Las facilidades del 2012
Columna JFM

Las facilidades del 2012

Se preguntaba Héctor Aguilar Camín si puede ser tan fácil para el PRI regresar a Los Pinos en el 2012, luego de la decisión perredista de lanzar a Alejandro Encinas en el estado de México, algo que, en los hechos cancela la posibilidad de una candidatura común en ese estado (candidatura que por otra parte no se veía quién podría llegar a ocupar) y por extensión para la elección presidencial.

Se preguntaba Héctor Aguilar Camín si puede ser tan fácil para el PRI regresar a Los Pinos en el 2012, luego de la decisión perredista de lanzar a Alejandro Encinas en el estado de México, algo que, en los hechos cancela la posibilidad de una candidatura común en ese estado (candidatura que por otra parte no se veía quién podría llegar a ocupar) y por extensión para la elección presidencial.

Y la verdad es que ese camino parece fácil de recorrer salvo que por alguna razón el PRI se convierta en su peor enemigo, como le ocurrió hace seis años, luego de ganar, el propio Enrique Peña Nieto, con poco más del 50 por ciento de los votos, la elección en el estado de México. Hoy las cosas parecen alineadas para el priismo: su precandidato más fuerte, Peña Nieto, no parece tener enfrente dificultades graves, y la elección del estado de México dependerá sólo de la capacidad integradora que el gobernador demuestre (esa no será una decisión colegiada) para elegir a su candidato (y en eso no deberían basarse en relaciones familiares, el mensaje político debería ir más allá) y evitar no sólo rupturas sino enviar señales negativas para el electorado nacional. En todo caso, detrás de Peña está en segundo precandidato, Manlio Fabio Beltrones, con un peso, sobre todo en el círculo rojo y en el propio priismo, indudable y que sin duda no apostará por la ruptura.

La sucesión en la dirigencia nacional se dio de un modo más que terso: Humberto Moreira llegará a esa posición sin haber tenido que enfrentar un proceso interno que hubiera podido provocar fricciones. Se ha dicho que esa elección no fue un ejercicio abierto y democrático. Puede ser, pero la pregunta es si los partidos, por definición, tienen que tener procesos internos de selección abiertos: no lo creo, no en la mayoría de los casos. Lo que necesitan son consensos internos y en este caso el PRI lo tuvo. La propia llegada de Moreira, así como lo sucedido en varias elecciones estatales, demuestra, por otra parte, que los lazos con Elba Esther Gordillo, están más que afianzados de cara al 2012. Y el peso del SNTE en términos electorales no es menor, como lo hemos visto en las elecciones locales de los últimos dos años.
El equipo cercano a Peña, fuera de sus colaboradores habituales, parece estar muy definido: el propio Moreira, el todavía gobernador de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, el regiomontano Rodrigo Medina, a pesar de las vicisitudes que vive su estado. En Guerrero, en una elección que será muy disputada, tienen la posibilidad de ganar con Manuel Añorve y de poner una distancia con viejos cacicazgos locales que en términos mediáticos le puede ser muy útil al priismo.

Las cosas se le han dado con facilidad además al PRI porque el PRD y el PAN tienen enormes dificultades para mover sus piezas y tomar decisiones. En el PRD por la división que implica la lucha entre López Obrador y Marcelo Ebrard (aunque la designación de Encinas parece una pausa en la misma pero también un punto ganado por el tabasqueño), y en el PAN porque no terminan de sacar sus aspirantes con claridad. Un ejemplo es el estado de México: Bravo Mena asegura que no buscará la candidatura en esa entidad ¿entonces quién?. Se nos habla de un candidato o candidata independiente e incluso de Isabel Miranda de Wallace para una candidatura que hace algunas semanas se ofreció a Alejandro Martí y que éste declinó. ¿Realmente Isabel se lanzaría a esa aventura política?. Puede ser, pero lo dudo. ¿Irán con un candidato eminentemente local como Ulises Ramírez contra el candidato de Peña Nieto y contra un ex jefe de gobierno capitalino como Encinas?

El tema del PRI de cara al futuro, y el que podría dificultarle las cosas pasa por la credibilidad, la confianza y en ese sentido la seguridad: en el PRI se han cansado de decir que la estrategia de seguridad del gobierno federal no funciona pero todos sus gobernadores le piden al gobierno federal que les dé apoyo y ninguno vislumbra una política de seguridad realmente diferente. Y es verdad que como oferta electoral y de gobierno, el priismo tendrá que ofrecer algo nuevo, pero también tendría que ser algo que haya podido mostrar que funciona en los propios estados que gobierna (más de la mitad del país). Y desde ese punto de vista, el acusar al gobierno federal de ineficiente, aunque lo sea, puede ser insuficiente ante el mayor desafío que afronta la sociedad mexicana en un contexto donde habrá en el 2011 una mejora de la economía parcial pero significativa y donde la política se manejará con base a expectativas. Por eso, el texto que publicó Peña Nieto sobre seguridad en el Financial Times, la primera definición extensa del mexiquense en ese terreno, debe ser analizado con mayor amplitud. Lo haremos mañana.

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