Narcotráfico: advertencias y círculos viciosos
Columna JFM

Narcotráfico: advertencias y círculos viciosos

Se suman las advertencias en Estados Unidos sobre los peligros que corre México, desde convertirse en un Estado fallido con un derrumbe institucional rápido, hasta la posibilidad de transformarse, dice el ex zar antidrogas con Bill Clinton, Barry Mc Caffrey, en un narco Estado. El sábado mismo, el director saliente de la CIA, Michel Hayden, declaró que México e Irán serán los retos mayores para los Estados Unidos incluso más que Irak, mientras que el director de Inteligencia estadounidense, Mike McConnell advirtió también sobre esa amenaza pero fue mucho preciso: reconoció el trabajo del presidente Calderón, dijo que el apoyo estadounidense debe aumentar sustancialmente (Mc Caffrey había dicho, con razón, que la Iniciativa Mérida “es una gota de mar en un océano) pero no pasará por tropas sino por equipo y entrenamiento y destacó un punto crucial: a “las drogas que vienen hacia el norte y las armas que van de Estados Unidos hacia el sur”, se ha sumado otro: “los perdedores (entre los grupos del crimen organizado) empiezan a combatir a los ganadores para mantener la supremacía”. Y todo ello genera, dijo, la violencia y los secuestros.

Se suman las advertencias en Estados Unidos sobre los peligros que corre México, desde convertirse en un Estado fallido con un derrumbe institucional rápido, hasta la posibilidad de transformarse, dice el ex zar antidrogas con Bill Clinton, Barry Mc Caffrey, en un narco Estado. El sábado mismo, el director saliente de la CIA, Michel Hayden, declaró que México e Irán serán los retos mayores para los Estados Unidos incluso más que Irak, mientras que el director de Inteligencia estadounidense, Mike McConnell advirtió también sobre esa amenaza pero fue mucho preciso: reconoció el trabajo del presidente Calderón, dijo que el apoyo estadounidense debe aumentar sustancialmente (Mc Caffrey había dicho, con razón, que la Iniciativa Mérida “es una gota de mar en un océano) pero no pasará por tropas sino por equipo y entrenamiento y destacó un punto crucial: a “las drogas que vienen hacia el norte y las armas que van de Estados Unidos hacia el sur”, se ha sumado otro: “los perdedores (entre los grupos del crimen organizado) empiezan a combatir a los ganadores para mantener la supremacía”. Y todo ello genera, dijo, la violencia y los secuestros.

El punto es central. Podrán decir los dirigentes del PRI, del PAN y del PRD (que tan alejados se han visto en sus declaraciones y actitudes cotidianas de enfrentar los verdaderos problemas de seguridad que vive el país), que Mc Caffrey es “catastrofista”, pero lo cierto es que tanto Mc Caffrey como quienes han emitido informes recientes sobre el tema, como el Pentágono, lo que están haciendo es advirtir sobre peligros concretos para la seguridad nacional de su país y, todos ellos, en apariencia en forma sensata, están destacando la necesidad de apoyar a México en esta lucha. Y eso no sólo debe valorarse sino que debería ser el objetivo número uno de la nueva agenda de México con Estados Unidos desde que mañana asuma la presidencia Barack Obama. El tema central es la seguridad y Estados Unidos puede brindar una ayuda inestimable en ese sentido, sobre todo, en el contexto en el que se plantea su política internacional la administración Obama. Las advertencias reiteradas deben servir, además, para recordarle a Obama y a su secretaria de Estado, Hillary Clinton, que México existe, que tienen una frontera de 3 mil kilómetros y que la lucha que se libra de este lado de la frontera es parte, guste o no, de la propia agenda interna de los Estados Unidos. La administración Bush ha presumido que en los dos últimos años ha bajado la droga en las calles y que ha aumentado su precio como efecto de esa escasez; también que aunque sea marginal, ha disminuido el número de consumidores y adictos. Si es así, la razón fundamental está en la lucha que se libra en México, que ha puesto las víctimas, los muertos, los recursos y el capital político y social para reducir esa amenaza. Y la próxima administración estadounidense se debe comprometer con ese esfuerzo que, con aciertos y errores, se realiza desde este lado de la frontera.

Barry Mc Caffrey ha sido muy certero al decir que la Iniciativa Mérida, podrá ser importante, pero no es más que una gota de agua en un océano. El ex zar antidrogas, fue quien tuvo una visión más acertada en los últimos años de la situación global del narcotráfico, en su país y en México y no es casual que terminada la administración Clinton, sus sucesores en el área de seguridad y lucha contra el narcotráfico no hayan podido alcanzar esos niveles, entre otras razones porque la estrategia cambió y cambiaron también las prioridades: el terrorismo desplazó al narcotráfico, sin comprender el potencial desestabilizador y violento que éste conlleva, incluso en términos de alianza con grupos terroristas.

Lo cierto es que Mc Caffrey nunca antes había utilizado el término de narco Estado pensando en México. No deja de ser significativo que ahora lo utilice. Algo tiene que estar viendo el ex zar antidrogas, sobre todo en la frontera para hacer ese diagnóstico. Hace alrededor de ocho años, cuando estaba concluyendo el gobierno de Clinton, pude entrevistar a Mc Caffrey y esa plática tuvo algunos momentos, para mi, reveladores: Mc Caffrey insistía entonces en la responsabilidad estadounidense en el tema del narcotráfico, también en la necesidad de avanzar en estrategias de cooperación estrecha con México y ponía ejemplos concretos: decía, entonces, que la utilidad que dejaba el comercio de cocaína en los Estados Unidos era, en la cifra más conservadora, de unos 60 mil millones de dólares anuales, y que de cada dólar que generaba el narcotráfico, 90 centavos se quedaban en el sistema financiero de su propio país. Nada indica que algo haya cambiado para bien desde entonces: la falta de regulación que hemos visto como origen de la crisis financiera también debe haber beneficiado al dinero sucio y al financiamiento del crimen organizado. Si se dice en Estados Unidos que 17 mil millones de dólares regresaron a México como producto del narcotráfico, quiere decir que unos 160 mil millones (siguiendo los porcentajes de Mc Caffrey) se quedaron en la Unión Americana. Si a eso sumamos que miles de armas de todo tipo ingresan cotidianamente al país por la misma frontera estadounidense, allí tenemos, con toda claridad, el círculo vicioso que caracteriza la situación: las drogas ingresan por México, se venden en ese mercado (en el nuestro también pero ese combate es responsabilidad exclusiva de las fuerzas nacionales), con ello se financia el negocio, con esos recursos se compran las armas que regresan a México, con un parte marginal del dinero, y esas armas y dinero sirven para continuar alimentando tanto el tráfico como el combate contra el Estado mexicano y ello aumenta la posibilidad de que ingresen más drogas a EU. Ese círculo es el que se debe romper y allí México requiere la colaboración de la administración Obama y Estados Unidos la de nuestro país.

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