Cordero, el secretario de “la recuperación”
Columna JFM

Cordero, el secretario de “la recuperación”

El sábado pasado me decía Ernesto Cordero que el 2010, pese a algunos pesimistas, sería económicamente mucho mejor que el año que está concluyendo. Puede ser, lo que es indudable es que ello determinará el futuro del ex secretario de Sedesol y obvio aspirante a la candidatura presidencial por el PAN.

El sábado pasado me decía Ernesto Cordero que el 2010, pese a algunos pesimistas, sería económicamente mucho mejor que el año que está concluyendo. Puede ser, lo que es indudable es que ello determinará el futuro del ex secretario de Sedesol y obvio aspirante a la candidatura presidencial por el PAN.

Los movimientos que realizó el presidente Calderón en el área financiera y en Sedesol tienen dos vertientes bastante claras: por una parte seguir colocando a su gente de confianza en las posiciones estratégicas del gobierno, pero también comenzar a mover sus propias fichas en el camino al 2012. En el terreno gubernamental no es un secreto la distancia que siempre tuvo el presidente con Guillermo Ortiz Martínez, desde los tiempos de la crisis financiera del 95 y el Fobaproa. Muy probablemente Guillermo Ortiz tenía que dejar el Banco de México pero, desencuentros o no con el presidente, se debe reconocer que Ortiz ha sido un funcionario excelente, que tuvo un papel destacadísimo y fue clave para mantener en los dos últimos sexenios la estabilidad económica en el país. Probablemente su ciclo al frente del banco central se habrá agotado pero de lo que no cabe duda es será muy difícil llenar esa posición.

Llega allí Agustín Carstens, paradójicamente en una situación similar a la que sobrellevaba Guillermo Ortiz hace once años: un secretario de Hacienda que conservaba toda la confianza presidencial pero desgastado por la crisis y los conflictos que ésta conlleva. Carstens salió golpeado políticamente del proceso de aprobación del paquete fiscal y presupuestal, pero sigue teniendo el apoyo del presidente y de los sectores más importantes del priismo (y por alguna razón no tanto del panismo, sobre todo en el senado). Su llegada al Banco de México no tendría que generar conflicto alguno, aunque su estilo y concepción financiera mantiene diferencias con la de su antecesor.

Pero la clave de estos movimientos está en Ernesto Cordero. Hace meses le preguntamos al secretario de Desarrollo Social si quería llegar a Hacienda. Nos dijo que estaba muy cómodo en Sedesol. Y es obvio, resulta muy diferente administrar el gasto social que la hacienda pública, sobre todo para un funcionario que tiene aspiraciones a futuro. Pero la crisis ha influido también en esta decisión. Cordero llega a Hacienda con el objetivo de convertirse en el artífice de la recuperación y esa será su carta para el 2012, una carta que constituye, obviamente, toda una apuesta: si esa recuperación se convierte en realidad tendrá espacios de operación muy importantes, pero si no se da o se retrasa, se quedará sin posibilidades: no alcanzará, en ese sentido, un manejo serio y responsable de la economía, se exigirán, con razón, resultados.

¿Podrá Cordero con Hacienda?. Sin duda es un funcionario con gran capacidad y con peso en el gabinete y más en el corazón del calderonismo. Pero también con una experiencia limitada en el sector. Tiene en su haber buenas relaciones con los sectores empresariales y su paso previo por la subsecretaría de egresos. En Sedesol debe haber realizado amarres con grupos sociales y con sectores de poder en los estados. Pero será un secretario de Hacienda bajo fuego, aunque Cordero creo que se sentirá más cómodo en su nueva posición. Será fundamental observar cómo se concentran las tareas en ese secretaría y cuáles serán las atribuciones reales de Cordero. En este sentido, pareciera que se buscará, en los hechos, establecer un esquema muy similar al que tuvo en los dos años previos a su “destape” como candidato, Carlos Salinas de Gortari en lo que era entonces la secretaría de Programación y Presupuesto, donde se concentraron buena parte de las responsabilidades del gabinete económico, sumándole capítulos centrales de la operación política. En aquellos años, como en pocas ocasiones la política-política fue una extensión de la política económica. Y hoy pareciera que estamos ante algo similar.

Mientras tanto, Heriberto Félix llegará a la Sedesol en lo que parece ser una doble maniobra. Irá a ejecutar el gasto social un hombre que estaba buscando la gubernatura de Sinaloa, que había perdido hace seis años por apenas un 1 por ciento de los votos. Si llegó a Desarrollo Social será difícil creer que abandonará esa posición en unos meses (aunque todo podría ser posible) pero la lógica indicaría que desde allí podría apoyar la causa de su partido, al mismo tiempo que le abre la candidatura a Manuel Clouthier, el hijo del Maquío.

La mesa ya está puesta con la mira en el 2012. El equipo presidencial cambio para permanecer igual o por lo menos con los mismos integrantes jugando, eso sí, un rol diferente.

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