Ebrard: perder ganando
Columna JFM

Ebrard: perder ganando

¿Qué ganó Marcelo Ebrard aceptando a Dolores Padierna como secretaria general del PRD?. Aparentemente nada, menos porque había dicho que su candidato era Armando Ríos Piter. Nueva Izquierda que tiene amplia mayoría en el consejo político y en la estructura del partido no iba a resignar la presidencia del PRD, pero, además, le demostraba a Marcelo que su alianza, como todas, tenía un límite: los propios espacios de poder de los Chuchos.

¿Qué ganó Marcelo Ebrard aceptando a Dolores Padierna como secretaria general del PRD?. Aparentemente nada, mnos porque había dicho que su candidato era Armando Ríos Piter. Nueva Izquierda que tiene amplia mayoría en el consejo político y en la estructura del partido no iba a resignar la presidencia del PRD, pero, además, le demostraba a Marcelo que su alianza, como todas, tenía un límite: los propios espacios de poder de los Chuchos.

Pero desde la semana pasada Ebrard ya había llegado a un acuerdo con René Bejarano y su esposa, Dolores Padierna. Se supone que Bejarano y Padierna son los representantes del llamado G-8, las ocho tribus dentro del PRD que se oponen a Nueva Izquierda, que apoyan a López Obrador y se oponen a las alianzas con el PAN. Apenas el jueves pasado nos preguntábamos cuándo había regresado Bejarano públicamente al PRD, luego de los videoescándalos. El sábado al inicio del consejo nacional Bejarano se encargó de respondernos: mostró su credencial y dijo que desde el jueves, o sea el mismo día de la reunión con Ebrard. ¿Quién había expedido la credencial? El PRD del Distrito Federal. ¿Alguien duda de la naturaleza del acuerdo?.

Ese mismo día Ebrard decidió enviar la candidatura de Ríos Piter. Era una medida de alguna forma testimonial: en realidad, Armando no tenía peso para llegar a la presidencia del partido. Y ni Zambrano ni Padierna dejaron de lado sus pretensiones: no tenía lógica que lo hicieran. Los Chuchos intentaron que Ebrard le diera apoyo a la posibilidad de que Ríos Piter fuera secretario general, para evitar otorgarle esa posición a Bejarano y Padierna. Pero Ebrard privilegió el acuerdo que había establecido con ellos.

La pregunta es a cambio de qué. Mientras Zambrano, uno de los más críticos perredistas de López Obrador, prometió en sus primeras declaraciones ser “incluyente y tolerante”, Dolores no tuvo el menor rubor en asegurar que hay dos PRD, el de la burocracia, o sea el de Zambrano, y el de ella: “este PRD no va a aceptar ningún diálogo con Calderón, ninguna alianza con el PAN, y vamos a trabajar a nivel de la base para evitar que a la militancia se le imponga la burocracia”. ¿En qué va a trabajar? a “estructurar a su partido, dijo, para que defienda los votos que la ciudadanía le va a dar al proyecto alternativo de nación de Andrés Manuel López Obrador en 2012”. ¿Qué ganó Ebrard?

Me imagino que el jefe de gobierno capitalino debe estar pensando que este híbrido absurdo en la dirigencia del PRD le permite ganar tiempo para construir su candidatura dentro del propio partido (por obvias razones Ebrard tiene mayor presencia fuera que dentro del PRD, donde López Obrador simplemente no quiere dejarle el menor espacio). Por otra parte, seguramente cree que con este acuerdo difiere, es imposible imaginar otra cosa, el enfrentamiento con López Obrador. Y quizás piense también que el clan Bejarano-Padierna es sumamente pragmático: si le conviene, a la hora de la verdad estará con quien le ofrezca mayores posibilidades. Y son una de las corrientes perredistas que genera más recursos (aunque provengan de fuentes poco reconocibles) y que mueve más gente en mítines y plantones, por lo menos en el DF.

El problema es que con esta decisión esos supuestos pueden transformarse en su contrario: Padierna hará inmanejable al PRD y eso comenzó a hacer desde el día de ayer: mientras el partido tiene planteada su consulta para el estado de México, ya dijo que desde la secretaría general no la aceptará y tratará de bloquearla; ya aseguró que buscará a Alejandro Encinas para que sea el candidato mexiquense y no me quiero imaginar el escándalo qué ocurrirá el próximo domingo cuando al mismo tiempo que se realiza la consulta Zambrano y Padierna deberán tomar posesión de sus nuevas responsabilidades, cada uno, diría Dolores, de su propio PRD. En ese contexto, Ebrard evitó una ruptura del PRD posiblemente a costo de hacer más evidente que nunca la división interna que resultará inevitablemente en la ruptura.

El otro supuesto que se ha calculado mal es el de López Obrador quien será, al costo que sea, candidato presidencial. Y lo ha demostrado hasta el hartazgo: eligió para dar a conocer su proyecto alternativo de nación 2012 (que es el mismo del 2006 ¿para qué cambiar?) el mismo día del Consejo Nacional. Al mismo tiempo que se estaba definiendo la dirigencia de su partido (¿lo sigue siendo?¿se ha reafiliado como ordenan los estatutos?), él estaba lanzado oficialmente su Movimiento de Renovación Nacional, donde asegura, quien sabe si sea verdad, tener millones de afiliados.

Parecen ser más los costos que los beneficios de este acuerdo perredista. Dicen que ganó Ebrard pero es difícil comprender en qué. En todo caso el que se quedó con “su” PRD fue López Obrador vía Padierna y Bejarano, aunque el costo de la negociación con ellos lo pagó Marcelo.

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