PRD: palabras largas y giros desgastados
Columna JFM

PRD: palabras largas y giros desgastados

Difícilmente el PRD podría aparecer más confundido, más estéril que después de su congreso del fin de semana. Y sin embargo, lo hizo: las declaraciones de los dirigentes perredistas después del congreso y sobre todo luego de que fueron a rendir el martes en la tarde pleitesía a López Obrador lograron lo imposible: poner de acuerdo a Carlos Navarrete con Dolores Padierna. Tanto que la dirigente del bejaranismo, aceptó que no debatirá ninguno de los resolutivos del congreso y argumentó, con clarividencia, ?que lo pasado, ya pasó?.

Difícilmente el PRD podría aparecer más confundido, más estéril que después de su congreso del fin de semana. Y sin embargo, lo hizo: las declaraciones de los dirigentes perredistas después del congreso y sobre todo luego de que fueron a rendir el martes en la tarde pleitesía a López Obrador lograron lo imposible: poner de acuerdo a Carlos Navarrete con Dolores Padierna. Tanto que la dirigente del bejaranismo, aceptó que no debatirá ninguno de los resolutivos del congreso (recordemos que el domingo el llamado Foro de Izquierda que comandan Padierna y su esposo, abandonaron abruptamente el congreso, llamado traidores a los dirigentes de Nueva Izquierda) y argumentó, con clarividencia, “que lo pasado, ya pasó”.

En realidad, ante el deslinde que tuvo que hacer Nueva Izquierda de sus propias posiciones luego de ver a López Obrador el martes, hay que preguntarse de qué les sirvió haber “ganado”, como insistieron, el Congreso. Como dijimos aquí el lunes ganaron resignando muchas de sus banderas y en los puntos principales se plegaron a lo más duro del lopezobradorismo. Pero apenas 48 horas después de terminado el congreso, incluso abandonaron los pocos puntos programáticos que habían defendido con éxito. Es lamentable. En esta lógica en marzo quizás puedan ganar la presidencia del PRD, pero la pregunta es de qué les servirá si la línea programática y política la seguirán marcando otros y dependerá, como dijo la siempre visionaria Padierna de “la buena cara de López Obrador”.

El razonamiento tiene un defecto de origen. Es la determinación de establecer la absoluta “ilegitimidad” del gobierno de Calderón. Si el gobierno es ilegítimo no puede haber relación con él, en ninguno de sus ámbitos. Entrevisté el martes en México Confidencial, por Cadena Tres, a Julio Scherer Ibarra, asesor legal de López Obrador y fue enfático en el tema. El problema es que seguir esa línea le cierra todo camino al PRD que no sea buscar el derrocamiento del régimen. Con un capítulo adicional que no es menor: si la elección presidencial fue ilegítima, también lo fue la de senadores y diputados, y la del jefe de gobierno capitalino: todos son producto de la misma elección. Todos son ilegítimos: ¿qué hacen entonces usurpando esos cargos públicos?¿o será que la elección sólo es legítima cuando ellos ganan?. Mientras tanto, siguiendo esa lógica, ni sus legisladores, ni sus gobernadores podrían negociar nada con nadie. Es absurdo. Mi buen amigo Julio dice que es una cuestión de principios, y quizás tiene razón, pero el problema es que cuando, como diría George Orwell, “se abre una zanja entre los objetivos reales y los declarados, uno se vuelve instintivamente hacia las palabras largas y los giros desgastados como un pulpo que arroja tinta”. Ilegitimidad es una de esas palabras y esos giros.

Mientras el PRD se enreda cada vez más en su laberinto (porque pese a todo lo dicho, a lo votado y lo rectificado en la semana, quiere seguir siendo parte de la negociación de la reforma electoral y la fiscal, además de negociar lo que sucederá en el primer informe de gobierno, cuando les tocará presidir la mesa directiva de la cámara de diputados), el priismo anunció que finalmente apoyará, con “modificaciones” la propuesta fiscal impulsada por el gobierno, lo que debería interpretarse, también, como que se estaría muy cerca de llegar a un acuerdo en el tema electoral. En realidad, la propuesta priista no es ni mejor ni peor que la presentada por el gobierno: las dos son muy similares, están basadas más en los cargos contra los causantes cautivos que en ampliar la base de contribuyentes y aunque la del PRI otorga mayores recursos a los gobernadores, eso tampoco parece molestarle demasiado a los panistas (y por eso, pese al discurso de ilegitimidad le interesa a los gobernadores perredistas estar en la negociación, porque sino quedarán fuera de la repartición de ese pastel). La reforma al régimen fiscal de PEMEX estuvo, desde el principio, pensada para que fuera un espacio abierto a las propuestas del priismo. Ello implicaría, insistimos, que existe ya un acuerdo básico para la reforma electoral y que, vía el cambio de régimen fiscal de PEMEX, se podrían introducir otras modificaciones que flexibilicen el marco legal para poder explorar y explotar los yacimientos en aguas profundas con sociedades como la brasileña Petrobras o la empresa estatal de Noruega.

Adicionalmente, para el primero de septiembre, mientras el PRD se encerró solo en el principio de evitar que el presidente Calderón presente su informe, sin querer asumir que lo aprobado es ilegal y que suceda lo que suceda ese día ante la opinión pública ya perdieron (si el presidente no puede presentar su informe será su responsabilidad y, nuevamente, la gente los castigará por ello; si logra entregarlo o presentarlo será, directamente, un triunfo presidencial, y una vez más el castigado será el PRD), el priismo ha jugado sus cartas a futuro con inteligencia, se comparta o no su forma de hacer y entender la política y el poder. Todas y cada una de las elecciones que se han presentado desde el dos de julio parecen confirmar, salvo excepciones, que lo que se consolida no es una opción de centro izquierda en torno al PRD sino un bipartidismo, en el cual, es el PRI el que va ganando espacios que en el pasado muy reciente pudieron haber sido ocupados por el PRD. Y todo indica que esa tendencia continuará, sobre todo cuando el perredismo decidió aislarse aún más.

En otras palabras: habrá reforma fiscal, habrá reforma electoral, habrá reforma en PEMEX, la votarán el PRI y el PAN, mientras el PRD continuará “utilizando palabras largas y giros desgastados como un pulpo que arroja tinta”.

Por cierto, y fuera del ámbito legislativo, pero no del político: resultó notable el grado de cooperación y previsión entre los tres niveles de gobierno ante el huracán Dean. Siempre dará mejores frutos el acuerdo y la cooperación que la ruptura y el aislamiento.

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