La grilla abierta de América Latina
Columna JFM

La grilla abierta de América Latina

Declaró el presidente argentino Néstor Kirchner, muy enojado porque Vicente Fox había dado a entender que en lugar de actuar como anfitrión, había tomado una actitud parcial, que ?Fox gobierne México, que yo gobierno a los argentinos? y agregó ?para algunos la buena diplomacia es tener una actitud de pleitesía y agachar la cabeza ante los fuertes?. Lo declaraba al mismo tiempo que Luiz Inácio Da Silva Lula, principal aliado y mandatario del país hegemónico del MERCOSUR, recibía en un rancho a George Bush y se ofrecía a ser el intermediario regional para sacar adelante el controvertido ALCA.

Declaró el presidente argentino Néstor Kirchner, muy enojado porque Vicente Fox había dado a entender que en lugar de actuar como anfitrión, como buscador de puentes en la reunión de Mar del Plata, había tomado una actitud parcial, que “Fox gobierne México, que yo gobierno a los argentinos” y agregó “para algunos la buena diplomacia es tener una actitud de pleitesía y agachar la cabeza ante los fuertes”. Lo declaraba al mismo tiempo que el presidente del principal aliado y en los hechos el país hegemónico del MERCOSUR, Luiz Inácio Da Silva Lula, mandatario brasileño, recibía con toda cordialidad en un rancho al presidente estadounidense George Bush y se ofrecía a ser el intermediario regional para, a pesar de lo ocurrido, sacar adelante el controvertido ALCA, el Area de Libre Comercio de las Américas, que literalmente, dos días antes, el presidente venezolano, Hugo Chávez, en una imagen que, digna de un viejo show de los tres chiflados, recorrió el mundo, había mandado en un mitin “al carajo”.

¿Dijo algo Kirchner porque Chávez había estado haciendo abierto proselitismo político en su país, le recomendó que gobernara a los venezolanos porque él gobernaba a los argentinos?¿criticó de alguna forma a Lula por, aparentemente, estar haciendo exactamente los contrario de lo que los países del MERCOSUR más Venezuela, habían propuesto en Mar del Plata? No lo hizo, y es lógico, sobre todo lo segundo (lo primero, ya verá Kirchner los costos internos que tendrá para su política futura, pero ése, él lo dijo, es un problema suyo). Es lógico porque el gobernante brasileño está en su papel, en el que siempre, desde hace décadas (gobernaran Brasil dictadores militares o políticos demócratas, de derecha, de centro o de izquierda) Itamaraty (una de las cancillerías más profesionalizadas del mundo) ha buscado y en muchas ocasiones logrado: mantener la hegemonía regional, ser y presentarse ante Estados Unidos como el interlocutor de la región, y eso incluye desde ser intermediario para la negociación del ALCA (una propuesta que habría que recordar que le hicieron las naciones latinoamericanas a Clinton en la primera cumbre de las Américas en Miami, en nuestro infausto 1994, como reflejo directo del TLC del Norte de América, y que no fue, como algunos creen, una ocurrencia de Bush para someter al continente) como para exigir una posición permanente, representando a toda la región en el Consejo de Seguridad de la ONU. Entonces, mientras Kirchner, un hombre sin duda bien intencionado pero de mecha muy corta y algunos rasgos autoritarios, y Chávez, que es un aventajado aprendiz de dictador populista, presionan, Brasil, Lula, en particular, juega su papel de intermediario e interlocutor. Para eso, era necesario sacarse de encima a México. Y en muchas ocasiones por los muchos errores que ha cometido la cancillería en este sexenio, lo han logrado.

