16-02-2015 El no a Ebrard en el PRD es una medida de autoprotección de ese partido. La decisión de Marcelo de registrarse como aspirante a una candidatura plurinominal en el DF por el PRD fue una medida desesperada, tomada a destiempo y con la intención de frenar el tsunami político y legal que se viene en su contra por las investigaciones de la Línea 12.
Como decíamos aquí la semana pasada el caso de la Línea 12 perseguirá siempre a Ebrard porque simplemente no hay una respuesta posible que no pase por la corrupción o la incapacidad. “No se puede gastar, publicamos el 12 de febrero, 47 mil millones de pesos en una obra y que ésta no funcione, pero más allá de eso, que se haya construido con tal cúmulo de irregularidades y transas. ¿A poco el jefe de gobierno no sabía que el encargado de la obra era hermano de uno de los encargados de construirla o que el que diseñó la obra terminó certificando desde la IP su “buen funcionamiento”?¿no sabía cómo, a quién y con qué características se habían comprado los trenes o porqué se cambió el proveedor, otorgando por adjudicación directa un contrato de casi mil millones de dólares (en dólares cotizados a 16 pesos)?¿no averiguó porqué la obra estaba costando tres veces más de lo originalmente presupuestado?. No sé si Ebrard tiene responsabilidades penales en el tema de la L12, pero sin duda tiene responsabilidades políticas y la izquierda, el PRD no puede hipotecar su futuro a una candidatura para terminar defendiendo un negocio fraudulento. Ebrard no tuvo ni tres por ciento de los votos en el proceso interno del PRD, ha estado coqueteando con Morena y Movimiento Ciudadano desde hace meses. Ha amenazado con dejar el PRD desde que se firmó el Pacto por México. Ahora ante la crisis quiere fuero vía el PRD. ¿Para qué se lo dan?¿porqué no lo invitan a que ese refugio, y ese costo, lo asuman sus verdaderos aliados?¿o será que estos ya no lo quieren pagar?”.
Eso es finalmente lo que hizo el Consejo Nacional del PRD, que tampoco le terminó dando una posición, más allá de la que le correspondía a su corriente por la correlación interna de fuerzas, a René Bejarano, otro operador muy importante pero que no le acarrea ni votos ni prestigio. ¿Qué estamos viendo en el PRD?. Muy probablemente la única estrategia hoy viable: concentrarse en sus propias fuerzas, dejar fuera o marginar a los que como Ebrard (o Angel Aguirre, la más costosa e inútil defensa política que uno pudiera imaginar) ya están fuera de ese partido desde mucho tiempo atrás.
El PRD debe comprender que sus mayores adversarios están en la propia izquierda, donde el voto se fragmentará entre el perredismo, Morena (que en muchos sentidos apuesta a desfondar al PRD) y en menor medida en Movimiento Ciudadano, que quiere conservar el registro con sus propias fuerzas. El PRD, por esa división verá disminuir su caudal de votos (estará en alrededor del 12 por ciento) pero debe saber que esos votos y las posiciones que de ellos deriven son suyos y que no se trasladarán a partir de septiembre a fortalecer a sus adversarios.
Y para eso, por una parte, debe salir del pasmo que lo ha caracterizado desde el 26 de septiembre. Y por la otra debe asumir de una vez por todas que su posición y personaje más importante es Miguel Angel Mancera, el jefe de gobierno capitalino. Hoy por hoy es la única carta respetada y respetable hacia fuera, con capacidades electorales en un electorado que vaya más allá del clientelismo tradicional del partido. Bajar a Ebrard de sus aspiraciones parece ser, también, un paso en el reconocimiento de esa realidad.
La pregunta es qué hará Ebrard y si Morena (o Movimiento Ciudadano) están dispuestos a apostar por él. Y es que para poder responder ese interrogante hay que preguntarse antes cuántos votos acarrea y cuantos quita hoy Ebrard en las listas con la Línea 12 a cuestas.
El que no ha dicho una palabra sobre estos temas, y desde hace tiempo, es Andrés Manuel López Obrador, al que sus agresiones al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle le salieron caras. Moreno Valle, que sin duda es una de las cartas más fuertes del panismo de cara al 2018, le respondió confrontando ambas personalidades políticas y exhibiendo algunos de los rostros menos presentables del tabasqueño: su absoluto desprecio por las instituciones. Moreno Valle es otro que ha sabido construir para más allá de junio en el PAN.
Un partido en el que nos movimientos también serán significativos. Ya conoceremos los resultados de las internas, sobre todo en Nuevo León, que definirán sus candidatos en cuatro estados, pero por lo pronto ha acertado en Colima con Jorge Luis Preciado, que será un candidato muy competitivo en Colima, con posibilidades ciertas de ganar, y que con Zeferino Torreblanca (que se equivocó mucho en su gobierno pero al que el desastre ulterior redime) para Acapulco y Jorge Camacho para Guerrero no ganará las elecciones pero sí podrá salir de la marginalidad en la que ha estado desde hace años en esa entidad.