Las señales que está recibiendo la administración Fox en el ámbito de la seguridad son muchas y provienen de distintos ámbitos. Ayer, el atentado de ETA en Madrid no puede deslindarse de la confrontación que ha tenido el gobierno federal con esa organización terrorista derivado de las extradiciones de algunos de sus militantes y dirigentes que residían en México, y la intervención para tratar de acabar con algunos redituables negocios que la red de ETA mantenía en nuestro país. Es verdad que esa operación de ?cerrar? a ETA en México había comenzado desde el último tercio de la administración Zedillo, pero en estos años ello ha sido mucho más evidente.
Las señales que está recibiendo la administración Fox en el ámbito de la seguridad son muchos y provienen de distintos ámbitos. Ayer, el atentado de ETA en Madrid no puede deslindarse de la confrontación que ha tenido el gobierno federal con esa organización terrorista derivado de las extradiciones de algunos de sus militantes y dirigentes que residían en México, y la intervención para tratar de acabar con algunos de muchos y redituables negocios que la red de ETA mantenía (en parte los mantiene) en nuestro país. Es verdad que esa operación de “cerrar” a ETA en México había comenzado desde el último tercio de la administración Zedillo, pero en estos años ello ha sido mucho más evidente.
Como lo ha sido el enfrentamiento de ciertos sectores políticos nacionales, como el gobierno del Distrito Federal (que le ha generado una fuerte animadversión a López Obrador en el seno del PSOE e incluso un distanciamiento importante con empresarios como Carlos Slim), de sectores del PRD y del EZLN, defendiendo a la ETA y criticando esa política y sobre todo atacando al juez español Baltasar Garzón que ha encabezado los procesos judiciales en su país contra la ETA. Es una posición indefendible, indigna de una izquierda que se dice moderna: tan indefendible como lo es la actuación de la propia ETA.
El atentado de ayer en Madrid no puede deslindarse de ello. ¿El único objetivo de ETA era perturbar la inauguración de ARCO, de una gran exposición de artes?¿era perturbar un acto que inauguraría el rey Juan Carlos o era también un mensaje al gobierno Fox, que apenas horas antes de iniciar la gira a España había insistido en que continuaría los procesos de extradición de etarras, y que estaría horas después en la inauguración junto con el monarca español? Difícilmente, podría pensarse que no hubo mensaje para Fox, al contrario, todo debería indicar que esa fue la intención.
Pero no es la única señal que debería poner luces rojas en el ámbito de la seguridad. El 31 de enero pasado, en uno de esos espacios con información privilegiada que son tan utilizados en los Estados Unidos, el Staford Daily Briefs, citando a fuentes oficiales del gobierno estadounidense, se hablaba de que la nueva administración Bush considera que antiguos oficiales del sandinismo, se “quedaron” con unos 80 misiles tierra-aire de origen soviético SA-7. El gobierno nicaragüense ha negado esa posibilidad pero los servicios de inteligencia estadounidenses están convencidos de que esas armas están en poder de antiguos oficiales sandinistas y que éstos podrían venderlas ya sea a narcotraficantes o a grupos terroristas. Se inclinan, dice el informe, sobre todo por la primera posibilidad, pero el dato que nos debe interesar, es que este documento considera que esos misiles, si llegan a las manos de los narcotraficantes, servirían para derribar los aviones del presidente colombiano Alvaro Uribe o del mexicano Vicente Fox. Casi no señala otras posibilidades.
Evidentemente, se trata de una especulación basada en algunos informes de inteligencia, con muchos datos sobre la posibilidad, esa sí cierta, de que antiguos sandinistas se hayan quedado con ese armamento, inútil para un enfrentamiento militar moderno, utilísimo para un grupo terrorista. Pero el mensaje debe ser registrado: normalmente, estos informes sirven para enviar una suerte de advertencia de unos sectores de poder a otro.
