El vocero del CEN perredista, Gerardo Fernández Noroña, opinó que lo que diga Rosario Robles no importa porque ya es ?un cadáver político?. Rosario que se veía bastante viva para ser un cadáver, aunque fuera político, cuando, como lo había prometido el martes, estuvo ayer a las seis de la mañana en las oficinas de Alejandro Encinas. En conferencia de prensa, Encinas negó que hubiera alguna persecución contra Robles, también negó que la Procuraduría capitalina la estuviera involucrando con el caso de Octavio Flores Millán, y finalmente se encontró con la ex jefa de gobierno a la que le recomendó reunirse con el procurador Bernardo Bátiz que ha sido, precisamente, el instrumento utilizado para la persecución de Robles.
Fino y cuidadoso como casi siempre en sus declaraciones, el vocero del CEN perredista, Gerardo Fernández Noroña, opinó que lo que diga la ex jefa de gobierno Rosario Robles no importa porque ya es, asegura, “un cadáver político”. Rosario que se veía bastante viva para ser un cadáver, aunque fuera político, cuando, como lo había prometido el martes, estuvo ayer a las seis de la mañana en las oficinas de Alejandro Encinas. Este y buena parte de su equipo se habían apresurado para llegar varios minutos antes, para estar preparados para esa visita.
En conferencia de prensa, Encinas negó que hubiera alguna persecución contra Robles, también negó que la Procuraduría capitalina la estuviera involucrando con el caso de Octavio Flores Millán, el ex delegado de la Gustavo A. Madero, detenido esta semana y finalmente se encontró con la ex jefa de gobierno a la que le recomendó reunirse con el procurador Bernardo Bátiz que ha sido, precisamente, el instrumento utilizado para la persecución de Robles.
Porque esa persecución, independientemente de lo que se piense de Robles, existe. Apenas esta semana, con la detención de Flores Millán (acusado por un fraude de 31 millones de pesos contra la delegación que gobernaba), la propia procuraduría capitalina fue la que involucró a Robles en las acusaciones contra el ex delegado, utilizando unas viejas declaraciones de éste al periódico La Jornada que ni siquiera eran parte de su propia declaración ministerial, diciendo que había sido Robles quien le había pedido que contratara a dos funcionarios en la delegación que eran cercanos a Carlos Ahumada. Lo que sencillamente era mentira.
Rosario contestó con una carta muy dura pero inobjetable. Primero, destacó que no era verdad que hubiera recomendado a nadie con Flores Millán, a quien conoció cuando ya era candidato (por cierto, agreguemos nosotros, un candidato impulsado por el grupo de Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, con quienes había trabajado, y respaldado por el grupo de René Bejarano). Platicando con Rosario la tarde del martes en Imagen Informativa, me decía que no sólo no recomendó a esas personas sino que como la persecución en su contra comenzó el mismo 5 de diciembre del 2000 en que tomó posesión del gobierno capitalino López Obrador, cuando ese mismo día todo su equipo, todas las personas cercanas a Robles, fueron literalmente despedidas del gobierno del DF.
Insiste Rosario en un tema que es clave en todo esto: la protección a René Bejarano. No sólo la procuraduría del DF ha hecho todo por no avanzar en las acusaciones contra Bejarano por los famosos videoescándalos, sino que, además, lo ha protegido todo cuanto pudo en otros casos. Rosario recuerda en su carta a Encinas que el 14 de abril del año pasado, Bejarano presentó en conferencia de prensa unos supuestos estados de cuenta de activos bancarios a su nombre, a nombre de su hija, de otros amigos y familiares. En la misma conferencia de prensa resultó evidente que eran falsos. La Comisión nacional bancaria y Bancomer que era uno de los bancos involucrados ratificaron que esos documentos eran falsos y que esas cuentas no existían. Robles presentó ante la procuraduría del DF una demanda por difamación contra Bejarano un día después. Estamos hablando de hace un año y cinco meses: la procuraduría capitalina, en lugar de investigar de dónde habían salido esos documentos apócrifos de Bejarano y de perseguirlo por ese delito, lo que hizo fue investigar todas las cuentas bancarias de Robles, incluyendo las de su padre que lleva muerto cinco años y no encontró nada, pero en todo este tiempo, por esa demanda, jamás ha molestado ni con el pétalo de una rosa al señor Bejarano.
