El Plan B de Marcelo
Columna JFM

El Plan B de Marcelo

¿Cómo comprender que Marcelo Ebrard, que fue uno de los más firmes impulsores de las alianzas PAN-PRD (recordemos aquella declaración de que “las alianzas llegaron para quedarse”), un día después de la consulta que aprobó precisamente esas alianzas haya participado en el lanzamiento de Alejandro Encinas, como su precandidato al estado de México, apoyado en la premisa de que no apoyaría ese acuerdo interpartidario?¿cómo comprender que en el mismo acto Encinas haya dicho que él es el candidato de López Obrador y que irá por una alianza, sí, pero del PRD, el PT, Convergencia y, haciendo explícito y como una fuerza política independiente de las otras, el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que encabeza el propio López Obrador?

¿Cómo comprender que Marcelo Ebrard, que fue uno de los más firmes impulsores de las alianzas PAN-PRD (recordemos aquella declaración de que “las alianzas llegaron para quedarse”), un día después de la consulta que aprobó precisamente esas alianzas haya participado en el lanzamiento de Alejandro Encinas, como su precandidato al estado de México, apoyado en la premisa de que no apoyaría ese acuerdo interpartidario?¿cómo comprender que en el mismo acto Encinas haya dicho que él es el candidato de López Obrador y que irá por una alianza, sí, pero del PRD, el PT, Convergencia y, haciendo explícito y como una fuerza política independiente de las otras, el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, que encabeza el propio López Obrador?

Hay más preguntas ¿por qué en el lugar de Alejandro Encinas, que dejará la coordinación de los diputados, se designará a Agustín Guerrero, de los grupos más radicales del partido, del grupo político muy cercano por una parte a Dolores Padierna y por la otra a Martí Batres, ambos lopezobradorista y por qué se sacrificó, una vez más y van tres, a Armando Ríos Piter que se supone que es gente de Ebrard? ¿por qué Marcelo privilegió la alianza con René Bejarano y Padierna a sabiendas de que ello dejaba buena parte del PRD en manos de López Obrador?

Las respuestas están en lo que se podría llamar el plan B de Marcelo Ebrard. El objetivo principal del jefe de gobierno queda claro que es la candidatura presidencial por el PRD. Pero Marcelo sabe que si López Obrador decide impulsar de todas formas su propia candidatura, las posibilidades de ambos disminuyen dramáticamente y nada parece indicar que el ex candidato presidencial tenga la más mínima intención de no estar en el cartel electoral del 2012. Me imagino que todo eso debe estar en el escritorio de Ebrard, que sabe también que aunque la aceptación de su candidatura tiene entre la ciudadanía mayor aceptación que la de López Obrador, pero que entre los militantes del PRD no es así y no cuenta aún con grupos partidarios sólidos en su entorno.

Y me imagino también que lo que estamos viendo ahora, es una suerte de vuelta de tuerca de Marcelo buscando, por una parte, no deslindarse de los grupos duros del PRD, pensando en la posibilidad de su propia candidatura, pero también en su futuro si finalmente López Obrador vuelve a ser candidato. Un hombre muy cercano a Marcelo me decía días atrás que Ebrard, si las cosas hubieran salido como él y Manuel Camacho lo esperaban en 1994, ahora sería, no un precandidato sino un ex presidente de la república: hubiera sido el sucesor de Manuel en el 2000. Puede ser: los hubiera en política tienen poco sentido. Pero eso mismo podría explicar lo que vivimos. Marcelo, que es un sobreviviente, sabe que ésta no es necesariamente su última oportunidad, pero sí la última de López Obrador, cuyas posibilidades de ganar en el 2012 son más bien escasas. Pero para que no sea su última oportunidad tiene, primero, que no terminar su gestión en el GDF con una ruptura abierta con López Obrador; y segundo, tiene que construir un andamiaje que le permita entrar ahora sí como relevo del tabasqueño después del 2012. Y ese andamiaje pasaría por el control del senado, vía la presencia del propio Marcelo, por grupos suyos en la cámara de diputados y en la candidatura del gobierno del DF. Desde allí y sumadas las relaciones con gobernadores propios, pero sobre todo con los surgidos de las alianzas, con una perspectiva de éstas mucho más claras en el futuro, sobre todo si gana el PRI en el 2012, se puede construir mucho. El plan B es sencillo y debería ser indiscutible en una democracia con alternancia: estar en el poder es importante pero liderar la oposición también.

Fragilidad

Es difícil de entender cómo un ex ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como don Guillermo Ortiz Mayagoitia, que respaldó la procedencia del amparo que promovimos un grupos de comunicadores e intelectuales en contra de la reforma electoral del 2007, pudo cambiar de opinión en forma repentina y votar en contra de lo que él mismo había propuesto semanas atrás. Lo cierto es que el amparo no prosperó e iremos ahora a la CIDH. Pero eso sigue dejando en la indefensión a la ciudadanía ante cambios constitucionales que afecten los derechos fundamentales que enumera la propia Constitución. Ello deja abierta la puerta para cualquier “dictadura constitucional” como las que hemos visto en otras partes del continente. Por cierto, en Argentina le dieron ayer el premio de periodismo Rodolfo Walsh nada menos que al presidente Hugo Chávez “por darle voz a los que no la tienen”. Chávez constitucionalmente expropió todos los medios electrónicos importantes de su país y los puso al servicio de su gobierno. Le “dio voz a los que no la tenían”.

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