El próximo lunes, con la elección del coordinador del PRI en la cámara de diputados tendrá que quedar concluida la configuración de los mandos de la cámara baja para el próximo periodo ordinario y la primera evidencia, por encima de los resultados electorales del 5 de julio, es que el cuadro de fuerzas que coexistirán en ella muestra partidos divididos, que no necesariamente tendrán votos disciplinados, y que están mirando más hacia el 2012 que a la agenda legislativa inmediata.
El próximo lunes, con la elección del coordinador del PRI en la cámara de diputados tendrá que quedar concluida la configuración de los mandos de la cámara baja para el próximo periodo ordinario y la primera evidencia, por encima de los resultados electorales del 5 de julio, es que el cuadro de fuerzas que coexistirán en ella muestra partidos divididos, que no necesariamente tendrán votos disciplinados, y que están mirando más hacia el 2012 que a la agenda legislativa inmediata.
Todas las fuerzas políticas muestran divisiones. El PRI tendrá que decidir el lunes entre el ex director de Petróleos Mexicanos, Francisco Rojas y un César Augusto Santiago que, por quinta ocasión, es legislador. Se pensó, por la actividad que había desarrollado en las semanas previas, que Beatriz Paredes optaría por buscar la coordinación de su bancada, a lo que pocos se hubieran opuesto en el PRI luego de los resultados electorales de julio. Pero ello implicaba que tendría que abandonar la presidencia del partido: se hicieron algunas consultas para ver si era posible mantener ambas posiciones y Beatriz, para eso, no tuvo el apoyo necesario. Ahora quedará como diputada y ha impulsado para el cargo de coordinador a Francisco Rojas. Pero a quien fuera el primer secretario de la Contraloría le ha surgido la oposición de un grupo político importante que encabeza el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz y que impulsa a César Augusto Santiago. Esta semana, en la casa de Ulises en el sur de la ciudad de México, se reunieron 45 diputados para apoyar a Santiago. No parece probable que tengan la fuerza para bloquear a Rojas, pero tampoco pareciera que los argumentos que se expusieron en ese encuentro, por lo menos lo que se filtró a la prensa, sea el punto central de debate: se cuestionó el “salinismo” de Rojas y resulta indudable que éste se ha mantenido como uno de los más cercanos amigos del ex presidente a lo largo de todos estos años, pero César Augusto no podría decir que no fue un cercanísimo colaborador de Salinas. Incluso, cuando luego de la muerte de Luis Donaldo Colosio, César se vio obligado, por sus evidentes diferencias con Ernesto Zedillo, a dejar la estructura del PRI, fue paradójicamente en Pemex, dirigido entonces por Rojas y como una suerte de protección de Carlos Salinas, a se dio refugio al ahora diputado. Tampoco creo que el tema pase por el real o supuesto apoyo al tema del IVA en la 59 legislatura de parte de Rojas: en última instancia el priismo tendría que ser el primero en saber que tarde o temprano tendrá que aceptar ese impuesto, sobre todo si quiere gobernar con una economía más sólida en el futuro. Tanto Rojas como César Augusto serían buenos coordinadores del priismo, la diferencia está en la lucha de espacios para los distintos grupos de cara a la sucesión del 2012, y a la exigencia de una corriente del tricolor a tener un margen mayor en un proceso que muchos ya ven no sólo decidido sino también con cuotas ya también distribuidas.
En el PRD insistimos en que ojalá nos equivoquemos con Alejandro Encinas, pero su desafío estará en el momento en el que el ex jefe de gobierno del DF deba decidir dónde están sus lealtades. Y éstas han sido muy constantes en los últimos años: en el GDF decidió apoyar a López Obrador a costa de los capitalinos; en la pasada elección a pesar de que fue diputado por el apoyo de Nueva Izquierda, también terminó a apoyando a López Obrador…en contra de Nueva Izquierda, como ocurrió en Iztapalapa. Ahora asegura que respaldará las posiciones de la dirección del partido e incluso se asegura que su verdadero impulsor a esa posición fue Marcelo Ebrard. Puede ser, pero habrá que ver qué sucede cuando entren en contradicción con las indicaciones de López Obrador. Independientemente de Alejandro, el hecho es que la bancada perredista está dividida profundamente. Pero también lo están las supuestamente lopezobradoristas, comenzando por la del PT, donde los seguidores incondicionales del líder aunque ni siquiera militan en el partido se querían quedar desde ya con la coordinación. Y Convergencia, donde todo indica que los dirigentes del partido, Luis Maldonado y Dante Delgado, han comenzado a mostrar profundas divergencias también con la mira en el 2012.
En el PAN, Josefina Vázquez Mota ganó la coordinación con un muy amplio margen de votos a su favor. Pero debió disputarla con Francisco Ramírez Acuña y persiste, aunque su representación en la cámara baja será mucho menor a la de la legislatura que acaba, una fuerte presión de personajes cercanos a Manuel Espino. Allí el enfrentamiento se profundiza, como lo pudimos ver con el caso de Gerardo Priego en estos días. No serán fuerzas suficientes como para cambiar el rumbo de la bancada pero sí para actuar como grupos de presión, sobre todo cuando se vaya acercando el 2012. Lo bueno para Josefina es que esas dos fuerzas son antagónicas entre sí y pueden neutralizarse mutuamente. O eso dicen.
Son el Verde y Nueva Alianza los partidos que no parecen mostrar fisuras en sus grupos parlamentarios. De por sí son ya partidos bisagras que serán necesarios para muchos acuerdos legislativos, pero si los otros muestran divisiones, ese peso específico aumentará.
En síntesis, el periodo legislativo que comienza en diez días no deberá ser percibió con tanta simpleza como se vio después del 5 de julio. Existen muchas fuerzas centrífugas, incluso entre los que aparecen como los más poderosos.
No es suficiente
Presentaron su renuncia “irrevocable” Jesús Jiménez Granados y Juan Maya Avilés, jefe de la policía judicial del DF y fiscal antisecuestros de la misma dependencia. No es suficiente. Tienen, ellos y otros mandos, demasiado que explicar: en el caso Cevallos Coppel pero en muchos más, incluyendo la pérdida del rescate de cinco millones de pesos de Fernando Martí. No se pueden ir, simplemente, por la puerta trasera.