Cárdenas y la restauración del más viejo PRI
Columna JFM

Cárdenas y la restauración del más viejo PRI

En las próximas horas todos los partidos deberán definir sus listas de candaidatos. Escándalos tipo Chuayffet aparte, a quien más le ha costado hasta ahora ese proceso, es a López Obrador. El descontento que existe en el perredismo por esas designaciones explica la crítica de Cuauhtémoc Cárdenas.
Los candidatos de AMLO no tienen porqué tener alguna relación con el PRD. No son progresistas, la mayoría no son siquiera personajes con un respetado perfil demócrata.

En las próximas horas todos los partidos deberán definir sus listas de candidatos. Escándalos tipo Chuayffet aparte, a quien más le ha costado hasta ahora ese proceso, es a López Obrador. El descontento que existe en el perredismo por esas designaciones explica la crítica de Cuauhtémoc Cárdenas, pero va mucho más allá: en realidad, más del 70 por ciento de las listas de la alianza por el bien de todos no estarán ocupadas por militantes perredistas y  casi ninguno es cardenista.

Ello no tendría porqué ser negativo si los aspirantes fueran políticos con respetabilidad y peso político propio, pero sucede todo lo contrario. Ejemplos hay muchos: el más evidente la insistencia en colocar como candidato a senador en Quintana Roo al ex alcalde Juan Ignacio García Zalvidea, un hombre que además de que está inhabilitado legalmente para ocupar esa posición está acusado de diferentes delitos; llevó durante su administración al punto más bajo a Cancún; su hermano estuvo detenido durante meses acusado de lavar dinero para el narcotráfico. García Zalvidea en apenas cuatro, cinco años, pasó por el PRI, el PAN, el Partido Verde y ahora el PRD (pasó también por la cárcel, por la malversación de fondos del ayuntamiento). ¿Qué tiene que ver este hombre con las causas democráticas, progresistas sobre las que se creó el PRD?

Como candidato a senador aparece Víctor Anchando, ex secretario de gobierno de Chihuahua y acusado, por el propio PRD y por diferentes instituciones de derechos humanos, como uno de los responsables de negligencia y protección a los autores de las muertas de Juárez.  Fue, junto con el ex procurador El Chito Ríos, de los funcionarios más cuestionados en la gestión de Patricio Martínez. ¿Qué hace ese hombre representando al PRD en el senado?.

José Guadarrama fue uno de los más célebres y oscuros operadores electorales del priismo. Está acusado por el PRD de haber perpetrado dos fraudes electorales en contra de ese partido en Michoacán. El mismo partido del sol azteca lo acusó de ordenar el asesinato de siete campesinos en su natal Hidalgo. También organizó un fraude contra el PAN en Pachuca y en la campaña de Francisco Labastida siempre se dijo que Guadarrama se quedó con buena parte de los recursos que estaban destinados a la misma en los estados: eran, casualmente, los recursos supuestamente provenientes del famoso Pemexgate. Guadarrama buscó cobijo en el PRD para librar esas acusaciones. ¿Qué hace un hombre como Guadarrama de candidato del PRD?. Peor aún, el segundo en la fórmula en Hidalgo es el ex cantante Francisco Berganza: en unos pocos años ex priista, ex panista, ex perredista, ahora militante de Convergencia, acusado del secuestro de un comerciante. Dos candidatos impresentables. La lista podría continuar: Elías Dip en San Luis Potosí; Víctor Gandarilla en Sinaloa; Raúl Sifuentes en Coahuila; Alfonso Durazo en Sonora; el derrotado Alfonso Sánchez Anaya entre los plurinominales en Tlaxcala; el controvertido líder sindical Roberto Vega Galina.

Supongamos que los candidatos de AMLO no tienen porqué tener alguna relación con el PRD, pero ¿qué tienen que ver con las causas que esa corriente política se supone que ha defendido históricamente?. No son progresistas, la mayoría no son siquiera personajes con un respetado perfil demócrata, muchos están acusados de reiteradas y sucesivas traiciones y de delitos graves. Dicen algunos, en el entorno perredista, que esos candidatos le traerán votos a López Obrador: las encuestas confirman lo contrario. La más reciente, la de María de las Heras, dice que perdió más de 700 mil adherentes en apenas un mes, desde que comenzaron a divulgarse esos nombres. ¿Cómo no comprender el descontento público de Cárdenas y de muchos perredistas ante la restauración, bajo las siglas del PRD, del más viejo PRI?

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