Ello también debe tomarse en cuenta si se suma al caso de Nahum Acosta Lugo, el ex director del área de giras presidenciales detenido desde el jueves pasado. Ayer se confirmó que Estados Unidos tenía fichado a Acosta desde 1996, luego de que realizara unas operaciones ilegales con agentes judiciales para que obtuvieran micas (aparentemente falsificadas) para entrar a Estados Unidos. Ello no debería deslindarse, tampoco, de lo ocurrido semanas antes y de aquella carta que entregó el embajador Tony Garza, el mismo día que Condolezza Rice asumió la secretaría de Estado de los Estados Unidos, advirtiendo sobre la inseguridad en México y particularmente en nuestra frontera norte y ofreciendo ayuda a la administración Fox para enfrentar el desafío del narcotráfico. Lo grave no fue la carta, sino el que al mismo tiempo que se entregó en la cancillería, la embajada estadounidense la hizo pública. Como en su momento señalamos, se podrá argumentar mucho sobre el sentido diplomático al actuar así, pero mucho de lo que se decía en esa carta era cierto y, también que algo debería haber pasado para que la diplomacia estadounidense reaccionara de esa forma. Evidentemente, estaban lo suficientemente disconformes con algo como para enviar un mensaje tan duro. En todo caso, parecía que Rice estaba fijando, con bastante claridad, cuál será su política hacia México en el segundo mandato del presidente Bush. Tampoco gustó en Washington la reacción del gobierno mexicano a la carta, sobre todo las declaraciones sobre las reuniones que se habían mantenido con Colin Powell y Tom Ridge, en las que éstos no habían hecho ese tipo de observaciones, sin asumir que esos dos hombres ya no formaban parte de la administración Bush, y eso era, muy probablemente lo que quería destacar el mensaje enviado. A las declaraciones grandielocuentes, no hubo respuesta pública alguna, hasta que el presidente Fox llamó a George Bush y desde ese momento se cerró el debate público. Pero no se cerró el tema.
Muchos siguen insistiendo, pese al desmentido oficial, que la advertencia sobre Nahum Acosta llegó de Estados Unidos. La DEA ha dicho que no envió esa información, pero ninguna otra agencia estadounidense lo ha desmentido y se asegura que el ejército mexicano, que recibió esa información, fue decisivo en que se accionara tan rápido contra el funcionario de la presidencia de la república. En otras palabras, pareciera que se le estuviera diciendo al presidente Fox desde Washington que si no puede controlar plenamente la propia seguridad presidencial, cómo podrán garantizar que están controlando efectivamente, en la lógica de la guerra antiterrorista, nuestra frontera norte. Y recordemos que en dos semanas más, el presidente Fox se reunirá con su homólogo estadounidense George Bush, que por cierto ha enviado también el mensaje de que efectivamente sí podrían salir adelante algunos aspectos de su iniciativa migratoria…a cambio obviamente de garantizar realmente la seguridad que los propios Estados Unidos demandan en la frontera: qué es lo que exigen no lo sabemos. Ahí están los mensajes, quedan, abiertas, las interpretaciones.
Unidad Democrática mostró el músculo
Ayer en el Campo Marte, el senador Enrique Jackson y los gobernadores de la llamada Unidad Democrática (más popularmente conocidos como el TUCOM) mostraron su músculo: mucha convocatoria, mucha capacidad de operación, mucha prensa y cartas que pueden ser muy presentables en una contienda presidencial. Evidentemente, hubo dos mensajes: uno para afuera, para la ciudadanía, otro para el interior del PRI y para Roberto Madrazo. En última instancia, esos dos mensajes querían decir lo mismo, el presidente del CEN no está sólo y deberá enfrentar una dura confrontación interna para alcanzar la candidatura. La mayoría de los participantes en la reunión insistieron en que la institucionalización de esta corriente no buscará la ruptura interna sino garantizar reglas claras para la elección del candidato. Pero también buscó demostrar que, quien sea el candidato priista, tendrá que tomar en cuenta a estos sectores. Y en ese sentido, esa corriente demostró ayer su músculo.
Por cierto, Madrazo, que siempre está en lo suyo sin apartarse un ápice de ello, hizo ayer también una jugada importante: institucionalizó la alianza con el partido Verde y se fue, de lleno, contra el IFE. No es una jugada menor: el PRI necesita al Verde para el 2006 y así lo asegura. Pero también Madrazo mueve fichas para evitar que el IFE vaya a congelar las reformas a los estatutos que realizará la asamblea partidaria y que pueden ser impugnados por algunos de sus adversarios, sobre todo por Elba Esther Gordillo.