¿Alianza anti Madrazo o pro López?
Columna JFM

¿Alianza anti Madrazo o pro López?

La política genera alianzas muy extrañas. Pareciera que, fuera esa o no la intención explícita de la decisión de no avanzar en su proceso de desafuero, el gobierno federal y el del DF, el presidente Fox y Andrés Manuel López Obrador, el PAN y el PRD tienen un acuerdo que parece ir más allá de acabar con ese proceso penal y que en realidad, tendría como objetivo desplazar al PRI, y más concretamente a Madrazo, del escenario electoral 2006.

Dice Groucho Marx que la política no hace extraños compañeros de cama, pero que el matrimonio sí. Sin embargo, la política también genera alianzas muy extrañas. Pareciera que, fuera esa o no la intención explícita de la decisión de no avanzar en su proceso de desafuero, el gobierno federal y el del DF, el presidente Fox y Andrés Manuel López Obrador, el PAN y el PRD tienen un acuerdo que parece ir más allá de acabar con ese proceso penal y que, en realidad, tendría como objetivo desplazar al PRI, y más concretamente a Madrazo, del escenario electoral del 2006.

En ese contexto y partiendo de esa premisa, todos se están preparando para las precampañas. López Obrador está mucho más tranquilo, no tiene presiones gubernamentales ni legales, ha ganado en popularidad (hay encuestas que ya le están dando un 40 por ciento de intención de voto para el 2006 y si bien esas cifras, a 14 meses de la elección, aún pueden variar mucho, ello implica también una distancia considerable respecto a sus posibles competidores) y su acuerdo con el gobierno federal y, se supone, con parte del panismo, le permite trabajar en la que es su mayor carencia en este momento: buscar el centro político. El jefe de gobierno quiere ser visto allí, en el centro, luego de esta larga etapa de distancia, sobre todo, con grupos empresariales. Por eso, en los 80 días que le quedan al frente del gobierno capitalino se concentrará en buscar acercarse a grupos empresariales y a inaugurar obras, aunque algunas de ellas como el nuevo edificio de la cancillería a la que lo invitó al presidente Fox no es, en realidad, una obra del gobierno capitalino sino del federal, por lo que el presidente Fox resulta que estará “invitado” a participar, en la inauguración de una obra suya, de su gobierno, que él financió y pagó y de la que no se llevará crédito alguno. Paradójicamente, mientras López Obrador pasará estos 80 días inaugurando obras, el presidente estará también de gira pero en lugar de inaugurar obras (no podrá hacerlo porque la inversión en infraestructura por porcentaje del PIB ha sido, en nuestro país, la más baja de América Latina en los últimos años) el presidente anunciará “el inicio” de obras que, por una simple cuestión de tiempos, difícilmente podrá inaugurar en lo que resta de su mandato o antes, siquiera, de la elección presidencial.

Al mismo tiempo, Santiago Creel parece estar, ahora sí, ya convencido de que nada tiene para ganar y sí mucho que perder permaneciendo en la secretaría de Gobernación. Todavía como parte de la campaña de reconciliación con el lopezobradorismo, si bien no estuvo en la reunión con el presidente y el jefe de gobierno en Los Pinos, la dirección nacional del PRD visitó a Creel un día antes de ese encuentro en la SG y hablaron de una serie de acuerdos y de un periodo extraordinario de sesiones que, a partir de la distancia que se ha generado con el priismo, hoy se ve lejano.

