¿Lázaro al PRD?
Columna JFM

¿Lázaro al PRD?

Jesús Ortega dejará con anticipación la dirigencia del PRD. Busca con ello no empatar la renovación de la dirigencia con la designación de candidatos en el estado de México, que se ha convertido en una nueva plataforma de confrontación entre la corriente de los Chuchos y López Obrador, aunque el ex candidato presidencial tira más alto: para él la confrontación es con Marcelo Ebrard, su verdadero adversario de cara al 2012.

Jesús Ortega dejará con anticipación la dirigencia del PRD. Busca con ello no empatar la renovación de la dirigencia con la designación de candidatos en el estado de México, que se ha convertido en una nueva plataforma de confrontación entre la corriente de los Chuchos y López Obrador, aunque el ex candidato presidencial tira más alto: para él la confrontación es con Marcelo Ebrard, su verdadero adversario de cara al 2012.

El mitin del domingo de López Obrador en Toluca fue una suerte de declaración de guerra de éste hacia su partido. El acto fue convocado por Convergencia y el Partido del Trabajo. Allí López Obrador confirmó que quiere imponerle un candidato al PRD. En su entorno se habla de la senadora Yeickol Polensky, que ya perdió esos comicios hace seis años en forma abrumadora, y del verdadero candidato de López Obrador que no es otro que Alejandro Encinas. El problema es que mientras la senadora está más que puesta para volver a lanzarse a la aventura, Encinas sabe que difícilmente podría ganar algo en el estado de México, aunque quizás (si no se realiza la alianza PAN-PRD) podría ser el único candidato que pudiera unificar al PRD con Convergencia y el PT. Con todo, en Convergencia siguen pensando en Alejandro Gertz Manero, una candidatura que sería intransitable para un sector del PRD.

Existen versiones de que la renuncia anticipada de Jesús Ortega buscará que el nuevo liderazgo del partido sea designado por el Consejo Nacional para no ir a unas elecciones abiertas que siempre han terminado en una crisis en el perredismo. Y se asegura que en realidad se buscaría dejar en esa posición a Lázaro Cárdenas Batel. Todo puede ser, pero sin acuerdos programáticos mucho más de fondo que una simple alianza entre corrientes perredistas, dudo mucho que Lázaro acepte esa posición. Es verdad que su padre, Cuauhtémoc Cárdenas, ha reaparecido en las últimas semanas y se ha dejado ver, sobre todo, con Marcelo Ebrard y que será el principal invitado del jefe de gobierno en la reinauguración de la plaza de la Revolución mañana sábado, pero habrá que ver si eso alcanza para que Lázaro decida regresar para dirigir un partido donde las diferencias están tan marcadas y donde todo indica que van a un choque de trenes en la elección de su candidato presidencial.

Pero la verdad es que hay muy pocos aspirantes que realmente podrían unir al PRD, incluso Lázaro no tendría la confianza de los sectores más duros. Pero también es verdad que el ex gobernador de Michoacán, es de los pocos perredistas que tienen un nombre y un margen de aceptación general y popularidad como para aspirar a más que administrar un partido envuelto en una dura lucha interna.

Mientras tanto en el estado de México lo que frena la alianza PAN-PRD, además de la renovación de ambas dirigencias en las próximas semanas, es la falta de un candidato o candidata que pueda dar la pelea y entusiasmar a ambos partidos. Hasta ahora ninguno lo ha logrado y el PRI ya ha dicho que alargará todo lo posible la designación del suyo para evitar que algún priista disconforme le termine solucionando ese problema a los aliancistas. Las encuestas siguen mostrando que la mejor posicionada y que podría ser aceptada por todos, aunque sectores del PRD no la apoyarían, es Josefina Vázquez Mota. Pero la coordinadora de los diputados del PAN no está convencida de embarcarse en la aventura del estado de México, más aún cuando conserva sus aspiraciones de ser candidata, pero a la silla presidencial. En su entorno siguen viendo con desconfianza tanta insistencia para que ella lidere esa alianza opositora.

La explosión de Quintana Roo

Siguen haciéndose bolas en Quintana Roo con la explosión del hotel Grand Princess Rivera Maya que dejó cinco turistas canadienses muertos. La primera versión, de que el restaurante del hotel había estallado por la acumulación de gases naturales generados por el manglar, no tiene ni pies ni cabeza. Ahora se reconoció que debajo del restaurante había una suerte de bóveda que estaba sellada y por donde pasaban unos ductos de aguas negras, que éstos se deben haber roto y que ese estallido derivó de una acumulación de gases en esa bóveda que terminó convertida en una suerte de cámara séptica sin salida. Pero el hotel sabía que algo estaba mal. Según declararon turistas canadienses a la televisión de su país, en esa zona había siempre mal olor y los empleados les decían que olía así porque era el olor natural del manglar que rodea el hotel, lo cual es sencillamente falso. Había un problema y nadie quiso solucionarlo. Lamentablemente costó siete vidas. Las autoridades deberían tener la respuesta.

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