12-05-2015 Nadie puede dudar que existe desánimo en muchos sectores sociales, como en alguna oportunidad lo ha dicho el propio presidente Peña. También que la situación de la seguridad sigue siendo compleja, con las altas y las bajas de una proceso que no puede cristalizar de la noche a la mañana. Que hay desafíos al Estado, sobre todo, en Guerrero y por distintos grupos que juegan a la desestabilización. Pero lo cierto es que, más allá de todo eso, si las encuestas se siguen moviendo como hasta ahora, el PRI, aliado al Verde y en algunas ocasiones a Nueva Alianza, puede mantener la mayoría en la Cámara de Diputados en la próxima legislatura e incluso ampliarla. Y ése es un factor clave para la segunda mitad de la administración Peña Nieto.
Nadie puede tener una radiografía exacta del momento, pero a poco más de tres semanas para las elecciones, las encuestas, la última de ellas la de BGC en Excélsior, siguen manteniendo porcentajes muy similares al del inicio de la campaña: el PRI, 33 por ciento, el PAN 25 por ciento, el PRD 14 por ciento, el Verde nueve y Morena ocho por ciento. Los demás partidos estarán peleando por conservar el registro con tres puntos: Nueva Alianza y MC parecen tener posibilidades altas de lograrlo, mientras que los demás tendrán que realizar un enorme esfuerzo, quizás con la excepción de Encuentro Social. No se ve que puedan ocurrir movimientos muy dramáticos en estas semanas, por lo menos en el plano federal. Sumado a ello hay que recordar que 300 diputaciones se eligen en forma directa, que ganando aunque sea por un voto, el ganador se lleva todo. Y allí la estructura priista, que sigue siendo la más extendida del país, puede terminar de permitirle a la actual alianza en el poder, conservar el control de San Lázaro.
Ahora bien, los estados se están moviendo en forma diferente. En Sonora,Claudia Pavlovich parece haber dado la vuelta al proceso, por lo menos según la encuesta Mitofsky. La priista aparece, por primera vez, arriba en un proceso local en el que se juega mucho y en el cual la dupla Padrés-Gándaraha cometido muchos errores, el principal (como ha ocurrido con la estrategia publicitaria del PAN a nivel federal) el de recurrir al golpeteo y a la campaña negativa en lugar de reforzar sus puntos propositivos fuertes. Y en un estado como Sonora, el desgaste de quien ejerce el poder local siempre es mayor en una campaña de ese tipo. Hasta ahora esa batalla la está ganando Pavlovich.
Algo similar, pero en sentido partidario inverso, parece estar dándose en San Luis Potosí, con la panista Sonia Mendoza, mientras que en Baja California Sur, el priista Ricardo Barroso, que ya estaba abajo en las encuestas, se metió un autogol de antología al decir, por un error, de enormes costo mediáticos, que su campaña estaba financiada por el narcotráfico.
En el DF se comienza a observar con claridad lo mismo que en el terreno federal. Es verdad que Morena tiene presencia, pero también tiene un límite electoral, por lo menos en la actualidad, muy preciso: difícilmente alcanzará los dos dígitos. Pero el PRD ya está en los 14 puntos y podría llegar a la hora de votar hasta los 16, mientras que en el DF, la encuesta de Mendoza, Blanco y Asociados, lo pone arriba en casi todas las delegaciones, incluso, con una diferencia importante en las más disputadas: Iztapalapa, Cuauhtémoc (en las cuales los morenistas Brugada y Monreal no logran emparejar los cartones) y la Miguel Hidalgo (donde David Razú parece tener una ventaja tan amplia que hace difícil que pueda ser superada en tres semanas de campaña). Para el PAN será la Benito Juárez y ,sin duda, la Asamblea Legislativa será mucho más equilibrada que en la actualidad, pero en el DF la primera fuerza electoral será, por lo menos eso es lo que muestran todas las encuestas, el PRD. El sol azteca será también, a nivel federal la fuerza de izquierda más importante. Y las declaraciones peyorativas de López Obrador sobre Movimiento Ciudadano, pueden terminar empujando a esa fuerza de regreso a una alianza con el PRD.
En el PAN, los números no son malos. Se confirmará como segunda fuerza electoral ante una izquierda dividida y eso le abre muchas y diferentes opciones. Ya analizaremos las mismas, pero no deja de ser profundamente llamativo el proselitismo que están realizando Margarita Zavala, que busca la presidencia del partido, y su esposo, el expresidente Felipe Calderón. Dice muy bien Julián Andrade en su columna de La Razón, que ello ha acabado con la historia de que los expresidentes no pueden hacer política, que son como “Jarrones chinos muy caros, muy grandes, y que nadie sabe qué hacer con ellos”. Los Calderón, Felipe por su lado, Margarita por el suyo, en ocasiones juntos, están haciendo campaña para sus candidatos y demostrando fuerza y aceptación. Es un hecho inédito en la política nacional. Y eso puede cambiar, u obligar a modificar, la correlación de fuerzas internas en el PAN.