La elección de La Parota
Columna JFM

La elección de La Parota

El domingo 30 habrá elecciones en Guerrero, compiten, por el PRI y sus aliados del Verde y Nueva Alianza, Manuel Añorve, contra el PRD, PT y Convergencia, que llevan como candidato a Ángel Heladio Aguirre. Los dos son priistas de muchos años atrás: Añorve ha sido, además de funcionario local y diputado, el presidente municipal de Acapulco, mientras que Aguirre ha sido todo, incluso gobernador interino. Ambos son, además, familiares, y tuvieron origen en los mismos grupos políticos.

Para mi amigo Ernesto Vidal, con un abrazo solidario.

El domingo 30 habrá elecciones en Guerrero, compiten, por el PRI y sus aliados del Verde y Nueva Alianza, Manuel Añorve, contra el PRD, PT y Convergencia, que llevan como candidato a Ángel Heladio Aguirre. Los dos son priistas de muchos años atrás: Añorve ha sido, además de funcionario local y diputado, el presidente municipal de Acapulco, mientras que  Aguirre ha sido todo, incluso gobernador interino. Ambos son, además, familiares, y tuvieron origen en los mismos grupos políticos.

Los diferencia la edad y la formación: Añorve es de una generación más joven. En el caso de Aguirre, el que haya roto con el PRI y se haya convertido súbitamente en candidato de izquierda sólo se explica por el deseo de repetir en un cargo que ya tuvo y en el que no rindió buenas cuentas: durante su administración se dio el huracán Paulina y los errores cometidos en la atención de los damnificados estuvieron a punto de hacerlo tener que dejar el puesto. Lo salvó que hacía muy poco que había reemplazado a Rubén Figueroa luego de los hechos de Aguas Blancas.

Creo que otra de las diferencias entre ambos es política: Aguirre me parece, aunque paradójicamente encabece una coalición que se dice de izquierda, un hombre mucho más conservador que Añorve, en las formas y en el discurso, se asemeja mucho más a un hombre del viejo PRI que de una alianza progresista. Quizá su designación se explique o, mejor dicho demuestre con claridad, que esa nueva izquierda de la que se habla parece cada día más un movimiento restaurador del viejo sistema.López Obrador es una vívida demostración de ello, aún más que el priismo. Probablemente el que se estime que podría salir a votar apenas 25% de la lista nominal pueda tener relación con el desconcierto que ello implica entre los electores, en unos comicios donde las maquinarias partidarias serán determinantes para el resultado.

En relación con ello, en la entidad se vive una guerra por el control de territorios entre distintos grupos del narcotráfico, que me temo que ya se definió a favor del cártel del Pacífico (el del Chapo Guzmán), luego de las sucesivas divisiones y rupturas que se generaron entre sus ex aliados y luego feroces adversarios del de los Beltrán Leyva. ¿Cómo jugarán las organizaciones criminales en los comicios? No lo sabemos, pero van a tener, sin duda, voto, y buscarán consolidar espacios. Que luchan en el terreno político ya lo sabemos: simplemente se debe recordar la guerra de mantas, narcomensajes (y muertos) que se ha desencadenado desde hace años y más aún en los últimos dos: la muerte del líder perredistaArmando Chavarría o la detención de Rogaciano Alba son sólo pequeñas muestras de esa lucha y esa participación política.

En medio de todo ello, el que debería ser el gran tema de debate de los candidatos ha sido opacado por las acusaciones y las descalificaciones mutuas: el punto debería ser si van a apoyar o no la construcción de la presa de La Parota, el proyecto de infraestructura más importante del estado en décadas, que podría cambiar el rostro y el futuro de la entidad en muchos sentidos, desde el empleo y la calidad de vida hasta el desarrollo del turismo. Añorve ha defendido en forma enfática ese desarrollo; Aguirre primero dijo que lo apoyaría, luego que no, ahora dice que sí, pero respetando los derechos de las comunidades, que es una forma de decir que quién sabe.

Si fuera guerrerense y tuviera que votar, lo haría por quien apoyara decididamente ese proyecto: me parece más importante para el estado, su gente y el país, que cualquiera de las descalificaciones y acusaciones de las que han hecho gala los candidatos.

No me deja de asombrar que el PAN, que ha estado prácticamente ausente en la campaña (quizás porque algunos de sus dirigentes piensan que no deberían regalarle al PRI una victoria para que inicie 2011) y una administración que ha impulsado desde el sexenio anterior ese proyecto y que se dice el gobierno de la infraestructura, no ponga todo su peso y énfasis en lo que se debería considerar esencial para el futuro de México, más allá de Añorve o Aguirre.

Pero quizás no deberíamos asombrarnos, el panismo en términos electorales hace ya mucho tiempo que no encuentra la brújula en los procesos de los estados y sus vaivenes recorren los cuatro puntos cardinales sin saber dónde está su norte

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