Cinco historias del 2005 que determinarán el 2006
Columna JFM

Cinco historias del 2005 que determinarán el 2006

Concluye el 2005 con la misma incertidumbre con que comenzó respecto a cuál es el rumbo futuro del país. Cinco grandes historias, marcaron este 2005 y tendrán repercusión, determinarán el curso del año próximo. El primero de esos temas fue el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. El segundo los procesos internos para designar candidatos en el PRI y el PAN.
La creciente inseguridad, es un hecho que este año han muerto mil 500 personas por ajustes de cuentas de grupos del narcotráfico, muchos más muertos que las bajas sufriadas por la tropas que intervinieron en Irak. Y el quinto es la relación con Estados Unidos y la inserción de México en el Mundo.

Concluye este 2005 con la misma incertidumbre con que comenzó respecto a cuál es el rumbo futuro del país. Si en enero pasado el tema era la confrontación entre el ejecutivo y el legislativo, entre ambos con el gobierno del DF, de éste con el poder judicial, todo en un marco de abierto futurismo electoral, terminamos el 2005 con el mismo cúmulo de incertidumbres pero, por lo menos, con claridad sobre quiénes serán los actores del 2006 y cómo jugarán sus cartas, aunque la posibilidad de la confrontación y de la violencia siguen estando tan presentes en el ambiente que resultan imposibles de soslayar.

Cinco grandes historias, cinco temas marcaron este 2005 y tendrán repercusión, determinarán el curso del año próximo. El primero de esos temas fue el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Una de las grandes paradojas del desafuero es que el entonces jefe de gobierno capitalino evidentemente había cometido un delito, había desacatado una orden judicial en forma conciente, pero ese hecho, en lugar de generar un castigo social, propició, le dio la base a López Obrador, para construir una campaña electoral adelantada en la que, incluso, se terminó adueñando del PRD y no le dio espacio a sus adversarios internos, como Cuauhtémoc Cárdenas, ni siquiera a debatir con él respecto a su candidatura. El desafuero marcó el 2004 y la primera mitad del 2005, elevó enormemente a López Obrador en las encuestas pero tampoco habría que sobredimensionar sus efectos políticos: en pleno momento del desafuero, el PRD perdió estrepitosamente el estado de México y no pudo mantener Nayarit. Los resultados electorales del perredismo en el 2005 no fueron de la magnitud de lo que se hubiera esperado de acuerdo con las encuestas y el proceso fue tan rápido que hoy, siete meses después, ya prácticamente nadie recuerda el desafuero. Pero, no cabe duda que el mismo fue la mejor arma política de López Obrador en el 2005. Tanto que pasado el mismo, poco a poco su candidatura ha ido perdiendo fuerza, en forma lenta pero constante, hasta comenzar el año casi empatado con sus rivales del PRI y el PAN.

Los procesos internos para designar candidato en esos dos partidos, es otra de las grandes historias del año. En julio pasado, después de los triunfos priistas en el estado de México y Nayarit, todo indicaba que el priismo podía recuperar el poder en el 2006 incluso con cierta facilidad: el aparato daba muestras de eficiencia; Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo parecían haber llegado a un acuerdo; el llamado Tucom se aprestaba a elegir un candidato que pudiera competir realmente con Madrazo y el escenario para el tricolor era, sin duda, promisorio. Seis meses después todo eso cambio en forma dramática: Gordillo y Madrazo rompieron cualquier relación; Arturo Montiel resultó el candidato del Tucom pero las revelaciones sobre su patrimonio destrozaron tanto sus aspiraciones como la posible formación de una corriente renovadora en el PRI y Madrazo obtuvo la candidatura pero perdió en espacios y legitimidad al no tener una competencia real por delante. Como nunca antes, el priismo inicia la carrera hacia el 2006 aún con posibilidades, pero con enormes dudas.

