¿Guerra sucia o simple suciedad?
Columna JFM

¿Guerra sucia o simple suciedad?

22-04-2015 Algo grave está sucediendo porque al ánimo de pesimismo que existe en el país, se le está sumando un nivel de suciedad en las campañas políticas, en los debates, en el quehacer cotidiano, difícil, muy difícil siquiera de comprender. No se trata de que haya campañas negativas, tampoco guerras sucias entre candidatos: lo que hay es simple suciedad en la forma de hacer y entender la política, de confrontar no las ideas sino los agravios o los insultos, que no cuidan ni las más elementales reglas del juego.

Hace muchos años, cuando comenzaba a escribir sobre narcotráfico, un altísimo funcionario de seguridad me dio un consejo: para preservar tu propia seguridad personal, me dijo, nunca escribas de los hijos, las amantes o las esposas (en ese orden) de los capos. Si respetas esa regla del juego ellos te respetarán porque son las que ellos mismos se aplican. Así fue durante varios años, pero desde mediados de la década pasada todos sabemos que esas reglas las olvidaron los propios grupos criminales y eso llevó a una violencia inédita en el país: sin reglas se regresa al estado de la naturaleza, al hombre lobo del hombre.

Esas reglas, con las variantes del caso, se habían aplicado también durante mucho tiempo a la vida política: la idea, en los dos casos, era preservar un margen de privacidad que evite que, eliminado éste, no haya nada que detenga a un adversario. Ese margen también se está perdiendo, si es que no se ha perdido ya del todo, en la lucha política, en la vida social, en la confrontación cotidiana y la paradoja es que sólo beneficia a quienes hacen de la violencia, física, verbal, política, su instrumento para llegar al poder.

Como ya hemos dicho basar una campaña política en los relojes del adversario, en los viajes de los hijos de un dirigente partidario o en la casa donde vive un funcionario, es lamentable, pero ésa está siendo la norma.

Se trata de una pérdida de principios y normas que deterioran todo el proceso político y que se reflejan en otros temas. Por ejemplo, el intento de Ángel Aguirre Rivero de regresar al gobierno de Guerrero. En el pasado pensarlo hubiera sido inconcebible. ¿Qué tanto deterioro debe haber como para que un gobernador, que tuvo que pedir licencia porque es responsabilizado, directa o indirectamente, de la desaparición y muerte de 43 estudiantes, en una operación cobijada por autoridades de su mismo partido coludidas con narcotraficantes, no sólo no esté hoy procesado por esos hechos sino incluso con expectativas de regresar al gobierno?

Es inadmisible, pero mucho más lo es que su propio partido no sea el primero en indignarse por el intento de Aguirre, asumiendo que ese regreso, visto el control caciquil de Aguirre sobre buena parte de la estructura del estado y su relación con Beatriz Mojica, le puede asegurar la elección local, pero le generaría un enorme desprestigio político nacional. Si el viernes se acepta el regreso de Aguirre al gobierno de Guerrero la suciedad terminará de tomar carta de ciudadanía en la política nacional.

Rogelio Ortega, quien reemplazó a Aguirre en el gobierno local en forma interina (la licencia de Aguirre concluye el viernes) no ha sido un buen mandatario. Sin experiencia en ese tipo de responsabilidades, con un equipo que no está tampoco a la altura, durante meses pareció estar más entusiasmado por las movilizaciones de la CETEG que por imponer un mínimo de gobernabilidad. El PRD, que tiene mayoría en el Congreso local, tampoco está satisfecho, en absoluto con su desempeño. Pero por otra parte, apostar a otro gobernador interino para un mandato que concluye en octubre próximo tampoco parece tener sentido.

Xóchitl vs Razú

Hubiera sido un grave error que no se le otorgara el registro a Xóchitl Gálvez para contender por la Miguel Hidalgo. Era evidente que tenía residencia desde hace años en esa delegación capitalina. Pero más allá de eso, el hecho es que Xochitl será una competidora formidable aunque no sé si le alcanzará. Si bien la Miguel Hidalgo siempre ha sido una delegación con un muy fuerte voto panista, también es verdad que hoy las encuestas tienen a David Razú, el candidato del PRD, unos 10 puntos por encima de Xóchitl. Pero en las campañas nada es inamovible. Lo que sí es una realidad es que estaremos ante una de las contiendas más interesantes en el DF.

 

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