La politización del caso Cassez
Columna JFM

La politización del caso Cassez

Debe haber sido francamente difícil para los ministros de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomar la decisión la mañana de ayer de rechazar la propuesta del ministro Arturo Zaldívar de otorgar el amparo y la libertad inmediata a Florence Cassez.

Debe haber sido francamente difícil para los ministros de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomar la decisión la mañana de ayer de rechazar la propuesta del ministro Arturo Zaldívar de otorgar el amparo y la libertad inmediata a Florence Cassez.

Debe haber sido difícil porque más allá de lo estrictamente jurídico estaba en juego mucho en el terreno político. El caso se politizó desde que en su visita a México, el presidente francés lo presentó ante el pleno del Senado, rompiendo incluso con el protocolo y la agenda acordada en la sesión. Se politizó porque ha sido y es parte de la campaña electoral francesa.

Se politizó porque el abogado de Cassez, Agustín Acosta Azcón, es un penalista que utiliza frecuentemente ese instrumento para sacar adelante sus casos: no en vano fue el abogado defensor de René Bejarano. En una reciente entrevista en Milenio Semanal, Agustín Acosta recuerda el caso Bejarano y dice que “sentí simpatía por René porque había sido objeto también de un linchamiento mediático y lo habían vituperado, lo habían insultado, lo habían humillado; había productos que hacían comerciales haciendo burla de su condición. ..fue una gran satisfacción verlo salir de una acusación que a la postre resultó profundamente injusta porque hay que recordar que salió absuelto a pesar del video de las ligas”. En la misma entrevista dice estar absolutamente seguro de la inocencia de Cassez. Sin duda Acosta es un penalista talentoso, pero ¿alguien puede creer que Bejarano fue víctima de un linchamiento mediático y no un delincuente político?¿no lo vimos todos llevándose miles de dólares producto de la extorsión?¿no supimos que nunca ha dicho que hizo con ese dinero y mucho más que recibió entonces?¿a alguien le pudo parecer injusta la detención de Bejarano o lo injusto fue que después de que fuera exhibido cometiendo un delito se lo detuviera algunas semanas en condiciones de privilegio, como a la propia señora Cassez, para dejarlo inmediatamente en libertad y ahora reivindicado en la vida política?

El tema se politizó porque el propio López Obrador intentó, apenas ayer, antes de la sesión de la primera sala, de sacar partido de ese proceso cuando dijo que "hay un asunto estrictamente judicial, jurídico, pero se ha cometido un daño (…) se afectó el prestigio de México y tiene que haber un desagravio, tiene que plantearse algo desde el Ejecutivo, no es nada más la resolución de la Corte; (debe ser) algo, cualquier actitud, pero no se puede dar vuelta a la hoja así nada más porque no fue nada más un asunto jurídico”. Pues resulta que sí es un asunto estrictamente jurídico, y es estrictamente judicial establecer si Cassez puede obtener su libertad o no. ¿A poco hay que hacer un acto (político) de desagravio hacia alguien que participó (ese tema no fue abordado por los ministros y ni uno sólo de ellos se ha declarado partidario de la inocencia de Cassez) en una banda de secuestradores y en por lo menos cinco secuestros?

Se politizó el caso Cassez porque otro personaje como Gerardo Fernández Noroña se ha convertido en un asiduo defensor y visitante de Cassez en la cárcel, y con sus muy peculiares métodos ha intentado llevar el caso al congreso.

Se politizó porque el presidente Calderón, si bien aseguró que respetaría la decisión de la Corte, insistió públicamente en que no se podía otorgar impunidad a ese tipo de delitos. También se politizó porque, como ya se ha dicho, por protagonismo o por las razones que fueran, el ministro Zaldívar divulgó con muchos días de anticipación su propuesta buscando un efecto mediático en torno a la decisión de la primera sala. Se politizó porque como parte de un añejo conflicto, la Comisión de Derechos Humanos del DF decidió contradecir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el tema. Se politizó porque algunas instituciones académicas privadas tomaron en sus manos el caso Cassez y pusieron toda su plantilla académica en su defensa en espacios públicos. Porque lo mismo hizo la Iglesia. Y los medios, y quienes en ellos participamos, también lo politizamos porque tuvimos que tomar partido con claridad sobre el tema.

En lo personal no me alegra (nadie debería alegrarse porque alguien, si no se modifica la sentencia, tendrá que estar 60 años en prisión) la decisión de la Corte, pero sí me deja satisfecho que los ministros hayan soportado la presión política a la que fueron sometidos. Y creo que debemos estar más satisfechos aún de que una persona que cometió delitos gravísimos, comprobados judicialmente, no fuera dejada en libertad por presunciones y tecnicismos.

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