La caída de Miguel Angel Treviño estaba anunciada desde hace poco más de un año, cuando se confirmó que los Zetas se habían dividido por las luchas entre el Z 40 e Iván Velázquez Caballero, el Talibán, uno de los principales operadores de ese grupo criminal, sobre todo en San Luis Potosí. Ahí se ahondó también la ruptura del Z 40 con quien era hasta entonces el verdadero líder de los Zetas, Heriberto Lazcano, El Lazca, quien provenía de los grupos originales que habían creado ese grupo criminal, que había surgido de elementos militares que terminaron trabajando como custodias y sicarios de Osiel Cárdenas Guillén.
La caída de Miguel Angel Treviño estaba anunciada desde hace poco más de un año, cuando se confirmó que los Zetas se habían dividido por las luchas entre el Z 40 e Iván Velázquez Caballero, el Talibán, uno de los principales operadores de ese grupo criminal, sobre todo en San Luis Potosí. Ahí se ahondó también la ruptura del Z 40 con quien era hasta entonces el verdadero líder de los Zetas, Heriberto Lazcano, El Lazca, quien provenía de los grupos originales que habían creado ese grupo criminal, que había surgido de elementos militares que terminaron trabajando como custodias y sicarios de Osiel Cárdenas Guillén. De ese grupo no queda casi ninguno de sus integrantes, casi todos han sido detenidos o muertos. Eso explica también el ascenso de Treviño Morales, un hombre que venía de ser integrante de pandillas, del narcomenudeo, no de algún grupo de seguridad, lo que explicaría por una parte la violencia y los métodos de secuestro, extorsión, robo que impuso en la organización (más ligados a las pandillas que a los tradicionales, viejos, grupos del narcotráfico) que terminó imponiendo en los Zetas y que le dieron relevancia en la organización, pero también las diferencias internas que fueron surgiendo ya no sólo con sus ex socios y luego rivales del cártel del Golfo, sino también dentro de los propios Zetas.
Todo este proceso fue detonado por el arresto en Estados Unidos de José Treviño Morales, el hermano del Z-40. Acusado de coordinar una operación de lavado de dinero para el cártel de Los Zetas a través la compra-venta de caballos de carreras, José fue detenido en junio del año pasado junto con su esposa Zulema en un rancho de su propiedad, el Zule Farms, en Lexington, Oklahoma, lugar donde operaban un criadero de caballos cuarto de milla que resultaron ganadores de importantes competiciones hípicas.
El hermano del número dos de Los Zetas fue trasladado a Texas para enfrentar los cargos y dar razón de las actividades de la empresa Tremor (Treviño Morales) con la que a través de ese rancho, se lavaron millones de dólares y también se ganaron millones en diferentes competiciones recurriendo a sobornos y extorsiones.
La caída de José Treviño, fue el mayor golpe en términos de lavado de dinero que había sufrido esa organización y tras ella se sucedieron varios hechos en cadena que continuaron hasta el día de hoy. Recordemos que apenas hace unas semanas, había caído uno de los contadores del Z 40, con varios millones de dólares y de pesos y que Treviño Morales fue detenido el lunes también acompañado por uno de sus contadores y con dos millones de dólares en efectivo.
Ligado con José Treviño Morales fue detenido y acusado formalmente por la DEA y la PGR de lavado de dinero para el cártel de Los Zetas, Francisco Pancho Colorado, propietario de la empresa ADT Petroservicios que había ganado diversas licitaciones de Petróleos Mexicanos y que hacía de intermediario para comprar caballos para Treviño.
Según Excélsior, sólo entre el 2009 y el 2011, ADT Petroservicios había obtenido contratos en Pemex por más de mil 466 millones de pesos. Recordemos, por si fuera necesario, que cada vez más el negocio de las organizaciones criminales está en la construcción y los servicios, por eso, si en el pasado los cárteles presionaban para tener control sobre los jefes policiales locales, ahora presionan para tener, también, control sobre los responsables de obras públicas, sobre todo a nivel municipal.
Mientras el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunciaba que congelaría los bienes de Colorado, la PGR emitió una alerta de búsqueda contra el empresario, al que investigaba, dice, desde 2005. El nombre de Pancho Colorado tomó particular relevancia pública cuando en marzo del 2007 una carrera ilegal de cuarto de milla en Villarín, en el municipio de Veracruz, que terminó con una balacera que dejó dos muertos, cinco heridos, entre ellos un menor de edad, y cinco detenidos, entre ellos un policía federal.
Entre los muertos estaba un hombre que fue identificado como Roberto Carlos Carmona Gasperín, cuyo cuerpo fue entregado a quien se había presentado como su madre. Un día después de sepultado en un cementerio en Poza Rica el cuerpo fue robado durante la noche. Siempre se especuló que se trataba de uno de los principales jefes de Los Zetas, aliados, todavía entonces, con el cártel del Golfo.
En el operativo de Villarín, donde fueron detenidas numerosas personas, participó el comandante Gerardo Gutiérrez Monrraga, quien fue acribillado 15 días después. Desde entonces también Francisco Colorado se mantuvo en la sombra, aunque eso no impidió que su empresa siguiera ganando licitaciones y haciendo servicios para Pemex. Sin embargo, en abril del 2012 el rancho Flor de María, de Colorado, fue cateado y en el lugar fueron detenidas 14 personas. En junio, Pancho Colorado se entregó a la justicia y hoy está detenido en Houston. Ahí comenzó la verdadera caída del Z 40. Mañana seguimos con la historia.