La carta del Cisen y los medios
Columna JFM

La carta del Cisen y los medios

No todos los días se recibe una carta del Cisen. Pues la noche del día 20 recibí en mi mail una. Era una respuesta, muy respetuosa, rubricada por Mauricio Razo Sánchez, titular de la Unidad de Enlace de esa institución, que criticaba mi columna titulada el gobierno y los medios publicada ese mismo día, sobre todo en relación con el nombramiento de Alejandro Ordoño, hasta entonces coordinador de administración y finanzas del propios Cisen, como director del llamado Organismo Promotor de Medios Audiovisuales, que tendrá bajo su órbita todos los medios públicos del sector.

No todos los días se recibe una carta del Cisen. Pues la noche del día 20 recibí en mi mail una. Era una respuesta, muy respetuosa, rubricada por Mauricio Razo Sánchez, titular de la Unidad de Enlace de esa institución, que criticaba mi columna titulada el gobierno y los medios publicada ese mismo día, sobre todo en relación con el nombramiento de Alejandro Ordoño, hasta entonces coordinador de administración y finanzas del propios Cisen, como director del llamado Organismo Promotor de Medios Audiovisuales, que tendrá bajo su órbita todos los medios públicos del sector.

Bienvenida la carta, lo preocupante es que en una institución como el Cisen no sepan leer una columna periodística. Dice la carta que yo le adjudico al nuevo instituto “una vocación censora y retrógrada”; que descalificó a Ordoño por haber sido funcionario del Cisen y que no doy datos sobre su trayectoria profesional y académica. Y luego sigue con un reflexión que me parece lamentable para un organismo de inteligencia. Va textual: “desde su perspectiva, haber trabajado en el Cisen es razón suficiente para que el señor sea retrógrada y proclive a la censura. Lo grave y falso de su afirmación es que se le adjudica al Cisen una condición malévola, una especie de rey Midas al revés, por la cual todos los que aquí trabajamos somos autoritarios y retrógradas”.

Primero, la vocación “censora y retrógrada”, no se la adjudico al señor Ordoño sino a todo el paquete de medios que se ha presentado en estos días, y aunque se ha han tratado de explicar de que la iniciativa del PAN en el Congreso y la creación del Organismo que encabezará Ordoño no son parte de un mismo proyecto, lo evidente es que sí, porque se trata de acciones simultáneas y complementarias. La iniciativa de ley propone la creación de una cadena nacional de radio y televisión pública, lo que en los hechos tendría que nacer bajo la mano de ese nuevo organismo, y propone, también, controlar y regular contenidos de los medios, desde la televisión al Internet. Y es por lo menos desafortunado que al mismo tiempo que se están planteando esos mecanismos de control, que traducidos al español son una forma de censura, se coloque en uno de los pilares de ese nuevo andamiaje gubernamental a un funcionario que viene de una institución que se encarga del control, de la información, de la seguridad nacional. Tendrían que recordar a don Jesús Reyes Heroles, “en política, lo que parece es”. Y si hay una iniciativa de ley retrógrada y censora, y simultáneamente se crea un organismo que controlará todos los medios públicos audiovisuales y si en lugar de colocar al frente del mismo a un experto en medios se coloca a un muy respetable funcionario administrativo pero que proviene de las áreas de seguridad nacional ¿cuál es la conclusión que debemos sacar?

La iniciativa de ley del PAN es mala, contraproducente, retrógrada, censora. Mala porque vuelve a dividir; contraproducente porque se presente en el tercio final de un gobierno con una evidente intención de establecer límites y controles en los medios, incluso atacando capítulos básicos del estado de derecho; retrógrada porque busca un regreso al esquema previo al 93, anterior a la privatización del paquete de medios y porque busca revertir la autonomía de organismos como la Cofetel, para regresarla a la SCT ; y censora porque lo dice expresamente.

Se ha dicho que esa iniciativa es del PAN pero que no tiene el aval del presidente Calderón. Si es así, debería ser el propio presidente o el secretario de Gobernación, quien les pidiera a los panista no apoyar esa iniciativa. No es creíble que una iniciativa de este calibre se presente en los días finales del periodo ordinario de sesiones, a tres meses de catorce elecciones estatales, que sea apoyada por Javier Corral (olvidando todo lo que ha dicho sobre la autonomía de los medios respecto al gobierno) y por el líder del senado, Gustavo Madero, que tenga el aval de diputados y senadores, y que no haya pasado por lo más altos niveles del gobierno. Si no lo que tendremos es la reedición de toda la historia de las alianzas PAN-PRD, con el presidente Calderón, otra vez, como rehén entre esas fracciones. Y eso daña al presidente Calderón, a su gobierno y al país.

No voy a ahondar en “la condición malévola del Cisen o el rey Midas al revés” del que habla la carta. Quien haya leído lo que he escrito sobre el Cisen sabría perfectamente mi opinión sobre la integridad y compromiso de algunos de quienes fueron sus directores, comenzando por Jorge Tello Peón y Eduardo Medina Mora, y sobre el propio Guillermo Valdéz, y sabría también que creo que éste no es el tipo de institución de seguridad nacional que requiere el país. Lo demuestra el que no sepan leer una columna periodística.

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