otras más que publicamos aquí entonces, estaba ya configurado todo lo que ocurrió en los meses posteriores en el penal de La Palma.

Cuando se dieron los más recientes cambios en Seguridad Pública y se decidió romper con los círculos de corrupción que le permitían a éstos y otros grupos tener el control de La Palma (y de otros penales del país) lo primero que se hizo fue relativamente sencillo: aplicar el reglamento del propio penal de máxima seguridad que se había ido relajando hasta convertirse en una caricatura. El tono en el que se expresaban y operaban los allí detenidos lo vimos en aquel video en el cual, cuando se les pedía el nombre y el delito por el que purgaban pena, uno de los reclusos, simplemente escupió al piso frente a sus custodias. La otra cara de esa operación, la vimos un día después, cuando seis trabajadores del penal de Matamoros, fue asesinados de una forma brutal.

Ayer, firmado por los presos de La Palma se publicó en varios periódicos del país otro desplegado cuyo texto podría haber sido firmado por los presos políticos de fines de los 60 o principios de los 70. Para cualquier lector desprevenido podría tratarse de una violación más de las garantías individuales similares a las de un pasado que en muchas ocasiones sigue presente. Pero se trata de una suma de distorsiones de la realidad que ponen de manifiesto, una vez más, el establecimiento de una estrategia, como decíamos ayer, que comienza a ser altamente ideologizada (por lo menos en el discurso) de parte, por lo menos, de estos personajes del narcotráfico.

Sobre el fondo del asunto es fácil llegar a conclusiones: lo que está ocurriendo en La Palma es que se está aplicando el reglamento de la propia prisión; los visitadores de la CNDH han estado allí prácticamente todos los días desde que comenzó el operativo para retomar el control del penal y no han presentado, hasta ahora, ni una sola queja. El propio reglamento podría ser mucho más duro, si se lo equiparara, por ejemplo, al de una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos o de algunos países europeos. En la prisión de Florence, en Colorado, según un reportaje sobre el tema publicado en el semanario proceso , los detenidos nunca tienen contacto entre sí, están en una celda de 3 por 6 vigilados, las 24 horas, por tres cámaras de video cada uno de ellos. Pueden salir al patio sólo 15 minutos diarios, con grilletes y acompañados de un guardia, en el patio jamás coinciden con otros reclusos. Tienen derecho, si tienen buena conducta, a una visita familiar al mes de 45 minutos y no es de contacto (obviamente lo que aquí conocemos como visita conyugal está descartada). Pueden hacer una llamada telefónica al mes de 10 minutos a un familiar o persona autorizada. Todas las llamadas son grabadas. Pueden leer materiales previamente revisados y autorizados por la dirección del penal: el tiempo de lectura diario no puede exceder los 90 minutos. ¿Son justas o no esas condiciones de detención? Tendrán que establecerlo los especialistas en el tema, pero son condiciones que se cumplen escrupulosamente. Así purga su condena, en ese penal, el antecesor de Osiel Cárdenas en el cártel del Golfo, Juan García Abrego.

El otro punto es analizar y desmantelar la estrategia impulsada por estos grupos cuando no tiene objetivos legítimos. Estos desplegados que conocimos ayer, según fuentes de la SSP, fueron ordenados por el propio Cárdenas, la publicación la solicitó su abogada Marisela Hernández, el costo por plana de un desplegado de estas características oscila como mínimo en unos 160 mil pesos y se publicaron en varios periódicos del país. La pregunta, el hilo del que se puede jalar es casi obvio: ¿de dónde salió ese dinero, quién pagó, a quién se facturó, de qué cuentas salió el dinero, tienen relación ese gastos con los ingresos de las personas encargadas de publicarlos, en el ámbito fiscal también hay coincidencia entre ingresos y egresos? Son preguntas básicas si se quiere ahondar en el funcionamiento de estas redes de corrupción y complicidad. Sin olvidar, por supuesto, el tono político de la carta que no puede ser ignorado.

Rosario, Yunes: cartas, expedientes

Por supuesto que hay mucha gente que no está de acuerdo, que no simpatiza ni tantito con muchos personajes de la vida política, entre ellos Rosario Robles y Miguel Angel Yunes. Pueden y deben ser criticados (o defendidos) por muchas de sus acciones políticas. Pero cuando el golpe se torna personal y basado en argumentos falaces se transforma en un ejercicio lamentable, sobre todo cuando se da en medios respetados y respetables, realizado por periodistas serios y profesionales. Ayer abordó el tema Ciro Gómez Leyva: sea verdadera o falsa la carta de amor de Rosario Robles que supuestamente se encontró en las oficinas de Carlos Ahumada ¿qué diablos tiene que ver con el tema de los videoescándalos, qué tiene de “fatídica y rebeladora”, de pieza clave para comprender porqué el señor Bejarano y varios otros perredistas se retacaron con los billetes que les entregaba el empresario? Nada, en todo caso se comprendería que saliera publicada en Hola! , pero ¿en proceso ? Al mismo tiempo, mis amigos que hacen La Revista divulgan en primera plana los supuestos expedientes que señalan a Miguel Angel Yunes como parte de una red de prostitución de menores, documentos que antes ya se habían publicado en dos medios y que existe información fehaciente, oficial, sin dudas, de que son falsificados, que no son reales, que no existe tal investigación ni participación. No se trata de Robles o Yunes, ni de algunos medios en particular, en todos hemos cometido errores de éste u otro tipo. De lo que se trata es de preguntarnos, desde los medios, si todo se vale, si por vender algunos ejemplares más vamos a subastar la credibilidad social.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *