Fox y la hora de las lealtades
Columna JFM

Fox y la hora de las lealtades

Ayer acompañé al presidente Fox a una gira por Tabasco, donde inauguró un tramo de la carretera Villahermosa-Escarcega, que pasa por Macuspana. Fue un buen acto, civilizado: el gobernador Manuel Andrade reconoció el trabajo del presidente, el hermano de López Obrador dijo que, efectivamente, se había hecho más en este sexenio que en el pasado; el presidente Fox no atribuyó a su administración sino al trabajo de la sociedad los logros que enumeró.

Ayer acompañé al presidente Fox a una gira por Tabasco, donde inauguró un tramo de la carretera Villahermosa-Escarcega, que pasa por Macuspana. En el acto estuvieron el gobernador Manuel Andrade y el presidente municipal de Macuspana, el hermano de Andrés Manuel López Obrador, José Ramiro. Fue un buen acto, civilizado: Andrade reconoció el trabajo del presidente, el hermano de López Obrador dijo que, efectivamente, se había hecho más en este sexenio que en el pasado; el presidente Fox no atribuyó a su administración sino al trabajo de la sociedad los logros que enumeró.

Pero, en este contexto, en este momento, lo interesante, más que los discursos era observar al presidente de cerca. A unos días del V informe de gobierno, en un momento marcado por la violencia creciente en la frontera; con un virtual enfrentamiento con Washington por ello; con algunas cifras económicas que, por primera vez en los últimos años, pueden hacer temer que el crecimiento no sea de la magnitud que se esperaba; con el presidente actuando, previo al informe, al revés de lo que él mismo, y la mayoría de sus antecesores hacían antes de un evento de esa naturaleza (la tradición indicaba no aparecer, guardarse para no quitar reflectores al informe y Fox está haciendo en estos días exactamente lo contrario). Está en una controvertida campaña televisiva manejando como eje temático el tema de la democracia en una comparación en blancos y negros con el pasado; ha estado toda la semana de gira recorriendo estados y todo indica que así seguirá, incluso en la víspera del informe, cuando el día 29 eche a andar las obras del tren suburbano en la ciudad de México.

Se puede o no estar de acuerdo con el accionar gubernamental y su forma de ver las cosas, pero ayer me tocó ver a un presidente Fox cómodo, tranquilo, confiado aunque reconociendo los peligros que el país tiene por delante. Un presidente Fox que, siempre me ha ocurrido lo mismo, desde los tiempos que era candidato al estado de Guanajuato, resulta un personaje político mucho más atractivo en corto, platicando con él, que cuando debe caer en la formalidad o que, una vez más, se esté o no de acuerdo con él, llega mucho más cuando improvisa, como lo hizo ayer, dejando literalmente de lado el discurso escrito, que cuando lee lo que le han preparado.

Por lo que pudimos platicar con el presidente Fox, el primero de septiembre no habrá un informe tradicional sino, sólo, un mensaje político. Ojalá sea así: creo que Fox ha comprendido cuáles son los puntos nodales para el siguiente año y debe trabajar, y actuar, sobre ellos. Sabe que no puede involucrarse en el proceso electoral y que en todo caso su función es impulsar su visión del país y lograr acuerdos que eviten que las cosas se salgan de cauce. Paradójicamente, muy probablemente en eso no lo ayudan algunos de los anuncios de su reciente campaña, porque generan un clima de confrontación, pero también parece ser claro que el objetivo es marcar la diferencia con el pasado en forma casi maniqueísta, en blancos y negros, con un esquema publicitario que en muchas ocasiones funciona, impulsando sus propios aspectos positivos. Una estrategia que, por ejemplo, le gusta aplicar al ex asesor de William Clinton, Dick Morris que fuera de Los Pinos muchas voces aseguran que ha regresado a asesorar a la presidencia de la república para este cierre de gestión.