Cita Robles en su carta otros casos de persecución en su contra: la divulgación por la procuraduría capitalina de cartas y documentos personales que no tenían relación alguna con la investigación sobre Carlos Ahumada, o la acusación también realizada por la Procuraduría del DF de que había ayudado a ingresar ilegalmente al país a personas relacionadas con Ahumada, algo que el propio Bátiz tuvo que aceptar que era una falsedad (Bátiz prefirió calificarlo como un “error”).
Y aborda, por supuesto, el caso del ex delegado, negando cualquier relación con el mismo. Pero en este tema se cae nuevamente en el caso Bejarano. El que recomiendaba funcionarios en relación con Ahumada, como lo vimos en por lo menos uno de los ahora famosos videos, era precisamente René Bejarano. Existe un video, que fue ampliamente difundido, en el cual se observa y escucha una larga conversación telefónica de Bejarano con la delegada en Alvaro Obregón, Leticia Robles, ordenándole que designara funcionarios escogidos por el propio Bejarano en cargos administrativos de la delegación. Tampoco por eso, ha sido perseguido el ex secretario particular de López Obrador.
Algo similar ha sucedido con Gustavo Ponce Meléndez, el ex secretario de finanzas del gobierno capitalino al que se dejó escapar luego de que se lo viera en Las Vegas jugando miles de dólares. La causa, el compromiso básico de Ponce Meléndez con López Obrador es antiguo: según fuentes perredistas, fue Ponce Meléndez, entonces funcionario de la Contraloría, quien hizo de intermediario entre la secretaría de gobernación al inicio del gobierno de Ernesto Zedillo, con el propio López Obrador (Ponce y López eran amigos luego de trabajar en mandos medios en el gobierno federal en la época de López Portillo), para entregarla aquella controvertida documentación sobre los gastos de campaña de Roberto Madrazo en la elección local de 1994. Por eso la protección.
En realidad las persecuciones en el PRD no son, desgraciadamente, nuevas. Después de las elecciones del 88, terminaron renunciando a ese partido muchos de sus fundadores, como José Woldenberg y Jorge Alcocer, precisamente por la persecución de la que fueron objeto. En la noche del martes, platicaba con Porfirio Muñoz Ledo (ahora simpatizante de López Obrador) y me hablaba de la persecución de la que él mismo, dice haber sido objeto y que lo llevó a renunciar al PRD. Ahora el fundador del partido, Cuauhtémoc Cárdenas, vive una situación similar, que es mucho más intensa en contra de Rosario Robles, otra de sus fundadoras, ex jefa de gobierno capitalino, ex presidenta del mismo y quien fuera una de sus figuras más populares en el pasado inmediato. El PRD parece empeñado en devorar a sus hijos. ¿Qué mejor demostración que un equipo de campaña de López Obrador en el cual hay de todo, menos perredistas, ni un solo militante que haya participado en la fundación de ese partido?
Y ahora sí se hizo justicia
Finalmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación hizo justicia en el famoso caso Abraham- Medina, por el cual Armando Medina Millet está condenado por el asesinato de su esposa Flora Ileana Abraham Mafud. Luego de diez años de luchas legales, la Corte, ayer decidió que Medina sí asesinó a Flora y deberá cumplir con su condena. De nada sirvieron las presiones políticas de poderosísimos grupos de poder, el empeño llevado hasta el absurdo del gobernador Patricio Patrón Laviada por liberar al amigo de su familia, el intento de politizar un hecho que, simplemente y como señalábamos esta misma semana aquí, con los testimonios de lo sucedido el día del crimen resultaba incontrovertible. Medina seguirá en la cárcel (si su amigo Patrón Laviada no le otorga una preliberación) y Flora Ileana, ahora sí, podrá descansar en paz. Parece mentira pero esta vez se hizo justicia.