En el PAN, por el contrario, la elección interna fue un éxito porque la candidatura oficial, la de Santiago Creel, fue derrotada en forma abrumadora por Felipe Calderón. El ex presidente del partido no sólo ganó el proceso interno sino que puso al PAN en la competencia para el 2006, y lo hizo poniendo distancia con el presidente Fox, lo que le otorga un amplio margen de autonomía. Gracias a ese resultado, el PAN pudo reposicionarse y tener aspiraciones reales de ganar las próximas elecciones.

Un tercer tema que no se debe desestimar es que, pese a todo, sigue existiendo toda una amplia franja del electorado que prefiere el clientelismo e incluso la corrupción que un auténtico juego democrático, marcado por la legalidad y la transparencia. En el PRI, las acusaciones respecto a Montiel y otros personajes no han hecho mella en su electorado; en el PRD, puede López Obrador decir que no gobernará rodeado de corruptos, pero nadie le pregunta qué sucedió con los videoescándalos, con su secretario de Finanzas, Gustavo Ponce Meléndez, con su operador René Bejarano o con su delegado Carlos Imaz; en el PAN las denuncias, fundadas o no, sobre los hermanos Bribiesca no ha disminuido la popularidad presidencial. Como en muchos otros países de la región, pareciera que el clientelismo, la ideología o la búsqueda de la eficiencia, siguen estando por encima de la transparencia y el rechazo a la corrupción. Y todos nuestros políticos parecen ver, en ese sentido, la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

El cuarto tema es la creciente inseguridad. Se podrá esgrimir muchas cifras, pero el hecho es que en este año han muerto mil 500 personas por ajustes de cuentas de grupos del narcotráfico, muchos más muertos que las bajas sufridas, por ejemplo, por las tropas que intervinieron en Irak durante el 2005. La inseguridad y la presencia creciente del crimen organizado en sus distintas formas, pero cada día más importante en torno al narcomenudeo, ha sido uno de los temas del año y será uno de los grandes desafíos del futuro. Paradójicamente, ninguno de los candidatos parece querer entrarle al tema, pese (o quizás por ello) a que el crimen organizado ha logrado una presencia indudable en prácticamente todos los rincones del país, independientemente del partido que esté en el poder local.

Un quinto tema es la relación con Estados Unidos y la inserción de México en el mundo. Este año no ha sido bueno al respecto y, sobre todo, ha quedado de manifiesto que no se ha podido establecer una relación idónea con Estados Unidos porque en Washington no ha habido ni interés ni sensibilidad, y porque desde México no hemos sabido influir en la política del otro lado de la frontera. Si a eso le sumamos la distancia que se genera con buena parte de las naciones de Sudamérica por la presencia de los Hugo Chávez, los Evo Morales, por los interés hegemónicos regionales de Brasil y la apuesta argentina a esos acuerdos y políticas, es evidente que la relación de México, en el terreno diplomático, con esos países no puede pasar por un buen momento, pero tampoco hemos sabido potenciar correctamente la relación con nuestros dos principales socios en la región: Chile y Colombia. Pareciera que no queremos saber (porque haciendo un simple análisis objetivo de la situación cualquiera lo sabe) qué lugar ocupamos en el momento y hacia dónde se deben dirigir nuestros esfuerzos políticos, diplomáticos, comerciales y económicos. Y por eso, tampoco avanzamos en las reformas, las transformaciones que aún están pendientes para colocar la economía en esos carriles. Desafortunadamente, una vez más, nada parece estar indicando que los candidatos tengan claridad sobre estos temas o, en su caso, que quieran hacer que estos temas formen parte del debate público. Ojalá así fuera porque ese concepto (¿dónde estamos insertos en el mundo?¿hacia dónde queremos ir?) debería ser la base para cualquier otro debate. Allí, por encima de cualquier otra consideración, queremos concentrar los deseos para el 2006: sin claridad en ese tema, lo demás sólo puede llevarnos a mayores confrontaciones y retrocesos.

Hasta el 2006

Nos tomaremos unos días de descanso con motivo de las fiestas de fin de año, y esta columna volverá a aparecer el lunes 9 de enero. Para usted querido lector, gracias y muchas felicidades en este año que comienza.

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