Después de las bombas, Washington
Columna JFM

Después de las bombas, Washington

Si bien un grupo de organizaciones se atribuyeron los atentados con bombas de la madrugada del lunes, el hecho no deja de ser extraño y mueve a confusión. ¿Por qué el Tribunal Electoral si estas organizaciones no juegan en el proceso electoral? ¿por qué las sucursales de un banco de origen canadiense? Lo mismo podemos preguntarnos porqué en la sede del PRI central o mucho más qué sentido tendría colocar un explosivo, que afortunadamente no estalló, en un Sanborn?s?

Si bien un grupo de organizaciones se atribuyeron los atentados con bombas de la madrugada del lunes, el hecho no deja de ser extraño y mueve a confusión. ¿Por qué el Tribunal Electoral si estas organizaciones no juegan en el proceso electoral?¿por qué las sucursales de un banco de origen canadiense, como Scotiabank (¿será por el caso de Napoleón Gómez Urrutia?)?. Lo mismo podemos preguntarnos porqué en la sede del PRI central o mucho más qué sentido tendría colocar un explosivo, que afortunadamente no estalló, en un Sanborn’s.

Las organizaciones que se reconocen como autoras de los bombazos son, todas ellas, desprendimientos del EPR y reconfiguraciones de sus distintas fracciones, en general del ERPI. Su influencia en Oaxaca, que sigue bajo control de un EPR que ha apostado más a un movimiento insurreccional que a golpes armados, es pequeña. Su zona de influencia está en Guerrero, en la zona de Tehuacan, Puebla, en Morelos y en las zonas populares del oriente de la zona metropolitana de la ciudad de México, y en organizaciones como el CGH. Fueron parte de los grupos que estaban siendo vigilados en Tlahuac cuando se dio el linchamiento de los elementos de la PFP y los explosivos que utilizaron son exactamente iguales a los que fueron encontrados en la casa de los hermanos Cerezo Contreras, después de aquellos petardos colocados en tres sucursales de Banamex. Por lo tanto los grupos que se atribuyen los atentados existen, operan aunque sea con limitaciones por el escaso número de sus militantes y a pesar de sus constantes mutaciones ideológicas están identificados por las autoridades.

Y sin embargo, algo no checa: quizás sea la incomprensión política de estas organizaciones que suelen contribuir más al deterioro que a la construcción de sus propias opciones políticas. Quizás sea que los bombazos ayudan a cualquiera menos a los que suelen ser considerados sus aliados. Quizás porque siendo grupos pequeños y con ramificaciones que en ocasiones estan relacionadas con el crimen organizado y grupos de poder, especialmente en Guerrero, la posibilidad de que sean manipulados son demasiadas.

Por eso, el secreto para contestar éstas y otras preguntas dependerá, en el futuro inmediato, de cómo el presidente Calderón configure su estrategia y las áreas de seguridad pública y nacional de su gobierno. Y en ese sentido, la visita a Washington es muy importante.

Si como auguraban anoche los exit poll, el partido demócrata ganó las elecciones de medio tiempo en Estados Unidos, Felipe Calderón se encontrará con una oportunidad muy especial el día de hoy cuando comience su primera visita como presidente electo en la Unión Americana. Calderón será recibido por Bush en la Casa Blanca y recibirá la atención de un jefe de Estado, lo que por sí resulta un gesto importante, pero el resultado electoral podría permitirle a Calderón gozar de un espacio en la negociación con Bush que no disfrutó, por lo menos desde el 11 de septiembre del 2001, el gobierno de Fox.

Pero que nadie se equivoque: el eje de esas conversaciones no será la migración, será la seguridad y en todo caso el comercio y las inversiones. Y es precisamente allí donde se abre, a partir del resultado electoral, una ventana de oportunidad para el próximo presidente. Estados Unidos no puede desperdiciar la opción de contar con un aliado confiable en la frontera. Lo cerrado de la elección presidencial y la estrategia que han desplegado López Obrador y algunos de sus aliados desde el dos de julio, deben haber confirmado en Washington que la opción de ayudar a consolidar el sistema democrático en nuestro país es, para ellos, una alternativa de seguridad nacional.

Por eso mismo, Calderón puede y debe replantear la relación con los Estados Unidos de una forma mucho más inteligente que la establecida por el presidente Fox. Si el partido republicano pierde el congreso (o por lo menos la cámara de representantes), el gobierno de Bush se debilitará. El presidente y su partido no abandonarán, al contrario, su agenda de seguridad, porque la misma es respaldada, también, por los demócratas, pero habrá un cambio en la hegemonía interna de los republicanos. El partido deberá recomponer sus fuerzas, dejando las opciones más radicales a favor de los moderados, y en ese sentido John Mc Cain aparece como un precandidato natural a la presidencia para el 2008, acompañado en esa lucha por el ex alcalde de New York, Rudy Giuliani.

Entre los demócratas crecerá también la lucha por la candidatura y veremos el resurgimiento de los Clinton, con la senadora Hillary como precandidata. Los demócratas tendrán otro precandidato con enorme potencial: el seguramente ayer reelegido senador por Illinois, Barack Obama, un político de color, culto y con una imagen kennediana que apenas lleva un periodo en el senado. Cualquiera de los dos serán una buena opción futura para las relaciones con México. Pero ambos votaron a favor del muro y no abandonarán, en lo más mínimo, su agenda de seguridad. Mucho menos lo harán Mc Cain o Giuliani.

Por eso el principal compromiso de México en la relación con EU es con la seguridad pública, jurídica y regional. Sobre ello se podrá construir otra relación, incluyendo la migratoria. Es verdad que en la efervescencia antiterrorista de la Casa Blanca, es muy difícil asumir las exigencias que desde allí tratan de imponerse, pero ha habido, de nuestra parte, también, algunas deficiencias notables. La administración Calderón tendrá que afianzar esos aspectos y buscar nombres que puedan ocupar en forma idónea las distintas responsabilidades que de allí se derivan.

Como ha sucedido en los periodos de transición de Salinas, Zedillo y Fox, la visita de Calderón a Washington servirá, también, para un intercambio de “información” que, de acuerdo a cómo se utilice, podrá ser muy útil a la hora de ciertas designaciones de parte del mandatario mexicano.

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