¿Rehenes del calendario?
Columna JFM

¿Rehenes del calendario?

Pareciera existir una decisión gubernamental muy clara de que no pasará nada, ni en Guerrero, ni en Michoacán, ni en la UNAM, por lo menos hasta que el presidente estadounidense Barack Obama abandone el viernes próximo México. Se dice que con el mandatario estadounidense de gira en el país no se puede realizar ningún operativo importante en ese terreno porque pondría en peligro la visita.

Pareciera existir una decisión gubernamental muy clara de que no pasará nada, ni en Guerrero, ni en Michoacán, ni en la UNAM, por lo menos hasta que el presidente estadounidense Barack Obama abandone el viernes próximo México. Se dice que con el mandatario estadounidense de gira en el país no se puede realizar ningún operativo importante en ese terreno porque pondría en peligro la visita.

Puede ser, y quizás ello sea una señal de sensatez. Pero también se puede pensar lo contrario: que se deja la iniciativa a grupos declaradamente desestabilizadores, relacionados unos con corrientes de ultraizquierda y otros con el narcotráfico (sin olvidar los cruces entre ambos fenómenos), que pueden, aunque sea por unos días, tratar de reventar esa intención pacificadora de los distintos niveles de gobierno puede ser un riesgo innecesario.

Quién sabe cómo se darán las cosas, pero lo cierto es que, por ejemplo, en Tepelcatepec y La Ruana, poblados michoacanos de la Tierra Caliente, donde apenas hace unas semanas el ejército desarmó y detuvo a los miembros de los grupos de autodefensa porque tenían en su poder armas largas y porque se comprobó que eran financiados y armados por un grupo del narcotráfico, esos “policías comunitarios” volvieron a aparecer y terminaron en un enfrentamiento con otros grupos armados con un saldo de diez muertos. Los combates y tiroteos siguieron durante el fin de semana y llegaron a Apatzingan, donde ayer se tuvieron que cancelar las clases por los enfrentamientos armados en las calles.

En Guerrero, el gobernador Angel Aguirre Rivero, tuvo que dar su informe de gobierno prácticamente en estado de sitio, mientras el vocero de la CETEG Minervino Morán reapareció anunciando marchas y movilizaciones y negando que exista una tregua con el gobierno hasta el primero de mayo. Lo que sí es verdad es que, por una parte, los paristas, pese a que llevan más de 60 días sin trabajar, cobraron sus sueldos y muchos fueron a dejar dinero a sus casas, que las marchas sin duda están convocadas para el miércoles y también que, pese al anuncio de que se libraron 39 órdenes de aprehensión por los actos vandálicos y de pillaje del miércoles pasado, ninguna se ha ejecutado.

Mañana, unas horas antes de la llegada de Obama a México se celebrará el primero de mayo y sin duda habrá movilizaciones en Chilpancingo, pero sobre todo en el centro de ciudad de México. La demostración de que las autoridades, federales y locales, tienen un cierto control sobre la situación lo determinará lo que suceda en las próximas horas. Es verdad, no tiene sentido alterar una visita estratégica para el futuro de las relaciones México-Estados Unidos por disturbios o actos de violencia, pero hay que recordar que son muchos los intereses involucrados en los mismos, que la tentación provocadora está presente, y que la impunidad de la que ha gozado este movimiento en los hechos los hace operar con mucho mayor atrevimiento.

¿Cómo combatir a estos grupos?. Lo primero que se necesita (y que falta, visto los acontecimientos) es mucha más información e inteligencia. En los hechos, las autoridades o ignoraron la información o fueron sorprendidas en muchos de los actos vandálicos que se han dado desde el primero de diciembre hasta hoy. En medio de una visita de Obama eso no puede repetirse. Lo segundo, es que las órdenes de aprehensión se deben ejecutar, por lo menos contra los personajes que en forma manifiesta han participado en mayores desmanes. Hay “activistas”, provocadores en realidad, que se han convertido en profesionales de la violencia y que han estado en todo tipo de acto y movilización de estos grupos (ver la información de la primera plana de La Razón al respecto) y a los que no les pasa nada. No son dirigentes, no son líderes, son los que ejecutan la violencia y no deben tener espacios ni impunidad para hacerlo. Esos son los personajes más peligrosos en todo este proceso porque no se sabe, en realidad, quién o qué los mueve.

Lo tercero es que no puede haber fechas tabú: jueves y viernes estará Obama, pero luego es el aniversario 150 de la batalla de Puebla, y viene el día de la madre e inmediatamente después el del maestro (una fecha clave en todo este proceso) y comienzan las campañas en 14 estados donde habrá elecciones en unas semanas más, unas campañas que determinarán, también, el tipo de relación del gobierno federal, por lo menos, con el PRD y el PAN. Lo cierto es que los gobiernos no pueden estar atados al calendario. Es verdad que tampoco lo pueden ignorar, pero los tiempos políticos siempre suelen ser difíciles para tomar cualquier decisión. Atenerse al calendario termina haciendo a los gobiernos rehenes del mismo.

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