El Tigrillo es…un tigrillo
Columna JFM

El Tigrillo es…un tigrillo

Qué bueno que se desarticuló una red de traficantes de drogas que operaba en Estados Unidos y qué bueno que en la misma operación se logró detener a Francisco Javier Arellano Félix y otros integrantes del llamado cártel de Tijuana. Pero las autoridades antinarcóticos y el departamento de Justicia de los Estados Unidos no tienen la menor idea de cómo funciona el narcotráfico en México y dentro de su país o nos están mintiendo. Lo peor es que a esa ignorancia o mentira se han sumado las propias autoridades mexicanas en voz, nada menos, que del procurador general de la república, Daniel Cabeza de Vaca.

Qué bueno que se desarticuló una red de traficantes de drogas que operaba en Estados Unidos y qué bueno que en la misma operación se logró detener, aparentemente en una embarcación en alta mar, mientras estaban pescando, a Francisco Javier Arellano Félix y otros integrantes del llamado cártel de Tijuana. Pero las autoridades antinarcóticos y el departamento de Justicia de los Estados Unidos no tienen la menor idea de cómo funciona el narcotráfico en México y dentro de su país o nos están mintiendo. Lo peor es que a esa ignorancia o mentira se han sumado las propias autoridades mexicanas en voz, nada menos, que del procurador general de la república, Daniel Cabeza de Vaca.

Algunas mentiras evidentes que se han dicho sobre esta historia. Primero, el departamento de justicia estadounidense asegura que con la detención del hermano menor de los Arellano Félix, apodado El Tigrillo, “se cortó la cabeza de la serpiente del narcotráfico”. Y el procurador Cabeza de Vaca hace coro, diciendo de que se “descabezó” el cártel de Tijuana. Las dos son mentiras evidentes. Primero, por lo obvio: el narcotráfico no es una serpiente, en todo caso es una hidra a la cual se le corta una cabeza para que crezca otra. Son innumerables los capos que han sido detenidos y todos y cada uno de ellos han sido reemplazados. En el pasado vimos, por ejemplo, como era asesinado en un enfrentamiento Ramón y detenido Benjamín Arellano Félix. Eso no desarticuló ni descabezó al cártel, en los hechos provocó una reorganización que, posiblemente, hoy le permite trabajar con una estructura más reducida pero más eficiente que en el pasado.

Pero la segunda gran mentira es tratar de vender que El Tigrillo es el jefe del cártel de Tijuana. No lo es ni nunca lo fue. En todo caso se trataba de un operador más o menos importante, pero todo indica que, a pesar de que el procurador Cabeza de Vaca lo niegue, es su hermana Enedina, la que dirige las operaciones más sensibles del cártel, las relacionadas con el dinero, junto con otros personajes, algunos conocidos, otros no, que no llevan el apellido Arellano Félix. Francisco Javier vivía, como el resto de la familia, desde principios de los 90 en San Diego y coordinaba algunas operaciones importantes del cártel en Estados Unidos, lo mismo que un grupo de sicarios. La información de la que se dispone permite hacernos suponer que el apodo de Tigrillo no le queda mal. No se trata de desmerecer la labor realizada para lograr su detención pero no pueden intentar, a ambos lados de la frontera, venderla como el descabezamiento del narcotráfico en México.

Y mucho menos en Estados Unidos. Porque esa es otra gran mentira. Las redes del narcotráfico en la Unión Americana son vastísimas y ocupan todo el territorio de ese país, lo suficiente como para abastecer un mercado de seis millones de adictos, veinte millones de consumidores habituales y varios millones más de consumidores sociales. En el libro De los Maras a los Zetas (Grijalbo, 2006) que escribimos con Víctor Ronquillo, dedicamos un par de largos capítulos a describir cómo funciona ese enorme negocio dentro de los Estados Unidos. Son muchas redes que no sólo distribuyen sino que producen drogas: la mitad de la marihuana que se consume en Estados Unidos se produce dentro de los propios Estados Unidos y lo mismo sucede con las drogas sintéticas. Los Arellano Félix se hicieron fuertes, a pesar de los golpes que recibieron en los años pasados, por haber logrado mantener redes que les servían para lograr el aprovisionamiento de drogas desde sus lugares de origen, sea Perú o Ecuador para la cocaína o las mafias asiáticas para la heroína, pero también para distribuirla entre sus principales consumidores en EU. Por la información disponible la red desarticulada es una más de las muchas que participan en este lucrativo negocio.

Porque allí está la otra mentira. En una plática que mantuvimos, poco antes de que concluyera la administración Clinton, con el ex zar antidrogas de los Estados Unidos, Barry Mc Caffrey, éste reconocía que sólo el negocio de la cocaína dejaba utilidades por unos 60 mil millones de dólares y que de esa cantidad, 90 centavos de cada dólar se quedaban en su país. Si el golpe dado el miércoles fuera de la magnitud de la que se habla, tendríamos que conocer, también, no sólo el número de detenidos sino también la magnitud de los recursos decomisados y la red que los operaba. Casi nunca sucede eso.

La gran demostración del fracaso global de la estrategia antinarcóticos está allí: mientras el dinero siga fluyendo, a la hidra del narcotráfico le seguirán creciendo cabezas, y cada vez que una sea cortada aparecerán varias para reemplazarla. Decía el novelista Dashiell Hammett que para encontrar al verdadero responsable de un crimen había que seguirle la pista al dinero. En la lucha contra el narcotráfico una y otra vez los criminales son detenidos, pero el crimen continúa su marcha porque lo que lo alimenta, que es la red financiera, nunca es desarticulada. En los tiempos recientes la única excepción ha sido la red de García Urquiza, apodado El Doctor, desarticulada en la ciudad de México.

Entonces para resumir: El Tigrillo no fue ni es el jefe del cártel de Tijuana; por lo tanto éste no fue descabezado; al contrario de lo que dice el procurador Cabeza de Vaca, Enedina Arellano Félix sí es una figura central de esa organización; tampoco se le cortó la cabeza a la serpiente del narcotráfico en Estados Unidos, ni la red desarticulada era la principal distribuidora de droga en la Unión Americana. Una cosa es cierta: el dinero producto de ese negocio, nunca aparece. Y las redes que lo operan siguen, casi siempre, funcionando.

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