Creel, que siente que se quitó un peso de encima con el tema del desafuero y que podrá ingresar a la campaña sin un enfrentamiento frontal con el perredismo, anunció esta semana que dejará la secretaría de Gobernación y si no hay cambio en los planes de su partido, ello debería ocurrir, como máximo, en los primeros días del mes de junio, aunque algunos consideran que podría renunciar el mismo lunes próximo, cuando se conozca la convocatoria del PAN para la elección de su candidato presidencial (recordemos que la convocatoria se conocerá el lunes pero que entrará en vigor hasta el primero de junio, según fuentes del PAN). En el entorno de Creel pareciera pensarse que, superado el tema López Obrador, no habrá dificultades mayores en derrotar a Felipe Calderón y Francisco Barrio en la interna del partido (Alberto Cárdenas es visto como un potencial aliado de Creel), aunque la confrontación será más dura de lo que algunos piensan, como lo demostró, en estos días, el propio Barrio Terrazas. Habrá otro elemento que puede ser anticlimático en el panismo: se habla de una copiosa votación en el proceso interno, de más de un millón de votos, pero en fuentes del propio partido consideran que difícilmente acudirán a las urnas, en ese proceso interno, más de 400 mil o 500 mil personas.

Si quedaban dudas en el PRI respecto a la alianza Fox-López Obrador, ayer éstas fueron disipadas por la secretaría de la Función Pública, que inhabilitó a seis funcionarios de Petróleos Mexicanos de la administración Zedillo, comenzando por el ex director de la paraestatal, Rogelio Montemayor, por periodos que van de los 20 a los 10 años para ejercer alguna función pública y, además los multó por dos mil 842 millones de pesos, la mitad de los cuales fueron cargados a la cuenta de Montemayor. Dice el secretario de la Función Pública, Eduardo Romero (que eligió el noticiero de Carlos Loret de Mola para hacer el anuncio) que no hay matiz político alguno en la sanción y que fue casualidad que se presentara en estos días, demostrando así que el Pemexgate “no estaba cerrado”. Olvidan que PEMEX firmó el año pasado un similar a aquel, con el mismo sindicato, por más de siete mil millones de pesos.

Es difícil creer en las casualidades en la política. Además, porque el cálculo político, si se hizo, está mal realizado. Esta sanción podrá molestar a los priistas, como ocurrió, pero a Madrazo y su gente no les mueve ni un pelo: Montemayor y los otros sancionados son considerados los labastidistas que derrotaron a Madrazo en las internas del 99 y el equipo del actual presidente del PRI ni sufre ni se acongoja por esa sanción, al contrario, les viene como anillo al dedo para dos cosas: demuestra por una parte que sí existe una ofensiva del gobierno federal y el del DF, del PAN y del PRD contra el PRI, pero también les sirve para presionar a los sectores que internamente se oponen a la candidatura de Madrazo y que han utilizado el des-desafuero para criticar a éste y tratar de debilitar su posición de cara a la candidatura para el 2006, donde según encuestas preliminares que hemos conocido en los últimos días se vería, después del perdón presidencial a López Obrador, que efectivamente ha perdido puntos. Mientras tanto, Madrazo ha logrado construir un consejo político nacional en el que se apoyará para sostener su candidatura ante los embates internos.

Por eso, mientras Creel dejará su cargo en los primeros días de junio y López Obrador abandonará el GDF el 31 de julio, Madrazo anunciará la búsqueda de su candidatura alrededor del 15 de julio, después de las elecciones del estado de México. Sabe que antes no tendrá presiones porque Arturo Montiel ha logrado que Unidad Democrática no elija un precandidato hasta esa fecha, esperando, él también, que los resultados en su estado lo terminen favoreciendo. Podrían entonces surgir otros nombres. Pero para que esto ocurra, la alianza del PR(D)AN debería ser mucho más clara que ahora y Madrazo tendría que estar convencido de que ello le impediría ganar en el 2006.

Parecido no es lo mismo

El lunes cometimos un error en este espacio: dijimos que el conductor estadounidense obligado a jubilarse por dar a conocer en el programa 60 minutos II un reportaje sustentado en documentos falsos sobre el servicio militar del presidente Bush, durante la reciente campaña electoral fue Tom Brokow cuando en realidad fue su competidor durante años, Dan Rather. Los dos se retiraron casi simultáneamente de la televisión pero el del reportaje fallido contra Bush fue presentado, obviamente, por Rather.

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