19-05-2015 El caso de la empresa OHL recuerda lo sucedido con la empresa Enron en Estados Unidos. Enron se dedicaba a la administración de gasoductos dentro de Estados Unidos, aunque luego expandió sus operaciones como intermediario de los contratos de futuros y derivados del gas natural y al desarrollo, construcción y operación de gasoductos y plantas de energía a nivel global. También incursionó en las comunicaciones, el manejo de riesgos y los seguros. Fue considerada la empresa más innovadora de los Estados Unidos y una de las mejores y más rentables. Pero con su apogeo comenzó su caída, ante la reiteración de acusaciones por pago de sobornos y tráfico de influencias para obtener contratos en América Central y del Sur, en India, África y Filipinas. Un escándalo con sobreprecios y tráfico de influencias con una empresa india fue lo que hizo estallar la burbuja, cuando se descubrió que estaba involucrada también en una serie de técnicas contables fraudulentas, avaladas por su empresa auditora. Enron se vino abajo y llegó al borde de la bancarrota en noviembre de 2001. Para los que perdieron miles de millones con sus acciones, Enron es el paradigma de un fraude realizado con la complicidad de gobiernos y funcionarios.
El domingo, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, le pidió la renuncia a su secretario de comunicaciones, Apolinar Mena, por las sospechas en su contra en el caso de OHL y el Viaducto Bicentenario, donde supuestamente se cobraba y colocaba en libros gastos e inversiones que nunca se realizaron, para liberar los precios del peaje que recibe la empresa cuya concesión se amplía así constantemente. Pero lo que no hay que perder de vista es que ese mismo esquema se ha aplicado no sólo en el Viaducto Bicentenario, sino en el Circuito Exterior Mexiquense, una obra mucho mayor realizada y explotada por OHL.
Según el presupuesto original del proyecto, el costo del Circuito tendría que haber sido de poco más de cinco mil 600 millones de pesos. El monto de la inversión de OHL, en capital de riesgo, o sea lo realmente invertido por la propia empresa, fue de poco menos de esa cantidad. Pero en diciembre de 2012, la empresa declaró que había invertido 18 mil 628 millones de pesos, lo que fue ratificado por el SAASCAEM (Sistema de Autopistas, Aeropuertos y conexos del estado, dependiente de la Secretaría que encabezaba Apolinar Mena).
Un año después esa misma dependencia aceptó que, en realidad, la inversión de OHL en el Circuito Exterior Mexiquense había sido de 23 mil 376 millones de pesos, una cifra casi cinco veces mayor de la presupuestada originalmente. Con base en ello, el propio Mena amplió la vigencia de la concesión de la autopista y le autorizó a OHL que aumentara el peaje, como máximo, 62 por ciento hasta el año 2021.
Pero ¿cómo saber no sólo el monto de la inversión sino también el de la recuperación (el tráfico y el pago de peajes) para saber hasta cuando se puede extender una concesión y cuándo recuperará el estado una autopista? Utilizando sistemas autónomos que funcionan como una suerte de contralores del tráfico, los pagos, y el mantenimiento. En otras palabras tanto lo que genera y como lo que cuesta mantener una autopista. El Estado de México decidió contratar el Sistema Independiente de Verificación de Aforo Vehicular, Ingresos y Nivel de Servicio (SIVA) para el Circuito Exterior Mexiquense y todas las autopistas del estado.
Según los contratos respectivos, OHL se comprometía a instalar el SIVA, y pagar por su operación y mantenimiento. Y se instaló ese sistema, que en abril de 2013 informó al Estado de México que de acuerdo con el aforo y los peajes, OHL para esa fecha, ya había recuperado su inversión en el proyecto y por lo tanto debía concluir la concesión y la misma debía regresar al Estado de México. Y es que los ingresos por peaje de OHL en el circuito sumaban ya, para entonces, más de 12 mil millones de pesos. Pero eso acababa con el negocio y, entonces, OHL decidió desinstalar, a pesar de que tenía la obligación de mantenerlo, el SIVA y no permitir que por esa vía se auditara el aforo de la autopista. Obtuvo, una vez más. el respaldo de Apolinar Mena.
Para entonces, la empresa adujo que su inversión había crecido aún más: nada menos que 52 mil millones de pesos: diez veces lo presupuestado y 1.3 por ciento de toda la deuda del Estado de México. Y el secretario Mena, nuevamente, autorizó esas cifras y amplió la concesión para OHL hasta 2051. Se estima que para esa fecha, la empresa habrá cobrado 775 mil millones de pesos en peajes en el Circuito.
Es un acuerdo fenomenal y que le permitiría tener la autopista a esa empresa a perpetuidad. Por eso era necesario que no hubiera ningún sistema independiente que auditara el aforo, el mantenimiento y los ingresos del Circuito Exterior Mexiquense. Ahí está el negocio. Ahí está lo que deben auditar las autoridades, ahora sin la presencia de Apolinar Mena.