Telecomunicaciones, consumidores o intereses
Columna JFM

Telecomunicaciones, consumidores o intereses

3-07-2014 Las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones que han comenzado a votarse en comisiones del senado de la república y que tendrán que ser aprobadas en el pleno de la cámara alta y de los diputados en los próximos días (en el senador se supone que mañana) se han convertido en una batalla política y también empresarial, pero se olvida que, en última instancia de lo que se tendría que debatir es, sobre todo, del beneficio para los consumidores.

No se trata, no se debería tratar, de una lucha entre Telmex y Televisa, sino de contar con servicios eficientes, competitivos y con capacidad de opción para poder elegir entre ellos,. Creo, lo decíamos aquí desde marzo pasado, que las resoluciones que había tomado el Instituto Federal de Telecomunicaciones sobre preponderancia, afectaban en realidad mucho más a Televisa que a Telmex, aunque declarara preponderantes a ambas empresas. Era sencillo: mientras que para las televisoras las medidas eran muy estrictas y vinculantes, para las telecomunicaciones eran laxas y en buena medida interpretativas. Decíamos también, que la iniciativa de leyes secundarias enviadas al congreso, perfeccionaban esas resoluciones y establecían un terreno más justo para la competencia y la apertura del sector.

La carencia más importante, que había que solucionar, era la que se conoce popularmente como la de la última milla y que técnicamente se denomina como el tráfico on net y off net, que no es otra cosa que los costos de la interconexión que hacen otras empresas vía las redes de Telmex y Telcel y se resume en algo muy sencillo: cuánto se cobra, si es que se cobra, a otras empresas por utilizar la red de la empresa que tiene más del 80 por ciento del mercado y controla para sí misma esas redes. Para cualquier competidor es imposible acceder en términos competitivos a esa red, porque los costos se disparan inmediatamente. 

Pues bien, la iniciativa de las leyes secundarias en el sector subsana esas carencias. Un punto es clave: le impone una tarifa de interconexión cero a Telcel que hará efectiva la competencia. La tarifa de interconexión es el mecanismo que ha impedido a todos sus competidores crecer y hace una diferencia enorme a la hora de aplicar tarifas. Es imposible superar ese escollo porque, por un mismo servicio, siempre la empresa preponderante puede cobrar menos que sus competidores. Ya no será así, tampoco podrá discriminar entre las llamadas producidas dentro de su red y las que provienen o salen de otra red y además se logrará que el roaming, o sea las llamadas de larga distancia, termine siendo sin costo adicional. ¿Sabe cuánto nos cuesta a los consumidores las llamadas de larga distancia al año?: 19 mil millones de pesos, un costo que no tiene, tecnológicamente hoy, ninguna justificación. 

Decíamos también, que se podía argumentar, lo ha hecho la empresa de Carlos Slim, que esa red fue comprada en su momento por Telmex, una empresa en muchos sentidos envidiable. Es verdad, pero 20 años después esos costos se han más que amortizado, han generado ganancias enormes y mantener el monopolio en ellas castiga la competitividad y por ende los costos para la gente y las empresas.  

No olvidemos además, que ninguna de las empresas declaradas como preponderantes, o sea Telmex y Televisa, cada una en su sector, deberá desincorporar activos, o sea deshacerse de parte de las mismas para hacer más competitivo el mercado, como ocurrió en su momento, por ejemplo, con la principal empresa telefónica de los Estados Unidos que se tuvo que dividir en cinco empresas o como se sancionó al grupo Clarín en Argentina, para que se dividiera también en varias empresas diferentes y desincorporar alguna de sus partes. 

Las leyes secundarias atacan temas capitales: obliga a todos a competir con mejores precios y servicios; habrá dos nuevas cadenas de televisión podrán utilizar en ciertos ámbitos capacidad instalada de Televisa para su transmisión; la tarifa cero de interconexión coloca la mesa para la competencia en el sector (y detona la posibilidad de grandes inversiones de quienes quieran ser competidores reales); elimina las exclusividades de eventos relevantes para televisión y de ciertos equipos móviles para telefonía.

En contenidos, la iniciativa original diferenciaba programas de opinión y de información y permitía la intervención, una suerte de censura, en los primeros, en ellos. Pero en el nuevo dictamente la posibilidad de intervención de Gobernación o de otras autoridades en forma discrecional desaparece. Esperemos que así quede en las leyes. Por lo tanto no quedaría espacio para censura, más allá de las regulaciones normales para todo medio de comunicación.

El dictamen propuesto es positivo para la gente y para el mercado, para las inversiones y para los consumidores. El hecho de que el PAN haya decidido dejar que sus legisladores votaran con libertad en este tema, en lugar de imponer una disciplina de partido impoisble de conseguir, es lo que permitirá que ello ocurra.

Jorge Fernández Menéndez

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