Alianza Edomex: llueve sobre mojado
Columna JFM

Alianza Edomex: llueve sobre mojado

Acusar a los priistas de haber rebajado el método de selección de su candidato en el estado de México por haber recurrido al dedazo, como han dicho dirigentes del PAN y del PRD, a estas alturas se escucha más como un comentario dolido, producto de no haber presenciado una ruptura en ese partido que le diera un candidato a la alianza PAN-PRD, que un análisis serio sobre lo ocurrido.

Acusar a los priistas de haber rebajado el método de selección de su candidato en el estado de México por haber recurrido al dedazo, como han dicho dirigentes del PAN y del PRD, a estas alturas se escucha más como un comentario dolido, producto de no haber presenciado una ruptura en ese partido que le diera un candidato a la alianza PAN-PRD, que un análisis serio sobre lo ocurrido.

Lo cierto es que el priismo, y en particular Peña Nieto, operó en esta ocasión bien y a profundidad: no hubo rupturas, no hubo a la hora de la selección una decisión basada en amiguismos o grupos, sino en números y escenarios y lograron una candidatura de unidad que les servirá en el estado, pero también a nivel federal, electoral y políticamente.

Mientras tanto, lo que ocurre con la hipotética alianza PAN-PRD resulta por lo menos triste: es la otra cara de la monedad de una operación política eficaz. El domingo en la tan debatida consulta votaron 230 mil personas que apoyaron en un 76 por ciento esa hipotética alianza PAN-PRD: el problema es que eso representa apenas el 2.3 por ciento del padrón estatal. Dicen los partidos que fue un éxito, pero lo cierto es que habían mandado imprimir 650 mil boletas, dos veces más de los electores registrados. Ganó el sí pero ya todo el mundo se olvidó de esa respuesta. Como dijimos, desde que el sábado se supo que Avila sería el candidato del PRI se acabó la esperanza de los partidos opositores de que hubiera una ruptura en el tricolor y que el propio Eruviel se convirtiera en el candidato aliancista. No hay otros nombres de peso.

En el PRD, el ex jefe de gobierno capitalino, Alejandro Encinas, ya se registró desde el viernes pasado y mientras se trabajaba para la consulta, al mismo tiempo ya parece estar todo encarrilado para ungir a Encinas como candidato “de la izquierda”. De la posibilidad de que Alejandro sea también aspirante aliancista ni hablar. Mientras el PAN anunciaba que suspendía sus campañas internas ante el voto por el sí, lo único que cabe preguntarse es si saben algo que los demás no sabemos, porque no se ve cuál pueda ser la candidatura de unidad, sobre todo porque en el perredismo, por lo menos en el ala lopezobradorista como entre la gente de Marcelo Ebrard ya se está trabajando para la candidatura de Encinas.

¿Cómo va a hacer el PAN para que sus dos posibles aspirantes: Luis Felipe Bravo Mena y Ulises Ramírez puedan crecer?. De cara al 2012, con o sin alianza, el PAN no se puede dar el lujo de abandonar el estado de México. No se trata de Guerrero. Son demasiados votos, demasiados reflectores, demasiada operación y recursos como para pensar que se trata de una elección menor.

La apuesta de la alianza opositora fue muy alta pero mostró sus limitaciones: sólo funciona el concepto cuando se crea en torno a un candidato y éste proviene o propicia, de una u otra forma, una ruptura explícita o tácita del PRI. Eso no ocurrió en el estado de México y no va a ocurrir. Y por lo tanto salvo que suceda algo demasiado extraño no habrá alianza, independientemente de la consulta que terminó demostrando, además, y como dijo Humberto Moreira, la debilidad operativa de los dos principales partidos opositores en el estado y su división interna. Se trata de un mecanismo de perder-perder de la oposición mexiquense…salvo para López Obrador que se salió con la suya: Encinas será candidato.

La historia se repite

Dicen que la historia se repite pero que lo que primero fue tragedia luego se presenta como comedia…o al revés. Lo cierto es que al padre de Alfredo del Mazo Maza, le ocurrió casi lo mismo que a su hijo, pero en 1987. Se adelantó mucho en la celebración, sobre todo sus equipos y quienes se consideraban cercanos, algunos comenzaron a festinar, a hacer acuerdos sin tener nada seguro.  Hubo ahora quienes, siempre hay vivales, que como ya lo habían hecho antes, hasta comenzaron a preparar mecanismos de “recolección de fondos” para el futuro candidato. Esas actitudes generaron tantos anticuerpos que terminaron bloqueando al alcalde de Huixquilucan. La decisión no era por amistad: no sirvió cuando se habló “del hermano que no tuve”, tampoco cuando se invocaba ahora la cercanía familiar. Ese entorno se equivocó tanto que, como ocurrió con su padre en el sexenio de Miguel de la Madrid con la candidatura presidencial, dieron por hecho una decisión que no les había sido anunciada. A diferencia de su padre, Alfredo tiene tiempo y espacio para recomponer ese tropiezo, depurar amistades y apoyos y mirar con mayor perspectiva el futuro. Si no se equivoca y no le gana el resentimiento, no tendría porqué ganarle, podrá jugar un papel en la clase política que en torno suyo está construyendo Peña Nieto.

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