El presidente que no se va
Columna JFM

El presidente que no se va

La vanidad, dice el personaje personificado en forma extraordinaria por Al Pacino en la película El abogado del Diablo, es mi pecado preferido. Es verdad, la vanidad termina marcando, catalizando, incluso buena parte de los otros ?pecados. La vanidad está destrozando a Vicente Fox. Si no es con base en ella resultaría incomprensible su gira proselitista por el mundo, convirtiéndose en un verdadero estorbo para la administración Calderón.

La vanidad, dice el personaje personificado en forma extraordinaria por Al Pacino en la película El abogado del Diablo, es mi pecado preferido. Es verdad, la vanidad termina marcando, catalizando, incluso buena parte de los otros “pecados. La vanidad está destrozando a Vicente Fox. Si no es con base en ella resultaría incomprensible su gira proselitista por el mundo, convirtiéndose en un verdadero estorbo para la administración Calderón.

No deja de ser paradójico que casi exactamente cuando se cumplen cien días de gobierno de Felipe Calderón, en Ottawa, Fox haya declarado que “este presidente no se va”, aunque luego haya matizado que “no se iría del país”, aunque aclaró que la construcción de su biblioteca en Guanajuato será una plataforma para “extender, defender y promover la democracia por las Américas” y terminó presentando una visión idealizada de su gestión. El mensaje real está en ese “presidente que no se irá”. Ahora no sólo tenemos un presidente autoproclamado “legítimo” sino otro que no se enteró que su mandato concluyó hace tres meses. Apenas en noviembre Vicente Fox aseguraba que se iría al rancho. Apenas el domingo pasado decía que ya no hablaría de política porque “allá arriba” se enojaban. Y el martes anunció que siempre no: que no se irá al rancho sino a “luchar por la democracia y contra el populismo en las Américas” porque tiene derecho a seguir hablando. Y que no se va.

El presidente Calderón ha sido muy cauto al tratar en público el tema, pero más temprano que tarde tendrá que deslindarse de su antecesor y de quienes, desde la dirección del PAN, lo animan a seguir en esa línea. ¿Se trata, simplemente, de una lógica política difícil de descifrar?¿de una lucha de la corriente más conservadora del PAN contra la liberal que representa Calderón?¿de una muy humana vanidad?¿o estamos simplemente ante un discurso preparado para atrincherarse frente a una serie de denuncias que será muy difícil librar?. Me inclino por el último aspecto, aunque los otros también tengan influencia. Preguntas, temas en curso de investigación, hay muchos: se gastaron 26 mil millones de pesos en Enciclomedia, pero el programa no funciona adecuadamente, no se rindió el entrenamiento mínimo necesario a los maestros, el proceso de licitación fue por lo menos oscuro, faltan once mil pizarrones electrónicos, entre los grandes beneficiarios del programa aparece el ahora candidato priista a Baja California, Jorge Hank Rhon, y se terminaron gastando unos diez mil millones de pesos más de lo presupuestado. Por lo pronto, no podrá haber Enciclomedia en las secuendarias. ¿No habrá responsables por ello?.

Se cumplió un año del “accidente” en Pasta de Conchos. Y resulta que independientemente de las simpatías que pueda despertar o no Napoleón Gómez Urrutia, todo parece indicar que, efectivamente, se realizó toda una operación fraudulenta para quitarlo de su posición como líder del sindicato minero con el apoyo de un grupo de funcionarios de alto nivel y de dos empresas: Minera México y Villacero. Resultó que los papeles que utilizó la secretaría del Trabajo para hacer la toma de nota que reconocía a Elías Morales como líder, eran falsificados, que no había 300 secciones sindicales sino apenas 78, que los famosos 55 millones de dólares, estaban en el fideicomiso del sindicato, que el informe que las autoridades pidieron a la Comisión Nacional Bancaria  sobre esa operación sostiene que la misma es legal y ese informe se ocultó deliberadamente. Que nadie explica porqué si desde días antes se había reconocido a Morales como líder del sindicato, todavía una semana después, en la misma mina de Pasta de Conchos, el secretario del trabajo, Francisco Javier Salazar, seguía presentándose en público y reconociendo como dirigente a Gómez Urrutia. Hay muchos intereses y nombres de primer nivel, casi todos ellos ahora incorporados a la dirigencia del PAN con Manuel Espino, involucrados en esta historia que terminará con varias demandas penales.

En Sonora recrudece la guerra del narco, y lo hace en lares panistas, sobre todo en Agua Prieta. Ya en muchas oportunidades hemos señalado cómo allí antiguos y nuevos dirigentes del partido han terminado involucrados o en la mira del cártel de los Beltrán Leyva, que el único que cree que no opera en ese estado parece ser el gobernador Eduardo Bours. En la medida en que continúe esa guerra volverán a salir historias que dejan muy mal parado al anterior gobierno y a personajes actuales. De allí es Nahum Acosta, el ex director de giras de la presidencia, que pese a existir grabaciones del ex funcionario con los Beltrán Leyva fue dejado en libertad. Hay preguntas obvias ¿cómo llegó a director de giras de la presidencia alguien que tenía desde hacía una década cancelada su visa para entrar a los Estados Unidos porque del otro lado de la frontera recordaban que cuando fue delegado del INM en Torreón había entregado credenciales del Instituto a narcotraficantes del cártel de Juárez?¿nadie siquiera investigó el tema?¿por qué el entonces presidente Fox reconoció, primero, que el narcotráfico había infiltrado a Los Pinos y luego se operó para dejar en libertad a Acosta, aún pagando un costo alto en la credibilidad interna y en la relación con los EU que habían realizado buena parte de la investigación?.

Y hay muchas otras historias, algunas más ligadas a la ex familia presidencial, otras que involucran a los hombres del primer círculo de Espino y por ende de Fox, que tarde o temprano tendrán que tener una respuesta.

Camisas pardas

Fueron amenazas cumplidas: los neofascistas del lopezobradorismo reventaron la presentación del libro de Carlos Tello. Nadie en el PRD y en el mundo intelectual y periodístico cercano a él, ha rechazado ese atentado a la libertad de expresión. Así pensaban gobernar.

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