19-02-14 Hoy se celebra el Día del Ejército. En lugar del tradicional desayuno, hoy habrá una ceremonia que comenzará en el anochecer de la ciudad de México, consecuencia del encuentro trilateral de mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá. Cambia el escenario y la hora pero no se modificará algo que los mandos militares vienen reclamando por lo menos desde el sexenio pasado: una legislación que especifique con claridad sus atribuciones y responsabilidades en muchas de las tareas que hoy desarrollan y que no están bien establecidas en el marco de la ley.
Esas regulaciones se tienen que dar, sobre todo, en el capítulo de la seguridad interior que realizan el ejército y las fuerzas armadas en el país. Queda claro que esa es una de sus principales responsabilidades y esa norma constitucional es la que le permite a las fuerzas militares desarrollar labores en distintas regiones, garantizando la seguridad pública y en la lucha contra el narcotráfico y otros enemigos del Estado. Pero no existen normas secundarias que regulen, que le den el marco adecuado a esa norma constitucional.
Hay quienes dicen que ese vacío es intencional para permitir un marco amplio de operación. No es verdad, al contrario: la ausencia de un regulación clara y específica dificulta la operación porque en muchas ocasiones los elementos militares están realizando su labor sin la suficiente seguridad jurídica y respaldo institucional. Y en esos temas, los de la seguridad interior y la de los actores que la garantizan, las cosas no pueden, ni deben, quedar libradas a una simple interpretación legal.
Ese vacío lo han utilizado los grupos delincuenciales sobre todo para realizar denuncias relacionadas con derechos humanos, la enorme mayoría de ellas falsas o colocadas fuera de contexto. Pero también sufre, en ese sentido, la capacidad operativa de unas fuerzas armadas que hoy tienen desplegado en todo el país, un altísimo porcentaje de sus efectivos, ocupados en tareas de seguridad.
La pregunta que no tiene respuesta es porqué no se legisla al respecto. El sexenio pasado salió del senado una legislación llamada de seguridad nacional que incluía algunos de estos aspectos que era, sencillamente, una catástrofe. Hasta un presidente municipal podía, en el contexto de aquella iniciativa, ordenar o bloquear el despliegue de fuerzas militares y se diluía tanto el poder de mando del presidente de la república (el comandante en jefe de esas fuerzas) que se corría el peligro de una verdadera balcanización del poder militar. La iniciativa aquella tenía además muchas otras deficiencias, incluidos temas del fuero militar, que se desdibujaba tanto que se hacia casi una figura retórica y dejaba la mayoría de los temas sustanciales de justicia militar en manos de tribunales civiles.
La iniciativa sin embargo fue aprobada por unanimidad en el senado y detenida, en un esfuerzo casi postrero, por la entonces presidenta de la Cámara de diputados, Josefina Vázquez Mota, después de una reunión de los principales mandos militares con los coordinadores parlamentarios. Desde entonces, tanto el general Salvador Cienfuegos, como su antecesor, el general Guillermo Galván, han insistido en varias oportunidades, y casi puntualmente cada 19 de febrero, en la necesidad de avanzar en esa legislación. Y sin embargo, ni el ejecutivo la promueve, ni el legislativo la asume. Eso sí, todos están muy puestos a la hora de realizar homenajes y reconocimientos pero ¿qué mejor homenaje y reconocimiento se le podría hacer a los hombres y mujeres que defienden al país de peligros externos e internos que otorgarles una legislación que le otorgue plena seguridad jurídica en su accionar cotidiano?.
Por cierto, cuando vemos lo que está ocurriendo en Venezuela, cuando observamos cómo se deforma el sentido de un ejército hasta colocarlo al servicio de intereses de un grupo, cuando se convierte en un instrumento de represión de su propia gente, debemos felicitarnos una vez más de tener unas fuerzas armadas institucionales, comprometidas con la legalidad y que han surgido, ese es uno de sus grandes méritos, realmente de una sociedad de la que han sabido no alejarse, mantenerse siempre en contacto con ella, lo que es su verdadera razón de ser.
Hidrocarburos
Si la ley de hidrocarburos se presenta en el congreso con las líneas del anteproyecto que dio a conocer ayer Excélsior estaríamos ante una muy buena noticia pero también ante un instrumento que sí puede tener repercusiones en la economía y la inversión mucho más rápido de lo que se esperaba.
Jorge Fernández Menéndez