El PRI apuesta al poder
Columna JFM

El PRI apuesta al poder

Se impondrá la real politik y el PRI no se dividirá. Después de las turbulencias que se generaron a partir de la comida de los miembros de Unidad Democrática, del encontronazo generado por el diferendo Madrazo-Montiel, el hecho es que se ha comenzada a generar diversas operaciones de cicatrización que muestrán cómo el priismo está apostando a regresar primero a Los Pinos y luego a derimir sus diferencias internas.

Se impondrá la real politik y el PRI no se dividirá. Se trata, obviamente de una previsión subjetiva, pero no demasiada alejada de la realidad. Después de las turbulencias que se generaron a partir de la comida de los miembros de Unidad Democrática, del encontronazo generado por el diferendo Madrazo-Montiel, el hecho es que se han comenzado a generar diversas operaciones de cicatrización que muestran cómo el priismo está apostando a regresar primero a Los Pinos y luego dirimir sus diferencias internas, en muchas ocasiones muy profundas, tanto que parecen provenir de partidos diferentes.

Lo que está sucediendo en el PRI es interesante. Primero, el priismo está logrando deslindarse del centro del debate del desafuero de López Obrador. Una trampa en la que algunos dirigentes y legisladores de ese partido aún insisten en caer pero que la mayoría parece haber sorteado. Desde su perspectiva, hacen bien, en el enfrentamiento entre López Obrador y Fox, entre el gobierno capitalino y el federal, entre el PAN y el PRD, los priistas no tienen nada que ganar y sí mucho que perder. No en vano Roberto Madrazo ha insistido en que no habrá desafuero aunque en la cámara de diputados, sobre todo Emilio Chuayffet parecía dispuesto a avanzar en ese camino. El hecho es que con la actual escalada de declaraciones entre López Obrador y Fox, ambos quedan en un espacio de confrontación inocultable que le regala (una vez más y a ver sí éste ahora sí lo aprovecha) todo el centro del espectro político al PRI.

Pero para eso el priismo necesita acortar sus diferencias internas. Y a ello se han abocado en los últimos días. Primero se dieron los encuentros de Madrazo con algunos miembros de Unidad Democrática. En ese sentido fueron especialmente importante los que mantuvo con Manuel Angel Nuñez Soto en el contexto de la elección de Hidalgo, encuentros a los que se sumaron otros priistas de esa corriente como Tomás Yarrington. Madrazo, luego de la derrota en Guerrero, necesitaba aparecer y mucho en Hidalgo y hacerlo en un clima de cordialidad y acuerdos. Eso fue lo que hizo en una situación que le permitió a Nuñez Soto aparecer también en los primeros lugares del priismo, como enlace entre distintos grupos, tanto para insistir en la precandidatura presidencial como para apuntarse, si se dan esos acuerdos, en la búsqueda de la dirigencia nacional del priismo en la época post Madrazo. No es el único, se asegura que también Yarrington podría estar en la búsqueda de esa posición.

Aunque todo ello dependerá del regreso de Elba Esther Gordillo y de los acuerdos que los miembros del llamado TUCOM podrían haber establecido con la aún secretaria general del PRI. Por cierto, en San Diego, a donde regresó Gordillo para terminar de preparar su regreso en estos días, se reunió con ella Enrique Jackson. Gordillo jugará y fuerte en el proceso interno priista. Tiene que hacerlo entre otras cosas porque tiene recursos y fuerza política y los tendrá que demostrar en la asamblea nacional que culminará la semana próxima. Madrazo no debería dejar pasar a los duros de su propia corriente que insisten en la expulsión de Gordillo, eso le sirve sólo como un factor de presión, en términos de política real sería un golpe que a la hora de los votos le podría costar la elección a cualquiera de los candidatos de ese partido. La pregunta es si los acuerdos que están estableciendo los priistas incluyen la permanencia de Gordillo en la secretaría general para que cuando Madrazo se vaya a buscar la candidatura ella quede al frente del partido o si, para no polarizar las cosas, se llega a un acuerdo para que algún personaje neutral o relativamente cercano a Unidad Democrática ocupe esa posición. Pero apostar a la expulsión o el desplazamiento forzoso de Gordillo, implicaría para Madrazo un costo altísimo que difícilmente podría pagar.

