Un tsunami electoral
Columna JFM

Un tsunami electoral

El debate realizado entre los presidentes nacionales del PRI, PAN y PRD, lo mismo que el enfrentamiento que se dio entre Marcelo Ebrard y Manlio Fabio Beltrones, demuestra que los partidos se lanzarán a partir de ahora y hasta el 2012 a una maraña de descalificaciones con poco sustento, basadas exclusivamente en los intereses electorales de coyuntura.

El debate realizado entre los presidentes nacionales del PRI, PAN y PRD, lo mismo que el enfrentamiento que se dio entre Marcelo Ebrard y Manlio Fabio Beltrones, demuestra que los partidos se lanzarán a partir de ahora y hasta el 2012 a una maraña de descalificaciones con poco sustento, basadas exclusivamente en los intereses electorales de coyuntura.

Las propuestas de reforma fiscal y laboral, en ese clima de enfrentamiento podrán quedarse, como muchas otras, para algún tiempo futuro, independientemente de las necesidades del país. Una reforma energética real, que cada día que pasa es más importante (sobre todo después del terremoto, tsunami y accidente nuclear de Japón, en medio de la crisis en Libia y los países árabes, en un contexto de una definitorio debate internacional sobre el futuro de la energía) sigue, y si todo continúa así, seguirá en el futuro, siendo un tema que simplemente no se analiza ni interesa demasiado. Los temas sustantivos se alejan cada vez más y las descalificaciones aumentan.

¿Y que hay detrás de éstas? Sólo apuestas electorales para el futuro. ¿Qué es lo sustancial del debate entre los presidentes de partidos?. Que Gustavo Madero y Jesús Ortega están decididos a impulsar una alianza en el estado de México, que pondrán a consulta el próximo día 27 y que está tan en el aire como el resultado de la elección perredista del día 19 que puede cambiar todo. Y que en esa alianza la gran incógnita sigue siendo quién será el que la encabece. En todo caso, queda claro que el PRD y el PAN tienen un factor que los une más allá de las coyunturas: su antipriismo, y ese sentimiento es el que quieren explotar en la población. La duda es si 10 años después de que el PRI dejara el gobierno federal ese sentimiento perdura. Sobre todo en el estado de México. Aunque han logrado un aliado extraño: Arturo Montiel que eligió el peor momento para intentar reivindicarse.

En el lado del PRI, Humberto Moreira al poner el acento en las diferencias históricas existentes entre el PRD y el PAN (la pregunta sobre cuándo dejaron unos de ser los espurios y otros el peligro para México, independientemente de la dosis de mala leche que conlleva no deja de ser una interrogante real) dejó también la percepción de que el PRI, después de lo visto en varios estados de la república, sí teme a esa alianza y sabe que le hace daño. En los últimos días, los tres hombres más importantes del PRI: Enrique Peña, Manlio Fabio Beltrones y el propio Moreira, han hablado en contra de las alianzas y eso no es casualidad. El propio PRI mexiquense ha retrasado al máximo la designación de su candidato para evitar que haya una ruptura interna que le brinde un posible abanderado a esa alianza. Pero eso demuestra que efectivamente existe temor ante ella y que se la ve como una posibilidad real.

En este sentido se debe interpretar la virulencia de la respuesta de Marcelo Ebrard contra Beltrones respecto a la propuesta de reforma fiscal impulsada por el senador priista a la que calificó de un “vil engaño” y de “engañosa, regresiva y electorera”. No lo es, pero lo que sucede es que Manlio, el día anterior, tocó el punto más sensible en el perredismo, la división entre López Obrador y el propio Ebrard, agregando que éste no apoyaba la reforma fiscal “porque nunca había representado los intereses de la izquierda”. Y Ebrard tenía que adoptar, entonces, el discurso más duro de ese perredismo que jamás ha querido transitar por una reforma fiscal.

En todo caso, lo que quedará pendiente es qué actitud va a tomar el PAN ante esa misma reforma: ¿apoyará a su aliado en el estado de México, calificando así la reforma fiscal o privilegiará, desde una lógica de partido en el gobierno, una reforma fiscal muy similar a la que el PAN ha planteado en otras oportunidades, incluyendo la de Vicente Fox hace exactamente seis años?. Me temo que hoy y como están las cosas lo que ganarán serán las apuestas electorales: la gobernabilidad y las reformas de cara al futuro salen sobrando, desde lo fiscal hasta lo energético. Nuestro tsunami es electoral.

PD: falleció Joaquin Ibarzt uno de los mejores corresponsales que han cubierto México. Lo hizo por más de 25 años para el periódico catalán La Vanguardia: siempre se caracterizó por reportear con profundidad y por no ser parte de juegos políticos ajenos. Debe ser reconocido como uno de los mejores. Descanse en paz.

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