Pero en esta ocasión, en Mar del Plata, no se equivocó Fox, hizo lo correcto: debía defender el ALCA porque los hechos demuestran que eso es lo mejor para nuestros intereses (y a mediano y largo plazo para el interés regional). No puedo estar de acuerdo con alguien como Rosario Green (a quien mucho aprecio, además) que, sabiendo tanto sobre el tema y conociendo tan bien la región, dice que Fox en Mar del Plata dividió a América Latina: la región está dividida, y profundamente, desde hace tiempo y Rosario, que entre otras cosas fue secretaria de relaciones exteriores y embajadora en Argentina, lo sabe: conoce perfectamente cuáles son las diferencias de fondo que existen entre la política exterior de Brasil (con sus aliados) y la de México. Y eso no es nuevo: lleva, por los menos, desde la segunda guerra mundial. Sí tiene toda la razón Rosario en otro punto: lo que sí dividió a la región fue buscar la secretaría general de la OEA compitiendo con nuestro principal aliado, que es, debería ser, Chile. O nos equivocamos cuando no avanzamos, siendo Eduardo Robledo embajador en Argentina, en establecer un TLC con ese país cuando la hegemonía de Brasil allí era creciente y por alguna razón, entonces el gobierno de Ernesto Zedillo no quiso avanzar en él, a pesar de que solicitud argentina. Aquello fue un grave error, esto fue correcto. Además, ¿podría México haber adoptado una posición diferente en Mar del Plata para “no dividir a América Latina? No porque si hubiera apoyado la posición del MERCOSUR y Venezuela, se hubiera distanciado de Chile, Colombia y Centroamérica que es donde hoy están nuestros aliados en la región.

Es verdad también que es una cuestión de estilos y de formas. Una cosa es tener la experiencia política e internacional de Ricardo Lagos y otra la de Vicente Fox. Como decía ayer Juan Ignacio Zavala, no parece una buena idea ir a Argentina a criticar a Maradona y además en forma gratuita. Pero recordemos que, hablando de estilos, el avión presidencial, terminada la cumbre y antes de las declaraciones de Fox sobre Kirchner, fue retenido algunas horas en el aeropuerto de Mar del Plata porque por problemas de “logística”, no se le permitía despegar. Son estilos y detalles: ni Fox ni Kirchner son precisamente cuidadosos con ellos.

Finalmente queda el tema de la petroquímica. Ayer leía en reforma una nota interesante sobre el tema: un especialista de la Agencia Internacional de Energía decía que la propuesta de la integración energética de México y Centroamérica es buena pero que las principales petroquímicas deben construirse en México para abastecer la región. Y tiene toda la razón. El problema es que la ley no permite que haya inversión privada en esos proyectos dentro de nuestro país y los legisladores se han negado a sacar una reforma en ese sentido y todo indica que si persiste la actual correlación de fuerzas, lo mismo sucederá en la próxima legislatura. Y sin inversión privada esas plantas son incosteables. Por eso PEMEX refina petróleo mexicano en Texas, en una planta construida con inversores privados a unos kilómetros de la frontera y por eso, se está planteando algo similar para Centroamérica. Hay que recordar que los dos únicos países del mundo que tenemos este tipo de restricciones para la inversión privada en energía, somos nosotros y el ejemplar régimen de Corea del Norte.

Entonces, si el objetivo es depender menos de la importación de energía y petroquímicos, si se quiere buscar una mayor autosuficiencia en el sector, si se desea generar un mucho mayor valor agregado a nuestro petróleo, la opción es buscar este tipo de salidas que además tienen, es inocultable, un sentido político: fortalecerse en una región tentada por el petróleo barato (y el compromiso político) que le ofrece Hugo Chávez. Pero el punto central es que el núcleo energético que tendría que alimentar a la región claro que tendría que construirse en México y más precisamente en el sur de Veracruz, de Tabasco o en Chiapas, o en varios de esos puntos a la vez. Pero para ello se requiere una reforma legal que la mayoría no está dispuesta a otorgar, que el PRD dice que no aceptará si llega al gobierno y contra la cual, desde la oposición, la mayoría de los priistas también dicen estar en contra. Y cada día que pasa, México tiene una mayor dependencia energética y vende su petróleo con menor valor agregado por barril.

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