Este fin de semana el ex presidente Vicente Fox estuvo en una reunión en Viena de una red europea cercana al Partido Popular de España, y habló sobre la lucha contra el narcotráfico. Las declaraciones son desconcertantes: para el ex mandatario, “el ejército debe abandonar esa lucha que debe ser asumida por las fuerzas policiales y los gobiernos locales”. Según Fox, la estrategia del presidente Calderón en la lucha contra el narcotráfico “no ha obtenido los resultados esperados” y “usar al ejército, usar la fuerza contra la fuerza, no ha resuelto el problema, al contrario, lo ha multiplicado”, según la información de la agencia EFE. Agregó que hay que buscar “otras alternativas” porque “ya son tres años y creo que es indispensable venir con nuevas ideas y estrategias” y entre ellas sostuvo que se debe abordar el tema de la legalización de las drogas porque “la responsabilidad del consumo de drogas no es del gobierno, es de las personas. Por lo tanto pedirle al gobierno que cancele el abasto de drogas a nuestros hijos es quizás imposible”(sic).
Este fin de semana el ex presidente Vicente Fox estuvo en una reunión en Viena de una red europea cercana al Partido Popular de España, y habló sobre la lucha contra el narcotráfico. Las declaraciones son desconcertantes: para el ex mandatario, “el ejército debe abandonar esa lucha que debe ser asumida por las fuerzas policiales y los gobiernos locales”. Según Fox, la estrategia del presidente Calderón en la lucha contra el narcotráfico “no ha obtenido los resultados esperados” y “usar al ejército, usar la fuerza contra la fuerza, no ha resuelto el problema, al contrario, lo ha multiplicado”, según la información de la agencia EFE. Agregó que hay que buscar “otras alternativas” porque “ya son tres años y creo que es indispensable venir con nuevas ideas y estrategias” y entre ellas sostuvo que se debe abordar el tema de la legalización de las drogas porque “la responsabilidad del consumo de drogas no es del gobierno, es de las personas. Por lo tanto pedirle al gobierno que cancele el abasto de drogas a nuestros hijos es quizás imposible”(sic).
No es una ocurrencia como han pensado algunos, es una línea que, coexistiendo con otras estuvo presente en toda la administración Fox y que en buena medida explica el explosivo crecimiento del narcotráfico y el creciente control territorial que adquirió en esos años. El ex presidente olvida que el ejército lleva ya muchos años participando activamente en la lucha contra el narcotráfico, precisamente porque las fuerzas policiales federales y locales no estaban capacitadas para hacerlo. Durante su propia administración, los fuertes rezagos que existieron para consolidar una fuerza policial federal y las contradicciones internas en su gabinete de seguridad, fueron en parte responsables de ese rezago. Más grave aún: una suma de elementos, desde la coyuntura política vivida con el desafuero y luego la elección, pero también por las fuertes contradicciones con las fuerzas armadas que se generaron ante las investigaciones realizadas por la fiscalía de crímenes del pasado que encabezó Carrillo Prieto, llevaron a que la administración Fox decidiera ordenar una suerte de retirada del ejército en la lucha contra el narcotráfico en los dos últimos años de su administración, y que los propios mandos de las fuerzas armadas demandaran una mucho mayor claridad en las órdenes que debían cumplir en ese y otros ámbitos.
Lo cierto es que entre 2005 y 2006 se dio un deterioro brutal en términos de seguridad, de crecimiento de los cárteles del narcotráfico y de su disputa cada vez más violenta sobre los territorios (la historia de esos años puede ser consultada a detalle en el libro De los maras a los zetas, Grijalvo, que publicamos con Víctor Ronquillo).
Esa astringencia provocó también la agudización de otros conflictos como el de Oaxaca, donde se terminó interviniendo en las postrimerías de la administración Fox por una exigencia del presidente entrante Felipe Calderón, en un capítulo que, lamentablemente, la Suprema Corte prefirió ignorar en su reciente resolución sobre ese conflicto político. Durante esos años, además, se agudizó, por la falta de respaldos y apoyos económicos y de recursos, la erosión de las fuerzas militares. Fueron los años en que creció la deserción y se terminaron consolidando grupos como los Zetas.
La administración Calderón tuvo que iniciar apenas una semana después de haber tomado posesión, con los operativos y con una mucho mayor presencia militar porque se había perdido el control territorial de amplias regiones del país. Y la intervención del ejército no era una de varias alternativas como dice Fox, sino la única opción posible mientras se reconstruía la Policía Federal y se constataba el abandono y quiebra de las policías locales.
El operativo en Luz y Fuerza confirma que la policía federal está alcanzado su madurez, pero aún requiere mayores recursos y efectivos para reemplazar al ejército en todas sus tareas de seguridad, mientras que las policías locales aún están buscando su destino. Proponer que se abandone esa tarea es no haber entendido nunca la magnitud del desafío. Pero más desconcertante aún, es que en esta misma administración, se coloque como subprocurador en la PGR a quien fue uno de los principales exponentes de esa línea que hoy sigue impulsando Vicente Fox, Francisco Molina Ruiz. Por cierto, decir que no es responsabilidad del gobierno impedir el abasto de drogas a nuestros hijos es, sencillamente, una barbaridad en boca de un ex jefe de Estado.