Imágenes y posibilidades europeas
Columna JFM

Imágenes y posibilidades europeas

¿Sirven las giras internacionales para consolidar la política interna de una administración? Sirven y pueden, de muchas maneras, colocar la agenda de diversos capítulos de la misma.
Ahora, con motivo de su reciente visita a España, a Felipe Calderón se le abre un espacio de oportunidad para convertir la relación con España y la Unión Europea en algo más que una serie de encuentros diplomáticos: si lo que se dijo y se vio en estos días en Madrid, Zaragoza y Barcelona es concebido con una perspectiva de largo plazo, como una relación realmente “estratégica y preferencial”.

¿Sirven las giras internacionales para consolidar la política interna de una administración?. Sirven y pueden, de muchas maneras, colocar la agenda de diversos capítulos de la misma. En México hemos tenido gobiernos, presidentes, que han intentado, y en algunos casos logrado, hacer girar muchas de sus decisiones internas a partir de una estrategia de inserción internacional. Lo hicieron administraciones tan disímiles como las de Luis Echeverría o Carlos Salinas de Gortari. Lo logró en buena medida José López Portillo. Renunció casi completamente a ello Miguel de la Madrid y parcialmente, Ernesto Zedillo. Vicente Fox tenía todo para hacerlo, pero se equivocó una y otra vez (como volvió a hacerlo esta semana en Bogotá) y cada salida al exterior terminaba en un conflicto interno en lugar de imponer una lógica de gobierno a partir de una visión internacional. En ocasiones, esa posibilidad depende de los gobernantes y de su propia personalidad; en otras son las circunstancias las que los marcan.

Ahora, con motivo de su reciente visita a España, a Felipe Calderón se le abre un espacio de oportunidad para convertir la relación con España y la Unión Europea en algo más que una serie de encuentros diplomáticos: si lo que se dijo y se vio en estos días en Madrid, Zaragoza y Barcelona es concebido con una perspectiva de largo plazo, como una relación realmente “estratégica y preferencial”, como la calificó el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en torno a ella se puede terminar de construir una agenda, una lógica política que englobe desde la diplomacia hasta la política social, desde el tipo de democracia y las reglas de juego que se quieren edificar hasta la economía sobre la que se debe sustentar ésta.

En todo caso esa parece ser la intención, falta por ver que realmente se lleve a cabo. Pero las condiciones están dadas para ello: México, y su gobierno, necesitan establecer nuevas expectativas respecto a la inserción internacional del país. Estados Unidos sigue siendo nuestro principal socio comercial pero no cabe duda de que la Unión Americana vive una etapa difícil, no sólo por el proceso electoral, sino también por la situación de la economía y las fuertes contradicciones políticas y sociales que viven al concluir la administración Bush. Sea Barack Obama o John Mc Cain el próximo presidente, el futuro de los Estados Unidos será, por lo menos, complejo.

Eso no implica desconocer, al contrario, que nuestra integración como país en el bloque de América del Norte va mucho más allá de la geografía: es el eje de nuestra inserción internacional. Tampoco se puede desconocer la identificación y sentido de pertenencia latinoamericana que se ha reconstruido en los últimos años. Pero la región vive, en estos momentos, horas bajas, desde Venezuela hasta Argentina, con la transición cubana como un interrogante permanente.

En ese contexto, la revitalización de la relación con España y a través de ella con la Unión Europea, puede potenciar a los dos actores en sus políticas: en nuestro caso diversificar el intercambio comercial y las inversiones, apostar por un modelo político que se mostró exitoso ante desafíos similares al nuestro (una economía que hace 30 años estaba cerrada y sin integrarse plenamente, con pobreza y un sistema político autoritario) y por una suma de voluntades diplomáticas que permitan mostrar, para México desde América del Norte y en el de España desde la Unión Europea, coordenadas comunes. España se beneficia de muchas formas: su industria, muy poderosa en distintos ámbitos, puede tener una profunda participación, mucho mayor a la actual, en la economía mexicana y puede llegar a mercados del norte del continente que ahora se muestran reacios a esa relación, luego del retiro español de Irak. En América latina es la apuesta por una posición liberal alejada, como se insistió en la gira de los últimos días, de los autoritarismos y el populismos, que están comenzando a mostrar profundas grietas, como está sucediendo en el gobierno de Chávez y el llamado proyecto bolivariano.

Sin duda para llevar todo eso a la realidad, se requiere de voluntad política y de evitar distraerse en la coyuntura. También colocar el tema mucho más allá de la agenda mediática cotidiana. Pero todo está ahí para demostrar que se puede avanzar mucho más apostando a la diversificación y a equipararnos con modelos exitosos de democracia real que el aislacionismo o el nacionalismo vacío.

Más allá de la diplomacia, tres puntos interesantes en la gira presidencial. Primero, la declaración sobre los debates petroleros. Por una de esas extrañas razones se inventó un conflicto que nunca existió: Calderón nunca descalificó el debate, dijo que éste no había abordado los tres puntos principales de su propuesta: que con ella se aumenta la exploración y explotación; que aumentan las reservas y se reduce la importación de gasolina. En lugar de una descalificación, esas parecen ser las bases sobre las cuales estaría el gobierno dispuesto a negociar. Una negociación en la que, por lo visto, los gobernadores quieren tener también un espacio. Segundo punto, la salida de Creel del grupo parlamentario del PAN: públicamente se reconoció la honestidad del todavía presidente del Senado. En privado el consenso es que no estuvo a la altura de las circunstancias y que precisamente la negociación sobre los tres puntos anteriores presionó para el cambio del coordinador panista. Eso se suma a la búsqueda del fortalecimiento de Germán Martínez con la incorporación al CEN de Juan Ignacio Zavala y de Rogelio Carvajal, ambos en posiciones clave. Tercero: un declaración que pasó desapercibida: “mi gobierno será emocionante de principio a fin”.

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