La diferencia es la confianza
Columna JFM

La diferencia es la confianza

Muchas veces hemos dicho que el problema no es la estrategia de seguridad (que en términos técnicos es la única que se puede aplicar esperando resultados favorables en una circunstancia como la nuestra) sino la política de seguridad: la forma en que se lleva, se implementa y se establecen los consiguientes papeles a cada uno de los actores involucrados de acuerdo con ese guión llamado estrategia.

Muchas veces hemos dicho que el problema no es la estrategia de seguridad (que en términos técnicos es la única que se puede aplicar esperando resultados favorables en una circunstancia como la nuestra) sino la política de seguridad: la forma en que se lleva, se implementa y se establecen los consiguientes papeles a cada uno de los actores involucrados de acuerdo con ese guión llamado estrategia.

La estrategia en términos reales no ha cambiado demasiado en este sexenio: la demostración la dan el número de actos violentos e incluso un mensaje tan evidente como el geométrico incremento de los asesinatos en los estados de México e Hidalgo, la tierra natal, respectivamente del presidente Peña Nieto y del secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio. Pero sí ha cambiado, se está haciendo un gran esfuerzo en ese sentido, la política. Es una señal política que las áreas de seguridad hayan regresado a Gobernación; es una señal política que el responsable de esa área sea un hombre como Manuel Mondragón y también lo es que sea evidente que el coordinador de todas las secretarias involucradas en esa área, incluyendo la Defensa y la Marina, sea el propio Osorio Chong.

Pero ahora ese andamiaje hay que echarlo a andar. El viernes en Monterrey se realizó la primera reunión regional del gabinete de seguridad con gobernadores del noreste del país. Estuvo Osorio acompañado de todo el equipo de seguridad federal más los gobernadores de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Veracruz y Chihuahua. En otra reunión específica para la zona de La Laguna estuvieron los gobernadores de Durango y Coahuila más algunos invitados.

Reuniones de este tipo se han hecho muchas, la pregunta es cuál es la diferencia. Según lo que platicamos con algunos de los participantes, el principal factor diferenciador es la confianza: los gobernadores sienten que no se les está juzgando más allá de sus propios hechos, hablan de sus estados y opinan sobre los otros, y la reunión, por ejemplo de Monterrey, se realizó sin presentaciones, sin documentos base, sin apuntes: la idea, la tesis era platicar sobre temas concretos, llegar a acuerdos muy específicos y hacer que las distintas áreas inferiores de coordinación los cumplan.

Existe una diferencia política también muy importante: los gobernadores son los responsables de las acciones que se implementan en cada uno de sus estados, tienen todo el apoyo de la Federación y ella lleva buena parte de la operación, pero los responsables son los gobernadores, que no son juzgados previamente pero sí tienen que rendir cuentas de lo que hicieron o dejaron de hacer. Ahora por encima de ellos hay un mando centralizado y pasa por el secretario de Gobernación, en ese tema todos coinciden en que no hay margen de disidencia. Y ése es quizás uno de los mayores cambios políticos en esta dinámica. Los mandos militares y de la policía federal están coordinados a través de la propia secretaría y ese esquema de mando se reproduce en cada uno de los estados vía los gobernadores.

Hay otros detalles importantes, por ejemplo, la relación personal entre el secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos y el secretario de la Marina Armada, el almirante Vidal Soberón Sáenz, parece ser muy calida y cercana. No es un tema menor. Otro detalle: no hay información sobre lo tratado en la reunión. Alguien le preguntó a Osorio Chong si habría conferencia de prensa o comunicado y dijo que no, se le preguntó que harían entonces con la prensa y el secretario de Goebranción simplemente le respondió “que hagan su trabajo”.

La medida de todo esto es, como decíamos la eficacia. El propio secretario Osorio dijo que los resultados de todo esto se verán dentro de un año. Tiene toda la lógica del mundo, el problema es que en ocasiones la realidad supera el tiempo que requieren las autoridades. Hechos como lo que sucede en La Laguna; lo que está ocurriendo en el estado de México o en Hidalgo; lo que sigue sucediendo en Michoacán, en Guerrero o en Sinaloa, puede alterar esos planes. También las malas decisiones políticas: lo fue dejar en libertad a Florence Cassez en la forma en la que se lo hizo; lo fue manejar en forma muy apresurada el tema de los generales detenidos; lo es declarar que se acabará con los testigos protegidos y el arraigo.

Vientos sexenales aparte, hay que recordar que en seguridad no todo fue malo la administración pasada: no vaya a ocurrir que con el impulso de la intencionalidad política se arroje al niño con el agua por la ventana y dejemos al Estado sin instrumentos para responder a la violencia…y no hablamos sólo la de la delincuencia organizada.

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