Ganó Calderón y hay un nuevo equilibrio político
Columna JFM

Ganó Calderón y hay un nuevo equilibrio político

Falta que el resultado sea oficializado este miércoles por el IFE, pero el triunfo de Felipe Calderón es ya irreversible, con el 99 por ciento de las casillas computadas mantiene una ventaja de casi 400 mil votos, un punto porcentual de diferencia respecto a Andrés Manuel López Obrador.

Falta que el resultado sea oficializado este miércoles por el IFE, pero el triunfo de Felipe Calderón es ya irreversible: con el 99 por ciento de las casillas computadas mantiene una ventaja de casi 400 mil votos, un punto porcentual de diferencia respecto a Andrés Manuel López Obrador. El resultado es irreversible porque matemáticamente ya es imposible otro número, pero también porque para revertir 400 mil votos con impugnaciones, como aparentemente le están recomendando hacerlo a López Obrador algunos de sus asesores, se tendrían que anular miles de casillas y no existe un solo dato que avale esa posibilidad: la elección del domingo fue, en muchos sentidos, impecable y paradójicamente la mayor parte de las impugnaciones serias se han dado en el DF por el acarreo y la presión del voto ejercitada por el perredismo.

Fuera de analizarlas con mucho más detalle en los próximos días, la jornada electoral del domingo deja varias enseñanzas que son decisivas para el futuro. Primero, Calderón ganó derrotando el intento de dedazo e incluso parte de la dirigencia de su partido. Demostró, en el camino, que esa vía, la de la designación desde arriba de los candidatos, ya no es viable y que por el contrario el haber sido un candidato alterno, basado en su propia fuerza, lo posicionó en un lugar que el PAN, lisa y llanamente, no estaba en posibilidades de ocupar hace apenas un año. Ello no implica desconocer que, aunque ha recibido muchas críticas justas e injustas, la gestión del presidente Fox sigue teniendo un índice de aprobación alto y eso ayudó a un buen candidato como Calderón.

Es también, ésta, la hora de la verdad de López Obrador. El tabasqueño realizó una elección impresionante. No sólo alcanzó la mayor votación histórica del PRD sino que lo ubicó como segunda fuerza política nacional, por encima del PRI. En el 88, Cuauhtémoc Cárdenas tuvo un gran acierto y un grave error: acertó, luego de la elección, en apostar por la institucionalización de las fuerzas que se habían congregado en torno a su candidatura y de allí nació el PRD. Se equivocó cuando permitió que los grupos duros del partido se terminaran deshaciendo de buena parte de la mayoría de sus principales activos dirigentes y se dilapidó un caudal político importantísimo. Si López Obrador opta ahora por querer impugnar las elecciones y busca ganar en la calle lo que perdió en las urnas, también dilapidará de la peor manera el capital que ahora ha acumulado. Porque, además, deberá tomar en cuenta que ganó muchas posiciones que debería ser de su interés preservar, con personajes que en el futuro querrán jugar, ellos también, un papel en el futuro del perredismo: Marcelo Ebrard, desde el gobierno del DF buscará posicionarse y lo mismo hará Ricardo Monreal desde el senado. Cuauhtémoc Cárdenas también buscará recuperar sus posiciones y ello pasará, además, por el crecimiento de Lázaro Cárdenas Batel. Si López Obrador no asume que ellos son parte del capital político acumulado y que tienen un papel autónomo que jugar en el futuro perderá el legado que pueda dejar en este proceso.

El derrumbe del PRI es real, pero es más real el de su candidato Roberto Madrazo: el tabasqueño apenas sobrepasa los 20 puntos mientras que los candidatos a senadores y diputados del tricolor alcanzan el 27 por ciento. En este sentido, se deben marcar unos tres puntos de votos priistas que aparentemente se trasladaron a Felipe Calderón y otros 5 puntos que alcanzó en las elecciones legislativas Nueva Alianza y que representan votos del magisterio. Si Madrazo necesitaba alguna demostración de lo que perdió con la ruptura con Elba Esther Gordillo ya tiene una medida para estimarlo. Pero perdió también en muchos oros sentidos: por ejemplo, Francisco Labastida obtuvo casi el doble de los votos que Madrazo en Sinaloa o el propio Madrazo perdió en forma abrumadora en sus dos bastiones: Oaxaca y Tabasco. Hace un año, todo parecía dado para que el priismo recuperara la presidencia de la república: en apenas doce meses Madrazo y su equipo más cercano, lograron llevarlo a un muy lejano tercer lugar, tanto en las presidenciales como en el congreso. Una hazaña difícil de emular. Hoy a los gobernadores y legisladores priistas les quedará la tarea de reencauzar a su partido y olvidarse de los discursos restauradores que los llevaron al precipicio. Para el PRI las alternativas son la refundación o la balcanización, no más.

Ya lo dijimos pero Elba Esther Gordillo jugará un papel importante en el futuro. Nueva Alianza alcanzó el registro con un increíble cinco por ciento en el legislativo. Esa bancada de Nueva Alianza será altamente cotizada en los futuros equilibrios porque sumados con legisladores de otras fuerzas políticas le podrán dar la mayoría a Calderón en el congreso. Pero demuestra que la fuerza de Gordillo no era un tigre de papel.

Finalmente una de las mejores noticias de esta elección es que el partido Alternativa, pese a la guerra sucia que sufrió de su llamada ala campesina, obtuvo el registro con un margen muy significativo. Alternativa y su candidata, Patricia Mercado, se convierten así, en el referente de una nueva izquierda que será muy útil para renovar la política nacional. Ellos también han acumulado un capital que no pueden dilapidar.

Ayer decíamos que nadie ganó todo ni nadie perdió todo y eso es quizás lo que se confirma con los resultados dados a conocer por el propio IFE en estas horas. Falta la confirmación oficial de los mismos, pero las tendencias ya están marcadas y son irreversibles: tenemos un nuevo presidente que buscará un gobierno de coalición; un congreso sin mayoría pero con un nuevo equilibrio interno; un PRD que tendrá que decidir entre apostar por el futuro o por el pasado; un PRI que se debate entre la refundación y la balcanización. Dos nuevos partidos, Nueva Alianza y Alternativa, que parecen con mayores posibilidades que algunos de los ya existentes. Tenemos un nuevo escenario político, con nuevos actores y nuevas posibilidades. Es una buena noticia.

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