Para el presidente Fox el momento es difícil, sobre todo, porque no parece tener demasiados colaboradores en los que realmente confiar. Lo sucedido esta misma semana con Carlos Rojas Magnon es ilustrativo. Es verdad que el ex fundador de Amigos de Fox desde el 2001 dejó de ser parte del equipo presidencial, pero nadie puede negar que mantenía cercanía y confianza con el presidente. Que esta misma semana después de un encuentro con el presidente, Rojas Magnon haya salido a declarar (sea verdad o mentira) lo que supuestamente le dijo el presidente en ese encuentro privado, sobre las preferencias presidenciales en el proceso interno del PAN, con una elucubración que parece, además, bastante descabellada con Alberto Cárdenas presentado oficialmente como el Plan B del panismo, mandando a Santiago Creel al DF y a Calderón al senado, es por sobre todas las cosas un acto de deshonestidad y de falta de lealtad, ya no digamos al presidente, sino a quien es considerado un amigo. Si Rojas dijo la verdad, ventiló algo que el presidente Fox, evidentemente quería mantener en privado. Si mintió, como dice la presidencia, el hecho es más grave aún. Lo que nadie puede negar, es que Rojas Magnon, desde mucho tiempo atrás abandonó la lealtad hacia quien fue su jefe y amigo. Y no es un tema menor porque, hoy, Rojas Magnon, es el responsable del financiamiento de la campaña de Alberto Cárdenas.

Esas deslealtades, sumadas, sin duda, a errores propios, han sido de los mayores problemas de esta administración. El episodio de Rojas Magnon recuerda un hecho que ocurrió en febrero del 2000, en plena campaña electoral y del que informamos en este espacio. De ese mismo ámbito del entonces equipo de campaña del candidato Fox, nos llegó la información de una plática que era totalmente confidencial: que los candidatos Fox y Cárdenas se habían reunido en la casa de un señor Alberto Sánchez, cuñado de Juan Hernández, entonces secretario particular de Fox, reunión en la que éste le propuso a Cárdenas un mecanismo para que declinara a su favor y que contemplaba una serie de acuerdos puntuales que incluían la declinación de Santiago Creel al DF para respaldar a López Obrador. El acuerdo, como sabemos, se frustró porque Cárdenas no aceptaba entonces ni ahora, una alianza con Vicente Fox encabezada por éste. Pero el dato viene a cuento porque si bien la reunión existió y las propuestas se hicieron, la filtración provino de esa misma área del equipo de campaña y al que más dañaba era al entonces candidato al DF, Santiago Creel, que se enteró de aquel encuentro y esa propuesta por estas páginas. Como le acaba de ocurrir ahora.

A nadie le conviene que el presidente Fox cierre su sexenio en un marco de crecientes dificultades políticas, económicas o de seguridad. Para evitarlo, hacia afuera, requiere proponer con claridad y transparencia la ruta que quiere seguir el próximo año, como dice que se propone hacerlo el primero de septiembre. Para adentro necesita consolidar su propio equipo, su núcleo de trabajo duro porque si en general el presidente Fox ha tenido a pocos leales a su lado, en el tramo final de un sexenio, éstos escasean aún mucho más.

El borrego de Jackson

Ayer en la tarde comenzaron a circular dos versiones: una decía que el senador Enrique Jackson había sido detenido con cocaína en el aeropuerto de Toluca y allí esgrimiendo su fuero, dejado en libertad. Otra era más precisa aún: había sido detenido en el aeropuerto capitalino, en la banda de revisión ocho y de allí lo fue a rescatar el Cisen. En realidad, Jackson ayer no había salido de su casa y ni se había acercado a cualquiera de los dos aeropuertos. Ofreció una entrevista en la mañana, luego llegaron su hija y sus nietos, comía con ellos cuando recibió la primera llamada con esa versión y quien le marcaba (y lo encontró en su casa) fue el senador Diego Fernández de Cevallos. Jackson lo tomó como un chisme más y cuando estaba ofreciendo una entrevista, sobre otros temas, a una radiodifusora de Monterrey, después de las seis de la tarde, ya lo estaban bombardeando con llamadas. Era, una más, una mentira absurda que, sin embargo, alguien pasó por las bandas de radio policiales, que fue de donde se enteraron muchos reporteros. Fuerzas federales ya están investigando de dónde salió el rumor difamante y anoche habían encontrado, aparentemente, el origen: salió de una copiosa comida previa a la reunión de la Conago a realizarse hoy en Oaxaca.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil