Perderán los guerrerenses
Columna JFM

Perderán los guerrerenses

Elecciones como las que se darán el domingo en Guerrero dejan muy mal sabor de boca en todos los observadores y a los electores los aleja cada vez más de la política y de los partidos: confirman la impresión de que la política es algo sucio, destinada a obtener sólo poder, en la que no están presentes convicciones ni principios.

Elecciones como las que se darán el domingo en Guerrero dejan muy mal sabor de boca en todos los observadores y a los electores los aleja cada vez más de la política y de los partidos: confirman la impresión de que la política es algo sucio, destinada a obtener sólo poder, en la que no están presentes convicciones ni principios. Guerrero, desgraciadamente nunca ha sido un ejemplo de civilidad política y lucha democrática: allí siguen conviviendo caciques impresentables con dirigentes políticos cuyas carreras se basan en la búsqueda del poder; grupos armados, muchos de extraño origen, con organizaciones de sicarios que trabajan para varios grupos criminales y en ocasiones unos utilizan el disfraz de los otros. Todo eso entremezclado con algunos de los municipios más pobres del país y con desigualdades manifiestas entre la mayor parte del estado con algunas de sus zonas turísticas.

Todo eso lo sabemos, pero lo que estamos viendo en Guerrero en esta campaña lo supera. El caso de la alianza del PRD, PT y Convergencia no deja de ser significativo: esos partidos tienen que defender su actual status en el estado, son los que están en el poder, lo que tienen el gobierno, con Zeferino Torreblanca, desde hace seis años. Paradójicamente parece que no hubiera sido así, pareciera que estuvieran armando una alianza desde la oposición: no han optado por sus cuadros, sino por adoptar a uno de los líderes priistas más conservadores, como Angel Heladio Aguirre. Y no es porque no tuvieran opciones: sobre todo luego del asesinato, sin aclarar, del diputado local Armando Chavarría, era evidente que el diputado Armando Ríos Piter era el prospecto joven que podía ser una buena opción de cambio para el estado y una posibilidad de trascender los viejos estilos de hacer política. Por alguna razón, conservadurismo o búsqueda fría del poder, se decidió, a pesar de que la propia dirigencia nacional del PRD se había comprometido a que no sería ningún priista su candidato, que el suyo fuera Aguirre. Entonces los tres partidos denominados de izquierda se fueron con un candidato del priismo más tradicional y se olvidaron de los suyos. Como si faltaran elementos de confusión, ahora el candidato del PAN, Marcos Parra, que prácticamente no había hecho campaña, terminó por declinar también a favor de Aguirre. En el PAN se dice que no quieren comenzar el año otorgándole un triunfo electoral al PRI…por eso apoyan una de las corrientes del PRI que participa con las banderas del PRD, el PT y Convergencia. Es absurdo.

En el otro rincón del ring electoral, Manuel Añorve que es un hombre talentoso, no aprovechó como podría haberlo hecho ni la diferencia generacional en su favor ni se quiso deslindar de los viejos estilos y dirigentes que dicen apoyarlo a él pero también apoyan, subrepticiamente o no, a Aguirre. No apostó realmente por el cambio: Si el perredismo y sus aliados hicieron campaña como si fueran oposición, el PRI lo hizo como si estuviera en el gobierno. Ese es quizás el verdadero drama de Guerrero ¿quién apuesta realmente a una transformación, a un cambio? Hasta ahora esa elección parece ser mucho más un eslabón de una cadena política que trasciende el estado, que se vincula con los comicios mexiquenses y con la elección presidencial del 2012, pero donde los guerrerenses juegan un papel secundario.
Y se vulneran además las prácticas políticas partidarias, porque el crimen organizado también juega y lo hacen con entusiasmo en estos comicios: lo vimos en los días pasados y ellos están tratando de dilucidar en estas elecciones también algunas de sus luchas de poder territorial, tan intensas en Guerrero porque allí no sólo existen rutas de tráfico de drogas y espacios muy importantes para el narcomenudeo, sino también territorios de siembra de marihuana y amapola (de donde se extrae la goma de opio que se utiliza para distintas drogas pero sobre todo para la heroína) que requieren tener un control directo, sin eufemismos, sobre la tierra y los campesinos.

Lo saben los partidos y lo sabe la gente. Por eso se espera una votación magra el próximo domingo. Podrá aumentar sólo porque será determinante la operación electoral de los propios partidos. Por eso tal movilización de operadores de todo tipo, por eso tanto dinero volcado en la misma, por eso tantas denuncias de unos y otros por irregularidades que inundan al Instituto Electoral local sin que éste resuelva, en realidad, nada.

Encuestas aparte, nadie sabe quién ganará el domingo, pero me temo que será muy difícil que ganen los guerrerenses.

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