El Congreso y el Titanic
Columna JFM

El Congreso y el Titanic

17-12-2014 El periodo ordinario en el Congreso de la Unión concluyó sin pena ni gloria. Ni la fiscalía electoral ni la anticorrupción, tampoco el sistema nacional anticorrupción, mucho menos los temas de seguridad planteados por el presidente en su decálogo o la reforma política del Distrito Federal, pudieron salir adelante, en un congreso que a veces recuerda, la frase es de Fernando Belauzarán, la orquesta del Titanic, que sigue impasible, tocando un vals, mientras el transatlántico se hunde.

 

La analogía no es del todo correcta porque el país no es un Titanic que se hunde irremediablemente, aunque en ocasiones lo golpeen fuertemente las olas de la tormenta perfecta creada, y el congreso está lejos de ser una orquesta profesional: en todo caso pareciera una suma de solistas que siguen, cada uno por su lado, su propia partitura. Pero, además, porque desde que se cerró el ciclo de las grandes reformas, el propio congreso pareció haber renunciado a avanzar en temas claves para el futuro del país. Y en ese sentido, la relativa parálisis en esos temas se debe más a una decisión política de corto plazo, probablemente marcada por la cercanía de las elecciones y por aprovechar políticamente el mal trimestre que ha vivido el gobierno, que a la incomprensión respecto a la necesidad de esos cambios.

En el congreso no sacaron adelante las leyes, pero concluido el periodo ordinario, tanto en diputados como en senadores dieron a conocer comunicados donde muestran que los acuerdos están ya planteados pero que fue una decisión política llevarlos hasta el próximo periodo ordinario de febrero. En la cámara de diputados, los grupos parlamentarios del PRI y del PAN aceptan haber acercado sus posiciones en el tema anticorrupción “con un elevado grado de consenso”. Descartaron la integración del Consejo Nacional para la Etica Pública, que había sido el motivo de mayor diferendo. Hay acuerdo también en que los brazos ejecutores del sistema nacional de integridad pública serán varios, entre ellos la Auditoria Superior de la Federación, la secretaría de la Función Pública y la nueva fiscalía especializada. Incluso existe un acuerdo para que la figura de la extinción de dominio se extienda de los delitos de delincuencia organizada a los de enriquecimiento ilícito. 

En el comunicado, que divulgó el coordinador priista, Manlio Fabio Beltrones, se especifica que con esos acuerdos se superaron las principales diferencias entre PRI y PAN y que se buscará un acercamiento con el PRD para sacar esta reforma constitucional con el más amplio consenso…en febrero.

En el senado también se terminaron construyendo acuerdos que se dejaron para el próximo periodo ordinario. Dicen que ya tienen consensos para el nuevo modelo policial, la ley reglamentaria de la fiscalía general, para el sistema de competencias penales, para la intervención federal en casos de crisis de seguridad e infiltración del crimen organizado, y en el sistema nacional anticorrupción, entre otros. Pero una vez más, para avanzar, se volverán a convocar grupos de trabajo con legisladores y funcionarios, audiencias públicas, se darán a conocer conclusiones con ejes temáticos y las mismas serán procesadas para convertirlas en dictámenes a presentar en el inicio del periodo ordinario en febrero.

Hay temas que indudablemente necesitan tiempo para su análisis y está muy bien que el congreso se lo tome, pero resulta difícil comprender porqué tardarse tanto en los temas que son urgentes e incluso que están en medio del debate público, como el sistema nacional anticorrupción o la reforma política del DF, o incluso el nuevo modelo policial, analizado desde hace años, o en el tema de la intervención municipal por parte del gobierno federal en casos de penetración de la delincuencia. Son temas en los que existen propuestas concretas y en donde los partidos deben tener mucha mayor claridad con sus objetivos y sus políticas. 

El ejemplo es el nuevo modelo policial con mando único ¿alguien puede pensar que el tema debe ser discutido todavía en el PAN luego de que fue una de sus principales demandas en seguridad durante el gobierno de Felipe Calderón?¿en realidad no se podían poner de acuerdo en el sistema anticorrupción cuando, nuevamente, la propuesta central era la del propio PAN?¿o en la reforma del DF discutida y analizada desde hace dos años con todo detalle?.

Creo que lo que sucede es que en estos tiempos nadie le quiere dar nada a nadie: ni al presidente Peña ni al jefe de gobierno Miguel Mancera y todos, o la mayoría, están especulando con los tiempos electorales y atizando la tormenta perfecta. Esperemos que, por lo menos, los partidos cumplan su promesa de sacar estos temas en el próximo periodo ordinario porque las exigencias del país, sin duda, son mucho más urgentes que los tiempos parlamentarios.

 

Jorge Fernández Menéndez

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