En el acto para la promulgación de la reforma político-electoral el viernes pasado, Fernando Belauzarán fue el único legislador o dirigente del PRD, de la izquierda en general, con todas sus vertientes, que participó. Llevaba una camiseta con la leyenda que me pregunten, igual a la que le regaló, al término del acto, al presidente Peña.
El acto representa fielmente los gravísimos problemas que está viviendo la izquierda en nuestro país, a un tris de desbarrancarse nuevamente en el abismo del no. La reforma político-electoral fue impulsada en el Pacto por México e incluye muchos de los puntos que propuso el PRD, si bien ante el aislamiento del perredismo, derivado de la reforma energética y su salida del Pacto, el tramo final se negoció básicamente entre el PRI y el PAN.
Pero oponerse a esa reforma que incluye tantos capítulos propuestos por el perredismo es para ese partido como darse un tiro en el pie. La mejor demostración de ello fue la ratificación por el presidente Peña de que se sacará adelante la reforma del Distrito Federal, que, habrá que recordarlo, es el principal punto en la agenda del jefe de gobierno Miguel Mancera y se supone que del PRD. Pero parece que eso ya no es tan importante.
Que Belauzarán haya sido el único que fue a ese acto habla bien d él, pero es también una demostración de la forma en que se está radicalizando un partido que sigue quedando atrapado en las redes del lopezobradorismo que, para colmo, lo desprecia una y otra vez; de la forma en que una dirigencia que logró éxitos y acumulación de espacios durante todo el año pasado, ante la renovación de los liderazgos del partido, ha decidido abandonar esa línea para regresar a posiciones que no le dieron nada en el pasado. Ahora bien, Fernando fue a ese acto para exhibir su playera pro consulta sobre la reforma energética, y darle así mayor exhibición al tema. Unas horas después, el perredismo realizó una marcha al Zócalo, en contra de la reforma energética y donde la participación, como las que hizo Morena en semanas pasadas, estuvo muy lejos de las mejores manifestaciones de la izquierda.
Todo indica que ante este inédito periodo ordinario que comenzó este fin de semana en el Congreso, donde se tienen que aprobar por lo menos unas 60 iniciativas, incluyendo las leyes secundarias de la propia reforma política-electoral, de la energética, de telecomunicaciones, de transparencia, el código único de procedimientos penal, entre muchos otros capítulos centrales para la configuración futura del país y el equilibrio entre distintos grupos políticos y sobre todo de poder, el PRD ha decidido concentrar todos sus esfuerzos en la consulta sobre la reforma energética, que en el mejor de los casos, si se puede sacar adelante (porque el resto de los partidos están decididos a no implementar una reforma para discutir cambios constitucionales ya aprobados) sería hasta mitad del 2015. Y si bien sus dirigentes dicen que van a participar en el proceso de negociaciones, lo cierto es que lo harán desde una posición defensiva y con un agenda acotada por propia decisión.
¿Qué ganan con una apuesta tan alta?. Mayor exposición sobre el tema, reiterar una posición de principio que reivindica su pasado pero que se aleja del presente y, probablemente, tratar de sembrar dudas respecto a la posibilidad de implementar las reformas en los inversionistas privados, algo que se ve francamente difícil. ¿Cuál es la propuesta alternativa?. Ninguna.
Todo esto es consecuencia de la división interna del PRD y de la necesidad de Nueva Izquierda de mantener la cohesión interna de cara a la renovación de la dirigencia, una cohesión que, como se comprobó con el caballo de Troya que introdujo Dolores Padierna, vía el padre Solalinde en la convención de sus senadores, no tiene ninguna garantía de éxito si se abandonan las líneas que se plantearon con éxito el año pasado.
Mientras tanto, el PAN, pese a todos sus problemas y divisiones si logra librar con un margen de sensatez su proceso interno, puede convertirse en la “oposición responsable” que fue en el pasado, mientras en la izquierda al no insistir en la vía reformista se vuelve a dejar el terreno libre a un López Obrador que desprecia al resto de sus hipotéticos compañeros de ruta.
Diez años
Hoy cumplimos 10 años al frente de la tercera emisión de Imagen Informativa. Una década fascinante para la vida política y social del país, vista desde un espacio privilegiado de los medios, como es Imagen, con un equipo al que le estamos infinitamente agradecidos por su apoyo durante todos estos años. Un agradecimiento que sólo puede extenderse a todos los amigos del auditorio y por supuesto a quienes nos han dado la oportunidad de estar con ustedes esta década: desde don Olegario Vázquez Raña y Olegario Vázquez Aldir, hasta Ernesto Rivera e Ignacio Anaya. A todos ellos y a muchos más, simplemente gracias por estos diez años que esperemos sean el preludio de lo que viene.