Traumas y mezquindades
Columna JFM

Traumas y mezquindades

Dicen que nada unifica más a una fuerza, sea un partido, una sociedad, un país, que enfrentar a un enemigo externo que realmente la amenace. Nada la debilita más que las luchas intestinas. No en vano las guerras civiles suelen ser más crueles que las batallas entre países. Hoy, en México, la lucha interna en el PAN y en menor medida en el PRD, tiende a ser cada día más virulenta y costosa para esos partidos, mientras que el PRI sigue manteniendo una disciplina que, más allá del manejo político en el gobierno y en ese partido, parece devenir de tener conciencia de haber estado doce años en la oposición, muchos de ellos con el peligro cierto incluso de desaparecer.

Dicen que nada unifica más a una fuerza, sea un partido, una sociedad, un país, que enfrentar a un enemigo externo que realmente la amenace. Nada la debilita más que las luchas intestinas. No en vano las guerras civiles suelen ser más crueles que las batallas entre países. Hoy, en México, la lucha interna en el PAN y en menor medida en el PRD, tiende a ser cada día más virulenta y costosa para esos partidos, mientras que el PRI sigue manteniendo una disciplina que, más allá del manejo político en el gobierno y en ese partido, parece devenir de tener conciencia de haber estado doce años en la oposición, muchos de ellos con el peligro cierto incluso de desaparecer.

El PAN puede tener una buena cosecha, mayor a la que algunos piensan, en las elecciones del siete de julio. En las elecciones de la ciudad de Puebla, una de las más reñidas de los próximo comicios, Tony Gali parece haber alcanzado una ventaja seria que le permitirá conservar al panismo (aliado con el PRD y Nueva Alianza) ese estratégico municipio. En Baja California la elección estatal está muy disputada pero nada indica que exista un derrumbe del PAN, en el gobierno desde 1989, en realidad pareciera que el triunfo está más cerca Francisco Kiko de la Vega que de Fernando Castro Trenti. En Veracruz, a pesar de que el PRI ha logrado consolidarse en las últimas semanas, lo mismo que en Tamaulipas, el PAN será competitivo. También en Coahuila y en zonas de Sinaloa, como en otros municipios de los 14 estados que estarán en competencia. Pero el mayor enemigo del PAN es la división interna.

Que existía una distancia política entre la dirigencia del PAN y buena parte de sus senadores ya lo sabíamos, no era ninguna novedad, como tampoco la mala relación entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero. Pero eso no evitó que en el senado salieran todas las iniciativas que se habían impulsado desde la dirigencia vía el Pacto por México. Salieron, en la mayoría de los casos para bien, con modificaciones, pero para eso están los legisladores. Sería absurdo pensar que todo acuerdo saldrá sin cambios. Aquí dijimos que uno de los muchos errores que cometió Gustavo Madero fue remover, de la peor manera posible, a Cordero de la coordinación en el senado a unas semanas de las elecciones. Y peor aún, haber colocado en su lugar a un senador, Jorge Luis Preciado, sin antecedentes políticos importantes.

Preciado ha tomado su primera decisión: remover a la gente cercana a Cordero en el manejo de la bancada. E inmediatamente filtrar información sobre los gastos que se solventaron en la misma. No es una cantidad menor la que se maneja: 204 millones de pesos al año. Y según lo que se ha informado, hay gastos que no se justifican, como la compra de ropa de bebe, etc, de lo que se tendrá que dar cuenta a la bancada, que es la única que puede supervisar esos gastos. Lo que es una mezquindad es publicitar la contratación de asesores por parte de esa bancada, queriendo hacer pasar por casos de nepotismo, asesorías perfectamente justificadas.

El caso más notable, y más mezquino, porque además es de un personaje público es el de Juan Ignacio Zavala. Cuando Preciado, o Madero (e incluso Corral) no habían comenzado su carrera política, Zavala (hijo de uno de los fundadores del PAN, hermano de Margarita y por ende cuñado de Felipe Calderón, desde que los tres eran unos jóvenes militantes del PAN) ya había iniciado la suya desde fines de los 80. En diciembre de 1994, mientras nadie sabía quien era Preciado o mientras Gustavo Madero trabajaba para una empresa en el áreas de ventas, Zavala ya era director de comunicación de la PGR, acompañando a Antonio Lozano. Desde entonces hasta ahora ha trabajado en distintas áreas, incluyendo un largo periodo en la cancillería y unos años como cónsul en Filadelfia. Durante el sexenio de Felipe Calderón, aunque hubiera tenido todo el derecho de hacerlo, Zavala decidió no aceptar ningún cargo público y se dedicó a la asesoría política y al periodismo de tiempo completo. Es lo que sigue haciendo en una forma muy eficaz. Se puede estar de acuerdo o no con Zavala, pero es una infamia (y una grave tontería) decir que está contratado como asesor por ser cuñado del ex presidente. Hay otros casos igual de absurdos, como el de Benjamín Hill, que dicen que es asesor por ser esposo de Alejandra Sota. ¿Saben que Hill ha trabajado en Hacienda y en otros sectores de la administración pública durante años, con una carrera propia y exitosa, independientemente de con quién está casado?¿Acaso está cancelada la posibilidad de trabajar para cualquiera que tenga una relación familiar con alguien que esté o haya estado en el gobierno, del partido que sea?¿por dónde comenzamos, en el PRI, el PAN o el PRD, a hacer la lista de impugnados?

Lo que hay es una mezquindad profunda en un pleito político que debería servir, por lo menos, para dejar en claro qué propuesta política se postula. Porque hasta ahora lo único que se ve es apetito de poder…y de recursos.

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