En ese espacio político que se abrió a partir de la elección de Hidalgo, se dieron otros dos hechos que se deben tomar en cuenta. Primero, el encuentro que mantuvo Madrazo el lunes con Arturo Montiel. El hecho es que el priismo mexiquense no puede ir a la elección del 3 de julio enfrentado con el nacional, en unos comicios que serán terriblemente disputados, más aún porque ante el escándalo derivado de sus diferentes identidades, Yeickol Polensky (escándalo que debemos registrarlo, porque no es un dato menor, detonaron desde el propio perredismo) irá a la baja y quizás no estemos ante una elección de tercios, sino polarizada entre el priista Enrique Peña Nieto y el panista Rubén Mendoza Ayala. Un dato muy importante para comprender cómo se ha operado esa “reconciliación” es la decisión de Madrazo de designar como delegado en el estado de México a Jesús Murillo Karam, un político muy avezado, muy cercano, también, a los grupos de Unidad Democrática y, sobre todo al propio Manuel Angel Nuñez Soto. Con esa información, la reunión Madrazo-Montiel parece ser un derivado más de los acuerdos que se dieron en Pachuca en los últimos días de la semana pasada. Esos acuerdos trascendieron ayer hasta el encuentro que mantuvo el propio Madrazo con los integrantes de Unidad Democrática (y con el resto de los gobernadores) para allanar el camino hacia el tramo final de la asamblea nacional del tricolor.

Otro encuentro importante, una vez más enmarcado en la idea de las reconciliaciones políticas, aunque sean forzadas, fue el que mantuvo Roberto Madrazo con casi 400 empresarios el lunes pasado. A Madrazo le fue bien y el mensaje quizás más importante que se debe haber llevado el dirigente priista es que los empresarios podrían apoyar, nuevamente, a un presidente de ese partido pero que no aceptarán “un presidente populista”. Y Madrazo, si bien no se comprometió, habló en el tono en el que los propios empresarios deseaban escuchar, aunque evidentemente, al priista le resulta mucho más sencillo criticar los aspectos más negativos de la actualidad que adelantar propuestas concretas. Con todo, el mensaje que mejor debe haber sonado en los oídos empresariales fue cuando dijo que incluiría en su equipo a hombres como Pedro Aspe, José Angel Gurría o Fernando Solana. Una de las preguntas pendientes es saber quién “planchó” con tanta atingencia la relación de Madrazo con los empresarios. Y en ello algunos ven la mano de un ex presidente que mantiene muy aceitadas esas relaciones y cuya relación con Madrazo va, también, viento en popa.

El PRI definirá en los próximos diez días buena parte de su futuro. Siempre están presentes en los debates sobre ese futuro la posibilidad de sus fracturas. Pero el hecho es que la expectativa de regresar al poder es muy alta y eso termina cohesionando grupos y personajes que parecen incompatibles entre sí. Sobre todo hoy, cuando entre el gobierno federal y el del DF, entre el PRD y el PAN, parecen haberle regalado el centro del espectro político al priismo.

El nuevo periodismo, el de siempre

Dos grandes del periodismo y la literatura mundiales, fallecieron el lunes: Guillermo Cabrera Infante y Hunter S. Thompson. El primero, quizás el mejor escritor cubano de su generación, que permanecía exiliado desde hace más de 30 años, luego de la inevitable ruptura con el régimen de Castro. Autor de las célebres Tres Tristes Tigres y de La Habana para un infante difunto , siempre me gustaron muchísimo sus textos sobre cine. Cabrera Infante cuando quería podía ser un periodista extraordinario. Como lo fue Hunter S. Thompson: ese periodista estadounidense de culto, que escribió algunos textos memorables como Miedo y Asco en las Vegas , El Diario del Ron y el que quizás integró sus mejores crónicas: Angeles del Infierno . Pero los textos de Hunter S. Thompson sobre los políticos de la derecha estadounidense, sobre sus íconos y tradiciones en Rolling Stone son los que realmente le dieron un lugar en la historia del periodismo contemporáneo. Thompson, desde la contracultura estadounidense de los 60 y 70, cambió todo. Hoy, hasta algunos de los más edulclorados cronistas intentan imitarlo: creen que hacen nuevo periodismo porque se limitan a escribir en primera persona.

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