Acuerdos, rupturas, pactos
Columna JFM

Acuerdos, rupturas, pactos

Decía Borges que “el olvido es la única venganza y el único perdón”, pero nuestros políticos no lo han leído: las venganzas, las rupturas, los perdones, son tan virulentos como los olvidos y las reconciliaciones. Nunca se sabe muy bien donde está el límite. En estos días ello ha estado más de manifiesto que nunca y lo estará aún más en el futuro, en la misma medida en que se acerque el 2012.

Decía Borges que “el olvido es la única venganza y el único perdón”, pero nuestros políticos no lo han leído: las venganzas, las rupturas, los perdones, son tan virulentos como los olvidos y las reconciliaciones. Nunca se sabe muy bien dónde está el límite. En estos días ello ha estado más de manifiesto que nunca y lo estará aún más en el futuro, en la misma medida en que se acerque 2012.

Tres historias que podrían ser muchas más. La primera: el presidenteCalderón y la lideresa del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo, en apenas 15 días y cuando parecía que se había dado un distanciamiento entre ambos, e incluso entre el sindicato y el secretario de Educación, Alonso Lujambio, se reunieron en público en tres oportunidades. La prueba ENLACE y el pacto para la evaluación de los docentes han sido la base sobre la que se reconstruyó esa relación. Pero también lo ha sido el caos que, una vez más, desatan los maestros de Oaxaca y Michoacán. La evaluación magisterial es clave para el futuro de la educación: cruzada con la prueba ENLACE y los datos que se van recogiendo sobre el desempeño de maestros y alumnos, es de donde se debe partir para recuperar los índices de calidad educativa que se han perdido. Pero también el contrapunto con lo que ocurre, sobre todo en Oaxaca, es demasiado evidente para ignorarlo. Y todo eso tiene también una lectura política.

No es una novedad que Elba Esther lleva una muy buena relación conEnrique Peña Nieto y Humberto Moreira, además de con Eruviel Ávila. En la nueva primera plana del priismo, la relación con Gordillo se ha cimentado con acuerdos de viejo cuño y los triunfos que logróGordillo en las elecciones de 2009 (en Oaxaca y en Puebla, sobre todo, su participación fue clave para que vencieran Gabino Cué y Rafael Moreno Valle), le despejaron ese camino en la renovación de las autoridades priistas. Pero, con el paso de los años, Gordillo ha hecho un arte del no entregar sus apoyos y votos a una sola carta. Mantiene también una buena relación, de mucho tiempo atrás, con Marcelo Ebrard. Y, en el PAN, el apoyo de Moreno Valle a Ernesto Cordero fue leído como parte de los acuerdos con el presidente Calderón, aunque la propia Elba Esther, citando a Alonso Lujambio, quiso demostrar que abría también otras puertas en la sucesión panista. Al establecer sus aliados, también señala a sus adversarios: Manlio Fabio Beltrones en el PRI, López Obrador en el PRD y Josefina Vázquez Mota en el PAN.Elba Esther juega con sus propias cartas como muy pocos en la política nacional.

Segunda historia. El acercamiento de René Arce y Víctor Hugo Círigocon Peña Nieto no es nuevo. Viene de tiempo atrás y se puso de manifiesto no sólo por los viejos enfrentamientos de esa corriente, aliada antes con Los Chuchos y Nueva Izquierda, con López Obrador, sino también porque, luego de todo lo sucedido con Juanito y otras historias en Iztapalapa, su principal feudo político, era evidente que la relación conEbrard tampoco podría fluir adecuadamente. Desde la renuncia al PRD, el acercamiento con Peña resultaba de alguna forma inevitable y lo fue más cuando Humberto Moreira terminó al frente del PRI y Ávila en la candidatura mexiquense, porque con ambos tenían mayores puntos de contacto. Todo esto, obviamente, se relaciona con el Estado de México, pero mucho más con la recuperación que intentará realizar el PRI del Distrito Federal. Esa corriente ex perredista tiene peso en Iztapalapa, la Venustiano Carranza y la Gustavo A. Madero, donde chocan directa y frontalmente con los grupos de René Bejarano y Dolores Padierna. Sin apoyos y recursos, su poderío es mucho menor, pero unos y otros les llegarán con la alianza con el PRI. Y en esa lucha pueden definirse en muchos sentidos los comicios capitalinos para 2012.

La última. Los tres grandes partidos se reunieron la semana pasada con el fin de decirnos que había una posibilidad de lograr una candidatura común para gobernar Michoacán los próximos tres años. A pesar de que había estado en ese encuentro el gobernador Leonel Godoy, el perredismo en Michoacán dejó en claro que no aceptaría esa posibilidad. Y el nacional, en voz de Jesús Zambrano, aseguró que, si se planteaban esos acuerdos, no era porque en Michoacán hubiera inseguridad. Ese mismo día, cientos de pobladores de pueblos cercanos a Apatzingán se refugiaban en esa ciudad para escapar de los enfrentamientos entre narcotraficantes en la sierra. Días después eran detenidos decenas de miembros del cártel de La Familia y otros morían, luego de que fue atacado un helicóptero de las fuerzas de seguridad. El martes, los tres dirigentes nacionales volvieron a aparecer para decirnos que siempre no, que no habrá acuerdo en Michoacán, pero aseguraron que sí llegaron a uno para blindar a sus candidatos del narcotráfico. No nos dijeron cómo lograrán ese blindaje.

Comenzamos con Borges, terminemos mejor con Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros”.

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